Llamado de Guerra. ¿Quién es el verdadero enemigo?

07.03.2022

Esto es un llamado para los que pensamos y sentimos diferente. No obstante, le llegará a nuestro enemigo y esperamos que reflexionen. Este llamado es para los que sabemos que hay que luchar por una causa que nace inmortal. Este llamado es para los que vienen desde variadas partes del mundo y emergemos aquí con una sola voz. Luchamos por un orden y sentido que solo tiene sentido desde lo más profundo de nuestro ser, desde nuestro orden de espacio, de tiempo, que es nuestra amada profunda civilización. Donde lo eterno se sumerge en nuestro dolor y nos hace elevarnos como estrellas fulgurantes. Este medio de comunicación, nuestros puestos de lucha ideológica y más que todo de lucha espiritual han estado, están y seguirán en ataque profundo por nuestros enemigos. Está bien eso, que nos ataquen. Significa que nuestro sentir del mundo les destruye el de ellos. Les duele. A ellos les han dado la hegemonía, el apoyo de todos sobre todos, pero a nosotros nos han dado la verdad. Y la verdad es que el liberalismo, ese pensamiento de muerte, tiene que perecer, como tiene que perecer el fascismo y el comunismo. Esa forma de vida acelerada carente de profundo vivir, sumergida en la liquidez del agua que se filtra en las alcantarillas de la muerte, no será, se los repito, no será vencedora en esta guerra escatológica. Este fin iniciara con la paz eterna y junto a ese éxtasis nuestro ser brillara en la profundidad de la oscuridad, liberándonos de este dolor mundano. Dándonos justicia, dignidad y elegancia, que nunca morirán.

Hago un llamado de guerra, para que ataquemos al pensamiento único, al pensamiento que ataca nuestras civilizaciones. Hago un llamado para que ataquemos sus ideas con nuestras ideas, esas que nos quieren callar la voz con sus sanciones. La única forma de terminar la guerra, es luchar la guerra hasta el fin. Hago un llamado de guerra a todos nuestros aliados, a todos esos que dudan. Sabemos que tienen miedo, está bien tener miedo. No obstante, tenemos que luchar y vencer. Esta lucha es por el todo o nada. Está naciendo un nuevo mundo y muchos de ustedes no lo saben, nuestros amados lectores que no nos conocen, que buscan desde lo más profundo de su ser, transcendencia. Les decimos, únanse. Estamos luchando desde cada trinchera existente, desde cada línea de texto, desde cada pensamiento libre que representa un colectivo profundo, como una raíz al corazón de la tierra, desde cada sentido de pertenencia y lucha contra la soledad impuesta por ese pensamiento liberal. Este pensamiento nos dice que el individuo prevalece sobre el colectivo. Eso nunca será así. Eso es lo que nos dice ese pensamiento hegemónico llamado liberalismo, ese pensamiento triunfante del siglo pasado, que deberá quedar atrás y dar paso a la sombra continua de las eternas colinas sagradas.

Nuestro enemigo nos ataca con múltiples variantes de guerra, sus tácticas son diferentes, su estrategia es la misma: Callar nuestras ideas. Vetar nuestra forma de pensar. Eliminarnos. ¿Qué es un hombre sin ideas? La respuesta es que un hombre sin ideas es nada. Tenemos que luchar con cada hermano y hermana que toman cada arma ideológica, y que la usan para luchar contra ese pensamiento ruin, para defenderse de esta indiferencia individual que nos toma por el pecho y nos impele por doquier. Eso es el liberalismo. El liberalismo es el pensamiento que lucha contra esta colectividad en la que estamos sumergidos y no podemos separarnos de ella, nos destruye nuestro propio ser. Tenemos que hermanarnos, unirnos y emerger como siempre, dar la guerra que nos merecemos, porque esta guerra es por la gloria de cada ser, desde sus diversas denominaciones, pero con un solo sentido que se palpa en su corazón, ese que está en su pecho y un estado de Dios junto a él.

Vamos a luchar contra el pensamiento que nació esclavista y que nos esclavizará para siempre si triunfa, ese es el liberalismo. Lucharemos con nuestros valores contra sus valores. Vamos a ganar contra todos y por todos. Recuerden nuestra arma es nuestra palabra. Nos han declarado la guerra y es una falta de cortesía no contestarles.

Dolor gloriaque.