Washington está politizando, de nuevo, los Juegos Olímpicos

23.07.2016

Washington y su vasallo, Canadá, están utilizando sus medios de comunicación occidentales, a cuenta del escándalo de dopaje deportivo de los atletas rusos, para prohibir la participación de Rusia en los Juegos Olímpicos de Brasil. EEUU y Canadá están presionando a otros países para que lleven a cabo, junto a ellos, una “vendetta” contra Rusia. Una "vendetta" bajo la fachada de “proteger la limpieza en el atletismo”.

Usted podría apostar lo que quiera, incluso su vida, a que la motivación real de Washington en este asunto no es la equidad en el deporte. Washington está demasiado ocupado en su casa destruyendo el concepto de equidad con los pobres, y Washington, que no tiene en cuenta la soberanía de los pueblos y el derecho internacional para ejecutar agresiones de forma abierta, está destruyendo millones de vidas en el mundo para sus propósitos hegemónicos.

Se podría decir que Washington desea también la hegemonía en el deporte tal y como lo viene haciendo en política exterior, y quiere que los atletas rusos estén fuera de la circulación para que los estadounidenses puedan ganar más medallas. Pero esto sería perderse el punto real de la campaña de Washington contra Rusia. El llamado “escándalo de dopaje” es parte del esfuerzo continuado de Washington para aislar a Rusia y construir una sólida oposición a Putin dentro de Rusia.

Hay una minoría conocida como “integracionistas atlantistas”, que forma parte del gobierno ruso y también del sector empresarial, que cree que es más importante para Rusia integrarse en Occidente que mostrar al mundo su soberanía. Esta minoría de rusos está dispuesta a intercambiar la independencia política de Rusia por el vasallaje a Occidente. Esencialmente son traidores que Putin tolera.

Con la prohibición de la participación de Rusia en los Juegos Olímpicos, Washington está tratando de fortalecer esta oposición a Putin. Ahora, estos grupos opositores pueden decir: “la intransigencia de Putin ha mantenido a Rusia fuera de los Juegos Olímpicos. Putin ha aislado a Rusia. Debemos cooperar (un eufemismo que realmente significa ceder) con Occidente o convertirnos en un país marginado“.

Este es el juego de Washington. El veto olímpico está dirigido a socavar la imagen de Putin entre los rusos. “¡Él nos mantuvo fuera de los Juegos Olímpicos!”.

Los integracionistas atlantistas están dispuestos a traicionar a cualquiera, ya sea a Assad o incluso a Crimea, con el fin de lograr la aceptación por parte de Washington. Por lo tanto, Washington está trabajando para fortalecer a sus aliados de la oposición rusa.

Los europeos están molestos por la politización de los Juegos Olímpicos por parte de Washington. El Presidente del Comité Olímpico Europeo, Pat Hickey, se opuso al intento de Washington de imponer un castigo “antes de que se haya presentado ninguna prueba. Tal interferencia antes de la publicación del Informe de McLaren está totalmente en contra de las normas internacionales de un proceso legal justo y puede haber socavado por completo la integridad y por lo tanto la credibilidad de este importante informe”.

Hickey dijo que es evidente que las iniciativas de Washington y Canadá han hecho que “tanto la independencia como la confidencialidad del informe McLaren hayan sido totalmente comprometidas”.

Hickey continúa diciendo:

"Está claro que se han puesto en contacto sólo con atletas y organizaciones conocidas por respaldar una prohibición del equipo olímpico ruso.

"Tengo que cuestionar sobre con qué autoridad las agencias antidopaje de los EE.UU. y canadienses prepararon su carta y qué mandato tienen para dirigir una llamada internacional para prohibir a otra nación en la familia olímpica.

"Aunque entiendo plenamente y comparto la preocupación internacional sobre las recientes acusaciones de dopaje, no podemos permitir que cualquier persona o grupo pueda interferir o dañar la integridad de un proceso legal justo y adecuado".
(http://www.firstpost.com/sports/usa-canada-campaigning-to-get-russia-banned-from-rio-olympics-eoc-president-2898182.html)

Washington, por supuesto, no tiene respeto alguno por un proceso adecuado en los propios Estados Unidos, ni en Afganistán, Irak, Libia, Somalia, Yemen, Pakistán, Siria, Ucrania, Honduras, Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, o Gran Bretaña, un estado vasallo al que, según Obama, no se le permitirá salir de la UE. ¿Por qué iba a preocuparse Washington de que Rusia tuviera un proceso justo en el asunto de los atletas rusos?

En su reportaje, el New York Times, la “madame” del burdel de los medios de comunicación estadounidenses, no mencionó las preocupaciones de Hickey.

El informe McLaren se supone que es una investigación sobre la base acusatoria de que el uso de drogas por los atletas rusos para mejorar el rendimiento está muy extendido y es apoyado por el gobierno ruso. Washington tiene demasiado dinero y demasiadas amenazas para ser honesto con cualquier informe que pueda ser utilizado para desacreditar a Rusia. Lea mi informe de hoy sobre el MH-17, o recuerde la descripción de Washington de la elección independiente en Crimea, en la que los votantes eligieron casi unánimemente reunirse con Rusia, donde la provincia había estado desde la década de 1700, como una "invasión y anexión rusa".

Se necesita una persona muy valiente, tal y como Pat Hickey, para hacer frente a Washington, y no sabemos si Hickey sucumbirá a las presiones de Washington, que con toda seguridad ahora se le aplicarán.

Washington continuará demonizando a Rusia hasta que provoque una guerra o hasta que el gobierno ruso capitule y acepte parcialmente ser vasallo de EEUU, traicionando ya sea a Assad o a Crimea.

Tal vez Rusia y China deberían organizar los Juegos Olímpicos Euroasiáticos y dejar los actuales Juegos Olímpicos occidentales. Ya que Washington ha reiniciado la Guerra Fría y tiene la intención de conducirla a la etapa de “guerra caliente”, la competición puede acabarse según se alineen los países iberoamericanos y africanos. Si ellos son libres para elegir, es poco probable que los africanos y los iberoamericanos se unieran a los juegos del hombre blanco racista occidental.

Debemos preguntarnos cuándo llegará el punto en que Rusia y China dejarán de asumir, por el bien de la paz, este sinfin de afrentas y provocaciones. ¿Cuándo, si alguna vez llega ese momento, Occidente dejará de ser el árbitro de los asuntos humanos?

paulcraigroberts.org