Nuevo modelo de seguridad global para el mundo multipolar (2ª parte)
Control ruso sobre el anillo de fuego en el pacífico
Después de darse cuenta de la potencial amenaza americana a China sobre la disputa en el mar del sur de China, Rusia decidió fortalecer su fuerza militar cerca de las islas madre japonesas en las islas Kuriles, que también son conocidas como el anillo de fuego debido a su naturaleza volcánica. La cadena de islas Kuriles rusas en el corazón del pacífico ha incrementado el papel de Rusia en la seguridad del pacífico. El fortalecimiento militar y la instalación de misiles costeros se ha vuelto un punto de inflexión. Mientras tanto, Rusia también está planeando crear una flota del pacífico con base en las islas Kuriles.
De hecho, es la nueva militarización de Japón lo que es la principal razón tras el refuerzo militar ruso en las islas Kuriles, viendo como el incremento de Japón conduce hacia la militarización que llega como parte del “pivote asiático” de EEUU. Japón, bajo el gobierno de Abe, se ha convertido en un “Estado vasallo” de EEUU. El régimen gobernante en Japón ha aprobado leyes controvertidas permitiendo que las fuerzas militares del país de dediquen al combate en el extranjero. En otras palabras, por primera vez desde la segunda guerra mundial, el ejército japonés puede tomar parte en misiones en el extranjero, esto es, la guerra de la OTAN, especialmente ya que Japón está considerada que es uno de los miembros fundadores del proyecto asiático tipo OTAN por mandato de EEUU para contrarrestar a China.
Aunque Japón ha reivindicado algunas de esas islas, según los tratados internacionales esas islas pertenecen a Rusia. Esta disputa es el principal obstáculo en el camino de un tratado de paz entre Rusia y Japón desde la segunda guerra mundial y en el escenario actualmente en desarrollo de la tercera guerra mundial. Las instalaciones militares rusas en esas islas del pacífico se han vuelto favorables para China como aliado de Rusia y este acto estratégico parece jugar un papel equilibrador en la región Asia-Pacífico.
Seguridad del Asia-Pacífico multipolar
China y Rusia están trabajando para construir un marco de seguridad mundial multipolar y nuevos mecanismos para relaciones internacionales incluyendo la cooperación ganar-ganar mediante la derrota de la “ley de la selva” que fue impuesta por los EEUU/OTAN en el mundo.
El pasado año 2015, en agosto, el ministro de exteriores ruso escribió un artículo con respecto a la formación de un nuevo mundo multipolar (policéntrico) que fue publicado en los medios rusos y chinos con el título “Los intentos de falsificar la historia de la segunda guerra mundial socavan los fundamentos del orden mundial moderno”. En este artículo, el primer ministro Lavrov dijo que “Rusia y China se adhieren por igual o acercan sus aproximaciones sobre los problemas modernos clave, en consecuencia, guardan conformidad para formar un nuevo orden mundial policéntrico con dependencia del derecho internacional, respecto a la auto-identidad de diferentes pueblos, su derecho a elegir independientemente el modo de desarrollo”. Por lo tanto, este es el motivo por el que el presidente chino Xi Jinping, cuando su alocución en la 70 asamblea general de la ONU, diera una fuerte advertencia al decir que “la ley de la selva” no debería ser el modo por el que los países conduzcan las relaciones, el belicismo fallará. Ahora, la comunidad internacional está observando cómo Rusia y China están reparando las relaciones globales mediante la creación de nuevas instituciones multipolares apuntadas a desarrollar un futuro mejor y más seguro.
En pocas palabras, Rusia y China han creado una nueva ventana de oportunidades para el mundo por la convergencia de sus respectivos sueños de la “gran Eurasia” y la “modernización de la antigua ruta de la seda”. Por tanto, están modelando el futuro de un nuevo mundo a través de la extensión y fortalecimiento de las instituciones mundiales multipolares, esto es, BRICS, OCS, y BAII como alternativas a las instituciones multipolares tales como FMI, Banco Mundial, OTAN y BDA. De hecho, la estrategia de guerra híbrida global de EEUU contra la ruta de la seda de china y la Unión Económica Euroasiática de Rusia ha llevado a que Rusia y China coincidan más en el establecimiento de un sistema de seguridad alternativo que resista a la mentalidad de guerra fría encabezada por EEUU/OTAN. Tanto Moscú como Beijing han prometido cubrirse mutuamente sus espaldas desde el mar negro al mar del sur de China por el encuadramiento de mecanismos de seguridad conjuntos.
