Pandemia y educación

15.02.2021
El aumento del interés en el aprendizaje del idioma ruso y su cultura en el período de pandemia.

Los cambios globales que estamos viviendo por la pandemia son un fenómeno sin precedentes en el siglo XXI. Sin ninguna duda podemos afirmar que el mundo cambió y seguirá cambiando, adquiriendo nuevos formatos, modalidades y expresiones. En algunas zonas la pandemia se ha convertido en un catalizador de cambios revolucionarios positivos que pueden servir para acelerar el progreso y el éxito.

En todos los cambios revolucionarios siempre hay su lado positivo. Como se suele decir: "Hет худа без добра" No hay mal que por bien no venga”.

El lenguaje es una de esas áreas. Si consideramos al lenguaje en sentido amplio como un instrumento de comunicación y transmisión de información utilizando el sonido (es decir, en el habla oral) y visualmente (textos escritos y comunicación a través del contacto visual), entonces ha estado sujeto a transformaciones a lo largo del siglo XX. Así como el uso del teléfono permitió a las personas comunicarse en tiempo real sin entrar en contacto directo entre sí, la tecnología informática y el correo electrónico hicieron posible simplificar y acelerar la correspondencia entre ellas tanto como fuera posible, pero prácticamente "mató" la tradición y la cultura de la escritura a mano.

Pero un cambio verdaderamente global se produjo después de la invención de los teléfonos inteligentes y el desarrollo de las aplicaciones de Internet relacionadas, que permitieron la comunicación en tiempo real entre cualquier persona, en cualquier lugar del mundo y con prácticamente cero esfuerzo. Las aplicaciones de Internet que utilizan emoticonos expresivos que funcionan con imágenes y videos, predeterminaron un cambio serio hacia un lenguaje escrito de "computadora", de comunicación entre las personas (esto se vio claramente en el ejemplo del debilitamiento comparativo de las posiciones de Skype, que enfatizó el formato de videoconferencia, en comparación con los más nuevos (Whatsapp, Messenger, Telegram, Signal, etc.)

En términos de lenguaje, es innecesario pensar en sus palabras – en primer lugar, estas palabras se dirigen a demasiados "contactos"; en segundo lugar, si algo está mal, el pensamiento puede corregirse, complementarse y eliminarse al instante. Y, por cierto, la inteligencia artificial corregirá todos los errores gramaticales, si es necesario o escribirá por Ud. la palabra sólo poniendo unas primera letras.

Esta situación generó mucho "ruido" lingüístico. Esas palabras que solían revolotear como gorriones en una conversación personal y luego se iban volando, quedando solo en la memoria de quienes hablaban, ahora quedan "colgadas" de Internet durante años. Estas palabras y pensamientos están impresos y esparcidos como arena por todo el mundo; a menudo son contradictorios, dudosos, fraccionados, y simplemente de "baja calidad".
Dado que la base de este nuevo espacio comunicativo sigue siendo el idioma ruso, incluso este último, atraviesa tiempos difíciles dado que está siendo vulgarizado, simplificado y empobrecido.

Aquellos tesoros que ha ido acumulando la "grande y poderosa" lengua rusa a lo largo de la historia; que cimentaron la conciencia de nuestro pueblo y determinaron el rumbo del desarrollo de nuestro país, se han vuelto superfluos en el nuevo espacio comunicativo.

Qué tiene que ver Argentina con eso? Cuando comenzó la epidemia del coronavirus, Argentina fue uno de los primeros países en imponer un cierre total en su territorio. La prohibición de la libre circulación de los ciudadanos fuera de sus hogares se aplicó en marzo de 2020 y ha estado en vigor hasta ahora; una decisión que ha sido objeto de duras y, quizás, justificadas críticas.

Sin embargo, ha sido importante para nosotros “el lockdown” en Argentina pues ha contribuido a poner todas las comunicaciones en línea lo más rápido posible. Antes de la crisis, había muchos proyectos de capacitación en línea, trabajo en línea, etc. Con el inicio de la pandemia, todos estos desarrollos tuvieron que implementarse a un ritmo acelerado, dejando de lado todas las dudas, ya que no había otra opción.

