¿Qué le espera a Asia y al Pacífico?

18.04.2022

La recuperación de las economías de Asia y el Pacífico tras la crisis de la COVID y otras crisis mundiales debe basarse en un "nuevo pacto social" global para proteger a las poblaciones vulnerables en los próximos años, según un informe publicado el martes 12 de abril por la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia y el Pacífico (CESPAP).

Además de la pandemia, el informe muestra que las economías regionales se enfrentan a "varios riesgos a la baja" relacionados con una cadena de suministro mundial insostenible, "el aumento de las presiones inflacionistas, la perspectiva de una subida de los tipos de interés, la reducción del espacio fiscal" y las consecuencias económicas mundiales emergentes de la crisis actual en Ucrania.

Se prevé que el crecimiento económico de los países en desarrollo de esta vasta región se contraiga al 4,5% en 2022 y al 5% en 2023, frente a una tasa de crecimiento anterior del 7,1% en 2021.

La pérdida acumulada de producción debida al COVID-19 para las economías en desarrollo de la región se estima en casi 2 billones de dólares desde 2020 hasta la fecha.

El estudio advierte de la necesidad de recortar el gasto público en sanidad, educación y protección social "para proteger los logros de desarrollo de las últimas décadas y evitar que se agraven las desigualdades en la región".

El informe señala que la pandemia ha privado a más de 820 millones de trabajadores informales en la región de la CESPAP y a más de 70 millones de niños de familias con bajos ingresos de un acceso adecuado a los ingresos y a la escolarización. "Este resultado tendrá un impacto perjudicial en el potencial de ingresos futuros de estas personas y en el crecimiento global de la productividad", afirma el comunicado de prensa de la CESPAP, mientras que otros 85 millones de personas de la región de Asia-Pacífico ya han sido empujados a la pobreza extrema en 2021.

"A medida que los países en desarrollo de la región avanzan, aprendiendo a vivir con el COVID-19, equilibrando la protección de la salud pública y los medios de vida, es el momento de sentar las bases para un futuro más equitativo con igualdad de oportunidades y resultados inclusivos", dijo Armida Salcia Alisjahbana, Secretaria Ejecutiva de la CESPAP, en un comunicado.

La Comisión recomienda una "agenda política de tres vertientes" destinada a construir una economía inclusiva para la región. En primer lugar, en lugar de recortes, los países en desarrollo de la región deberían dirigir el gasto público hacia la atención sanitaria básica universal, seguir avanzando hacia la educación primaria y secundaria universal y ampliar la cobertura de la protección social. La Comisión sostiene que una política fiscal "inteligente" puede mejorar la eficiencia y la eficacia general del gasto público y la recaudación de ingresos. Al mismo tiempo, deberían explorarse nuevas fuentes de ingresos, como la imposición de la economía digital, junto con el traslado de la carga fiscal a los hogares de altos ingresos.

En segundo lugar, el estudio 2022 sostiene que los bancos centrales de la región pueden y deben cambiar sus políticas monetarias tradicionales para promover el desarrollo inclusivo. Sin dejar de centrarse en el mantenimiento de una inflación baja y estable, los bancos centrales pueden invertir parte de sus reservas oficiales en bonos sociales, explorar cómo una moneda digital del banco central puede ampliar el acceso a los servicios financieros y fomentar instrumentos financieros más innovadores para proporcionar protección social.

En tercer lugar, los gobiernos también pueden guiar, dar forma y gestionar activamente la transformación económica estructural impulsada cada vez más por la revolución de la robótica digital y la inteligencia artificial para lograr resultados más inclusivos. Esto incluye el apoyo al desarrollo de tecnologías con uso intensivo de mano de obra, el acceso inclusivo a la educación de calidad, el reciclaje profesional, la creación de capacidad en las negociaciones laborales y los pisos de protección social.

El Estudio Económico y Social de Asia y el Pacífico es la encuesta económica y social anual más antigua y completa de la ONU que informa sobre la elaboración de políticas en la región, y se publicó por primera vez en 1947.

¿Qué lección puede sacar Rusia de ello, dado su enfrentamiento con Occidente? Sólo un puñado de Estados de la región nos ha impuesto sanciones. El resto está a favor de la cooperación, por lo que pueden abrirse nuevos nichos de cooperación, dados los riesgos mencionados y el descenso de las tasas de crecimiento. Los países de Asia-Pacífico pueden aprovechar el cambiante entorno mundial y ofrecer bienes y servicios sustitutivos idénticos a los que solíamos recibir del Occidente colectivo. A su vez, la región necesita constantemente recursos energéticos, que Rusia tiene en abundancia. En definitiva, una reorientación hacia Oriente es necesaria a largo plazo debido al crecimiento de la tecnología, la mano de obra y la acumulación de riqueza en esa parte del mundo.