Ataque en Venezuela: los liberales tomaron las armas

29.06.2017

En Venezuela se produjo un intento de golpe de estado. El oficial de policía Oscar Pérez y varios cómplices capturaron un helicóptero en una de las bases del ejército en la capital del país, la ciudad de Caracas, y atacaron desde el aire los edificios de la Corte Suprema del país y del Ministerio del Interior. Se utilizaron armas pequeñas y granadas de Colombia. Los insurgentes publicaron un video mensaje en el que instaron al presidente Nicolas Maduro a dimitir.

La huella norteamericana

Las autoridades venezolanas dijeron que los rebeldes están vinculados al ex ministro del Interior, Miguel Rodríguez, sospechoso de colaborar con la CIA. El líder de los conspiradores, Oscar Pérez, fue sospechoso de tener vínculos con la embajada de Estados Unidos en Venezuela. Estados Unidos, Colombia y España están prestando apoyo financiero y diplomático a los opositores que reclaman lo mismo que los insurgentes que, mientras tanto, se dedicaron a saquear y atacar a la policía usando cócteles Molotov.

La crisis política en Venezuela se está desarrollando en el contexto de una crisis económica. Está causada por los bajos precios del petróleo, que en la economía monocultural de Venezuela, condujo a una fuerte caída de los pagos sociales. El gobierno de Nicolás Maduro no se enfrenta a los desafíos que agravan las actividades subversivas de Estados Unidos: Venezuela entrega su petróleo a los Estados Unidos y compra la mayoría de los productos de allí, la mayoría de las redes comerciales pertenecen a los opositores al gobierno, quienes son acusados ​​de crear una situación de déficit comercial. La ausencia de un carisma brillante, característico del predecesor de Maduro, Hugo Chávez, complica también la comunicación de las autoridades con la población.

El peligro de un golpe

El 30 de junio deben celebrarse elecciones a la Asamblea Constituyente, lo que debería cambiar la constitución del país. La oposición y el parlamento, que controla, están en contra. En el despliegue de la confrontación política entre el parlamento y el presidente, la Corte Suprema tomó partido por el presidente, que intentó en abril de 2017 disolver el parlamento, y el fiscal general y, como dicen los expertos, parte del estamento de la seguridad del Estado y del gobernante  Partido Socialista Unido, del lado de la oposición.

Aunque el peligro de un golpe militar latinoamericano clásico en Venezuela es pequeño, existe una seria amenaza de un golpe de Estado a la manera del escenario ucraniano, donde el papel principal lo constituirá una traición en la cumbre y en el bloque de poder, junto con las acciones de activistas de la oposición en la calle. Esta probabilidad es especialmente grande, Maduro cederá a la persuasión internacional para sentarse a la mesa de negociaciones con la oposición sin condiciones previas.