Además, hubo una tendencia a cambiar a Zoom, Google, Jitsi Meet, y otras plataformas de videoconferencia como un formato aceptado para el trabajo remoto en un entorno de bloqueo. Este formato también ganó el terreno como herramienta indispensable para la enseñanza de la lengua rusa en Argentina.

El formato de la videoconferencia, de hecho, devuelve la comunicación entre personas al marco clásico del lenguaje oral, donde la belleza y riqueza del habla, la entonación y el contacto visual vuelven a cobrar importancia. En el contexto de la correspondencia en el chat, el modo de aislamiento y la sensación natural de soledad, angustia, perdida de los familiares- han empujado a muchas personas a buscar una comunicación "en vivo".

El idioma ruso, con su “alma viva”, atmósfera emocional, sentimientos y espiritualidad a veces actúa como un medicamento, que, como dicen, el médico prescribió en este momento difícil. Creo que en parte es por eso que vemos un incremento tan importante en la demanda para aprender ruso en Argentina, un país donde la gente no ha salido a la calle durante muchos meses.

Además, la imagen internacional de Rusia como “salvador y ayudante” en los medios rusos e internacionales - a pesar de la tendencia de manchar la reputación del país - alcanzó las tierras de los países latinos, donde Rusia fue vista como un gran amigo y aliado, que estrecha la mano en el mal al afligido y lastimado, con su enorme potencial y los profesionales con gran experiencia en temas infecciosos".

La aparición de la vacuna “Sputnik-V” fue otro impulso importante entre los latinos, especialmente jóvenes y adolescentes que quisieron aprender el idioma de un país tan destacado por su actuación en el periodo de pandemia. En otros términos, "El mundo vio en Rusia un país aliado, misericordioso que siempre ofrece la mano para ayudar". Recordemos que al principio de la pandemia los aviones rusos con médicos y equipos militares fueron enviados a Italia y 87 especialistas rusos se apresuraron a ayudar a Serbia.

Naturalmente, esta ayuda fue percibida con la llegada de especialistas competentes, toneladas de medicamentos para Serbia e Italia, ayuda humanitaria - en una situación en la que nadie sabía cómo se iba a desarrollar la epidemia en Rusia en el futuro cercano. Después, la patente de la vacuna« Sputnik-V» y su aparición exitosa en Argentina.

Causó el agradecimiento de parte de la población de este país, despertó más el interés por Rusia y generó un gran atractivo por el estudio del idioma ruso. El auge de la difusión de la lengua rusa y su cultura en Argentina se plasma a través de la Representación Oficial de la Universidad Estatal de San Petersburgo, “ Cursos Oficiales de Ruso”,que se encuentra en Buenos Aires, Ayacucho 132, en la Cátedra de Rusia del Instituto de las Relaciones Internacionales de la UNLP, a base del convenio entre dos universidades: la de San Petersburgo y la de la UNLP que fue firmado en 2018.

En este marco, la Cátedra de Rusia se convirtió en una de las principales expresiones del IRI de la UNLP. El creciente interés que despierta nos dice acerca de ello. Asimismo, la Representación Oficial de la Universidad Estatal de San Petersburgo en Argentina, en la Cátedra de Rusia del IRI, no se agota en la enseñanza del idioma, sino que ofrece su cuota de becas para carreras de grado y posgrado, el examen internacional de ruso. Según el Marco Común Europeo, examen para la ciudadanía rusa, olimpiadas de idioma ruso, concursos con premios, presentaciones de libros, conferencias y exposiciones que abordan desde la política hasta la literatura.

Por ello, nos sentimos en condiciones de decir que la Representación Oficial de la Universidad más antigua y prestigiosa de Rusia es el centro de enseñanza de idioma y difusión de la cultura rusa con más calidad y eficiencia en el país. Más aún, estamos en condiciones de afirmar que se trata de un proyecto integral único en el país que reúne muchos especialistas, profesionales, alumnos universitarios y escolares argentinos, contribuyendo el desarrollo fructífero bilateral de ambos países. En los tiempos de pandemia, también creció el número de interesados por la cultura e idioma ruso en otros países de América Latina.