Polaris 2021: Ejercicios de la OTAN como preparativo contra Rusia

Recientemente se ha hecho público diversos materiales provenientes de las Fuerzas Armadas de Francia con respecto a los ejercicios militares de la OTAN “Polaris 2021”, donde se ensayaba una respuesta militar frente a Rusia en caso de invasión a Ucrania.

“La escala del evento no tiene precedentes: en él participan 6.000 soldados, 4.000 de ellos marineros, de cinco aliados de la OTAN, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido. El ejercicio, que tuvo lugar del 18 de noviembre al 3 de diciembre de 2021, fue una oportunidad para que los ejércitos trabajaran juntos para ver cómo podría ser el futuro de la guerra”[1], señalaban en France24.

Un elemento militar central para Francia en tales ejercicios era el empleo del grupo aeronaval encabezado por el portaaviones Charles de Gaulle (que además es el único portaaviones de propulsión nuclear en la UE): “Entre las unidades francesas y aliadas previstas para participar se encuentran el portaaviones francés Charles De Gaulle y el porta-helicópteros para desembarcos Tonnerre, los destructores Alsace, Provence, Aquitaine, Fregate Aconit, Forbin, Latouche Tréville, las corbetas Commandant Ducuing y Commandant Birot, los buques auxiliares Marne y otros buques franceses, y las unidades del Ejército y las Fuerzas Aéreas francesas”[2]. 

En tales maniobras militares encabezadas por Francia, también participaron fuerzas militares de Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Grecia, y España[3]. Aunque pudiera parecer que se trataban de otras maniobras entre países miembros de la OTAN, fue mucho más importante de lo que aparentaba ya que implicaba una simulación de guerra contra Rusia a la par que una señal de apoyo a Ucrania.

En el documento de las maniobras se puede leer el intento de la OTAN por poner nombres simulados de lugares, países, ciudades y pueblos, además de inventarse una situación enmarcada territorialmente en el mediterráneo occidental. Sin embargo, se ve claramente en qué se han basado y por tanto a quién y dónde se refieren[4]. Se trata de Rusia, Ucrania, el mar Negro y Europa Oriental, de modo que la OTAN ensayaba una acción militar aeronaval contra Rusia. “El escenario del ejercicio debía permitir a los aliados mantener el control del Mediterráneo en caso de amenaza de la aviación y la marina rusas”, señalan directamente en un medio holandés[5].

A la luz de los acontecimientos de aquellos meses, se trataba de una muestra más de la preparación militar de la OTAN contra Rusia. Es por ello que a muchos analistas les trae al recuerdo lo acontecido en 2010 con los ejercicios Baltops y Frisian Flag, previos al inicio de la intervención militar de la OTAN en Libia bajo el nombre de Unified Protector entre los meses febrero y octubre de 2011. El resultado de esa intervención de la OTAN el golpe de Estado, derrocamiento del gobierno legítimo y asesinato de su presidente, Muamar Gadafi (20 de octubre 2011). Además, Libia continúa en guerra civil desde aquella intervención de la OTAN y no tiene visos de que la paz llegue pronto a dicho país.

Tanto en Libia (2010-11) como en Ucrania (2021-22) se observa el mismo modus operandi desde la OTAN encabezada por los EEUU: Apoyar a un grupo proxy radical para desencadenar una guerra y luego justificarla en sus instituciones políticas y medios de comunicación para realizar una intervención militar directa. De hecho, ya se han observado más excusas repetitivas por parte de los medios afines a la OTAN como que en 2011 Gadafi repartía viagras entre sus soldados para que violaran a civiles y ahora en 2022 dicen que Putin reparte viagras entre sus soldados para que también violen a civiles en Ucrania. 

Los verdaderos resultados de estas acciones de la OTAN es la destrucción de los países en los que ponen sus manos. Libia sigue en guerra civil y la OTAN no se hizo cargo de su estabilización y reconstrucción. La parte nororiental de Siria sigue bajo ocupación estadounidense directa que expolia sus recursos naturales energéticos con apoyo de proxis kurdos locales tras 11 años de guerra civil iniciada de la misma forma que en Libia (también intentaron lanzar intervenciones militares durante el 2º mandato de Obama, pero la respuesta rusa los detuvo). Y en Ucrania pretendieron llevar a cabo la misma táctica pero se encontraron con la Operación Militar Especial, es decir, la acción rusa que les quitó la iniciativa sobre los acontecimientos frente al bloque de la OTAN y su proxy ucraniano de ocasión, que cambia a los yijadistas islámicos por nacionalistas ucranianos (si bien hay de ambos luchando en Ucrania contra Rusia pues a todos les une el odio antirruso).

Desde febrero de 2022, el bloque de la OTAN encabezado por EEUU provee de armas, financiación e inteligencia militar a su proxy de Ucrania para que prosiga la guerra a cualquier coste, pues las vidas y la destrucción las pone su proxy y eso es muy cómodo para el patrocinador norteamericano que sale indemne y además afianza su control político, militar y energético del bloque europeo donde la Unión Europea juega un papel cada vez mayor de títere cuyas acciones son flagrantemente contrarias a los propios europeos.