La Alianza versus OTAN y el proyecto de la OTAN asiática
Los éxitos de Rusia al repeler los conflictos patrocinados por la OTAN en Ucrania y Siria ha atraído a China para acrecentar el nuevo modelo de seguridad global encabezado por chinos y rusos. China no solamente ha rechazado la expansión de la OTAN en los Balcanes, sino que también ha instado a la comunidad internacional para que rechace la mentalidad tipo guerra fría de la OTAN, justo como China reaccionó al posible acceso de Montenegro a la OTAN en diciembre de 2015. La portavoz del ministerio de exterior de China dijo en ese momento durante una conferencia de prensa: “Creemos que la OTAN es un producto de la guerra fría […] Estamos convencidos de que la comunidad internacional debe alejarse de la mentalidad tipo guerra fría”.
La cooperación chino-rusa en materia de defensa indica que ambos están formulando mecanismos para la seguridad global. Con respaldo desde Rusia, China ha trazado una línea roja frente a los EEUU y establecimiento japonés de un proyecto tipo OTAN para Asia. Rusia no solamente está utilizando su influencia en Asia para resolver disputas territoriales entre China y las naciones asiáticas, sino también ha tomado contramedidas equilibradoras en favor de China, por ejemplo, cuando Rusia demostró su preocupación por la instalación del Terminal de Defensa de Área de Gran Altitud de EEUU (o THAAD system en inglés) en suelo de Corea del Sur, a lo que China declaró que era un acto de guerra contra esta. Aunque los EEUU argumentaron que el sistema americano era necesario para contrarrestar un ataque de misiles norcoreano, China y Rusia consideraron este movimiento como una amenaza abierta a la seguridad de la región Asia-Pacífico.
71 años desde la derrota del nazismo en la segunda guerra mundial, Rusia ahora se ha movido hacia Asia para ayudar a China contra el fascismo de Japón, un escenario que está repitiéndose a lo largo del mundo debido a la mentalidad tipo guerra fría inculcada por los americanos. Tanto Rusia como China están forjando un escudo defensivo colectivo para el mundo multipolar, extendiendo la Estructura Anti-Terrorista Regional de la Organización de Cooperación de Shanghái (EATR-OCS) para asegurar la ruta de la seda y la gran Eurasia, en respuesta al juego sucio de EEUU de empujar al mundo hacia la guerra total.
De hecho, la OCS está considerada que es la salvaguardia tanto de la ruta de la seda de China como del proyecto de la gran Eurasia de Rusia. Se ha observado que uno de los principales propósitos de la OCS fue servir como contrapeso a la OTAN y en particular para constituir un mecanismo multipolar para repeler los conflictos encabezados por EEUU en áreas fronterizas de Rusia y china. Como un escritor mencionó en un artículo, Rusia hace una guerra contra el ISIS en Siria en nombre de la OCS porque el ISIS era una amenaza potencial para la misma región de la organización. Afganistán, Pakistán y los estados de Asia central estaban en la lista de objetivos del ISIS. En la literatura del ISIS, esos territorios incluyendo Xinjiang de China, están considerados como el “Jorasán”, una rama del estado islámico. Fueron las fuerzas unipolares las que crearon al ISIS en oriente medio al aprovecharse de la intervención de EEUU. El propósito oculto de esta nueva forma de militancia fue el contenimiento de la gran estrategia de China para establecer la ruta de la seda marítima y el cinturón económico de la ruta de la seda (Un cinturón, una carretera) a través de Eurasia.
Ahora, como Rusia está derrotando al terrorismo en Siria, China se ha unido a Rusia para reconstruir Siria. Ambos países están uniéndose para asegurar las ramas de la ruta de la seda en Oriente medio a través del apoyo al nacionalismo árabe secular disuadiendo al sectarismo. Con la OCS, están yendo a comprometer a Siria, Turquía, Irán, Egipto e Israel, como todas estas naciones han solicitado unirse al grupo de Shanghái. Es más, todas las naciones surasiáticas son parte de la OCS, mientras que Pakistán e India pueden adquirir membresía plena en 2017. Además de esto, Rusia y China están trabajando para interconectar la OCS con la ASEAN y desean ampliar la estructura antiterrorista de la organización para tener a estados observadores y miembros, un movimiento apuntado, una vez más, a contrarrestar la política de contención encabezada por EEUU.
Aquí es necesario mencionar que la OCS está preparada para aceptar cualquier responsabilidad para asegurar al mundo según la carta de la ONU. Los ejercicios militares conjuntos y sus misiones de mantenimiento de la paz indican que la OCS ahora se ha convertido en un bloque alternativo para la seguridad global, mientras que Rusia también está interesada en vincular a la Organización del Tratado de Seguridad Colectivo (OTCS), la poderosa alianza militar en Asia central, con la OCS.