¿Qué sucedió en Jerusalén?

25.04.2016

Otro ataque terrorista tuvo lugar hace unos días en una región del mundo volátil, esta vez en Jerusalén. Los que podían haber muerto en la explosión del autobús eran civiles, nadie podía haber sabido quién estaba en el autobús, ¿sería árabe o israelí? ¿Cuál su nacionalidad? ¿Cuál su religión u origen étnico? ¿Sería un hombre, una mujer, un niño, un científico que sirve a su comunidad o un médico que salva vidas de personas, o un trabajador que está fuera ganándose la vida para que su familia pueda sobrevivir? Estas son las preguntas que deberían contemplar los que siembran las semillas del terror en todos los rincones del mundo mucho antes de poner cualquier bomba. Tanto los que dan las órdenes como los que les siguen, están en el mismo barco, son enemigos de la humanidad de acuerdo con todas las religiones y el ideal humanista. Cualquier buena lógica, religión, o ley hecha por el hombre no puede aceptar la muerte de civiles inocentes. Es un crimen atroz que mancilla las súplicas de los oprimidos y justifica la brutalidad infligida por el opresor sobre esas personas. El pueblo palestino es el más oprimido de todos, una guerra sin cuartel se libra contra ellos, su tierra está ocupada, sus hijos son encarcelados de un modo tal que la historia sólo ha visto una vez antes, durante el régimen nazi, y últimamente se ha vuelto aceptable para los soldados israelíes asesinar palestinos incluso después de encarcelarlos.

Cuando hablamos del terrorismo en Jerusalén, nos preocupan dos temas importantes: Jerusalén y el terrorismo. Jerusalén tiene importancia política, religiosa y simbólica.

La importancia de Jerusalén no es exclusiva para los pueblos del Medio Oriente. Jerusalén es una capital espiritual para las tres religiones abrahámicas (Islam, Cristianismo y Judaísmo), y uno no tiene que pasar demasiado tiempo pensando en esto para reconocer la posición de Jerusalén dentro de estas tradiciones.

Jerusalén es una ciudad que ha sido testigo, tanto en los últimos tiempos como en los más antiguos, de una secuencia interminable de conflictos. Desde 1967 Israel ha ocupado la ciudad junto con otras ciudades y pueblos que fueron conquistados durante la guerra de 1967. Las ganancias territoriales de 1967 fueron uno de los puntos de discordia entre la Unión Soviética y el Occidente liderado por los EE.UU., siendo el otro el incesante conflicto entre Israel y los países árabes y musulmanes, todavía en curso a día de hoy. Jerusalén es una ciudad importante para los musulmanes debido a la presencia de la mezquita de Al-Aqsa, la primera qibla para los musulmanes. El pueblo islámico celebra en su mayoría el día de Al-Quds anualmente, el último viernes del mes de Ramadán. Estas marchas masivas rechazan la ocupación israelí de Jerusalén y llaman a la resistencia contra la ocupación. Los musulmanes creen inequívocamente que Jerusalén y la mezquita de Al-Aqsa serán liberados un día. La fuente de su convicción es el Corán.

El Parlamento israelí, el 30 de julio, aprobó una ley que considera una Jerusalén unida (la parte oriental que fue ocupada en 1967, además de la parte occidental que Israel ocupó desde su creación en 1948) como capital de Israel. A esto le siguió una resolución de la ONU que refutó las afirmaciones de Israel y consideraba la ciudad ocupada de acuerdo con las resoluciones de la ONU. Sin embargo, Israel procedió sin obstáculos a poner las bases para que Jerusalén sea su capital; una de las cosas que hizo Israel y que todavía hace es la política de asentamientos en Jerusalén y en otras tierras palestinas, que tienen por objeto forzar un cambio demográfico.

En cuanto al terrorismo en Jerusalén, es una cuestión difícil, sin duda hay una política de apartheid contra los palestinos que viven en Jerusalén y en otros lugares, sin embargo, nadie puede determinar con precisión la parte culpable en este último incidente.

