Siria: atacado convoy humanitario de la ONU en Alepo
A través de su portavoz Stephane Dujarric, la ONU confirmó el lunes que entre 18 y 31 de sus camiones fueron atacados por un bombardeo en la zona de Auram al-Kubra, en el oeste de la provincia septentrional siria de Alepo, aunque se desconoce la cifra de víctimas.
Por su parte, el director de Operaciones Humanitarias de la ONU, Stephen O'Brien, denunció que “las informaciones previas revelan que muchas personas fallecieron o resultaron heridas de gravedad, incluidos los voluntarios de la Media Luna Roja Siria, como resultado de esos indignantes ataques”.
Según el denominado Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una organización no gubernamental (ONG) que monitorea el conflicto sirio, al menos 12 personas perecieron en el ataque, la mayoría de ellas eran conductores de camiones de esa caravana y un empleado de la Media Luna Roja Siria.
El enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, manifestó su enojo con lo sucedido, advirtiendo que “nuestra indignación ante este ataque es enorme” y que el convoy era el resultado de un largo proceso de autorización y los preparativos para asistir a los civiles aislados.
Rusia y EE.UU. llegaron el 9 de septiembre a un acuerdo para un alto el fuego en Siria, en vigor hace una semana, y acordaron que si el armisticio se sostiene durante siete días, pondrían en marcha sus ofensivas contra los grupos terroristas del EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Fath al-Sham, el antiguo Frente Al-Nusra en el país árabe.
No obstante, después de múltiples infracciones del alto el fuego por parte de grupos armados ilegales y del polémico ataque aéreo contra una posición del Ejército sirio por parte de la llamada coalición anti-EIIL, liderada por EE.UU., en la que murieron alrededor de 90 militares sirios que luchaban contra Daesh, el Ejército del país árabe anunció el lunes el fin de la tregua de una semana.
EE.UU. se ha apresurado a acusar a Rusia de ser el causante del ataque al convoy de la ONU, aunque, como es habitual, sin presentar ninguna prueba que avale sus acusaciones.