¿Están estos grupos vinculados a las mafias internacionales o no? ¿Está el autor, por la comisión de este acto, sirviendo a los intereses del opresor o del oprimido? El pueblo palestino está resisitiendo a la ocupación públicamente, pero la resistencia palestina se dirige a los soldados israelíes, nadie puede aceptar la muerte de civiles inocentes, salvo aquellas organizaciones que tienen un pasado turbio. Estas organizaciones tienden a obtener sus fondos de ciertas fuerzas que pretenden estar luchando contra el terrorismo, pero que en secreto financian, arman y entrenan a estos grupos para poder beneficiarse del caos que siembran.

El terrorismo no tiene casa o enclave, puede funcionar en cualquier parte del mundo. Simplemente explota la ingenuidad de ignorantes que fueron creados y crecieron bajo la tutela de fuerzas regionales e internacionales, con el fin de ser utilizados para promover su propia causa y sus intereses, y sin pensar dos veces las repercusiones (o blow back, en términos de la CIA) de la financiación del terrorismo. La historia reciente nos enseña una lección: todos recordamos cómo los EE.UU. y su aliado saudí trabajaron para crear el fenómeno que llamamos Al-Qaeda en Afganistán. Bajo la bandera del Islam, todos los males fueron ensamblados para luchar contra las fuerzas soviéticas bajo el pretexto de la jihad por la causa de Alá, cuando en realidad era una jihad por la causa del imperio estadounidense. Hoy vemos que todos estos grupos terroristas son financiados y armados por las mismas fuerzas que apoyaban a los talibanes y a Al-Qaeda en Afganistán. Dos fuerzas regionales también se han unido al club movidos por el Islam político o el islamismo, Turquía y Hamas. Cada uno de los cuatro vértices tiene el objetivo de lograr algún fin y, conscientemente o no, olvidan los intereses de la gente normal, que anhela la paz y rechaza el terrorismo, que no es sino el asesinato ciego.

El ataque terrorista en Bruselas es un buen ejemplo del hecho de que a los que asisten a las mezquitas financiadas por Arabia Saudí en Europa, se les enseña la virtud de matar en lugar del amor y el perdón.

Investigaciones recientes han demostrado que los ataques en Bruselas fueron llevados a cabo por jóvenes musulmanes que han nacido y crecido en Europa, y en lugar de enseñárseles las virtudes de la tolerancia que prevalecen en las sociedades europeas, se les enseña a matar por la ideología takfiri que Arabia Saudita extiende a través de estas mezquitas en Europa.

No sería exagerado si dijera que los EE.UU. no habrían sido capaces de extender el caos en todo el mundo si no fuera por Arabia Saudita, que fundó una escuela ideológica que alimentó y sigue alimentando el terrorismo a través de su ideología wahabí, que llama apóstatas a todos aquellos que no se adhieren a su forma de pensar. Erradicar el terrorismo, especialmente el que lleva a cabo operaciones en el Oriente Medio, Europa, Rusia, e incluso los EE.UU., es algo que no se puede lograr sin vaciar primero el pantano del que surgieron. El principal de ellos es la ideología wahabí y también la Hermandad Musulmana, la marca del Islam político o islamismo que impera en Turquía.

Todos los que tratan de imponer su voluntad por la fuerza a las naciones más pequeñas y débiles alientan a los terroristas. El terrorismo necesita una ideología y un ignorante que piense que su dinero y el poder militar son suficientes para lograr sus objetivos sin ninguna repercusión. Luchar contra el terrorismo requiere una estricta adherencia a los valores humanos, y ser sinceros en nuestra fe en estos valores, y que la opresión, no obstante su gran resistencia, requiere la adhesión a estos valores. No matamos a los niños, a las mujeres o a los ancianos, nos defendemos contra los que nos oprimen o tratan de matarnos, o contra quien roba nuestra tierra.