Los desafíos de la guerra en Ucrania. Una perspectiva metafísica
El mundo entero ha entrado en una fase decisiva de la historia ahora que Rusia ha lanzado un operativo militar a gran escala en Ucrania. Y como la historia no es un proceso mecánico, determinista y fatalista donde los acontecimientos no tienen sentido, sino que, por el contrario, permanece abierta a una infinidad de opciones y probabilidades que son determinadas por la voluntad divina, entonces podemos decir que esta batalla tendrá un final incierto.
Tal parece que toda la humanidad ha sido engullida por este potente torbellino lleno de toda clase de contradicciones: la única salida es la lucha a muerte entre dos visiones del mundo completamente diferentes. Además, es un enfrentamiento planetario que no deja espacio para las negociaciones, especialmente porque ambos bandos aspiran a aniquilar por completo a su enemigo.
La lucha de estos dos oponentes se debe a que son defensores de dos formas totalmente diferentes de ver el mundo. Se trata de un gran choque entre dos civilizaciones totalmente distintas y que nos remite a las diferencias radicales que existen entre ellas. Por lo tanto, es una batalla entre dos modelos civilizatorios irreconciliables y que difieren bastante.
Desde un punto de vista metafísico podemos encontrar las siguientes diferencias:
He aquí el perfil identitario de estos dos mundos desde un punto de vista metafísico:
- Civilización telurocrática contra civilización talasocrática;
- Civilización de la Tierra contra Civilización del Mar;
- Civilización continental contra civilización oceánica;
- Civilización de la luz celestial contra civilización de la oscuridad marítima;
- Civilización de lo permanente contra civilización de lo cambiante;
- Civilización vertical contra civilización horizontal;
- Civilización de la Tradición contra civilización de la Modernidad;
- Civilización de la cruz contra civilización de la usura;
- Civilización de la salvación contra civilización de la perdición;
- Civilización solar contra civilización lunar;
- Civilización del amor contra civilización del odio;
- Civilización de lo trascendente contra la civilización de lo inmanente;
- Civilización del espíritu contra civilización de la materia;
- Civilización masculina contra civilización ginecocracia;
- Civilización religiosa contra civilización pagana;
- Civilización de lo sagrado contra civilización de lo profano;
- Civilización mística contra civilización gnóstica;
- Civilización columbina contra civilización reptiliana;
- Civilización creacionista contra civilización evolucionista;
- Civilización cristocéntrica contra civilización antropocéntrica;
- Civilización orgánica contra civilización nihilista;
- Civilización natural contra civilización mecánica;
- Civilización de la fe contra civilización cientificista;
- Civilización de la continuidad contra civilización de las rupturas revolucionarias;
- Civilización del espíritu luminoso contra la aburrida civilización materialista;
- Civilización de la vida contra civilización de la muerte;
- Civilización del don contra civilización del dinero;
- Civilización contemplativa contra civilización utilitaria;
- Civilización del honor contra civilización del interés;
- Civilización del espíritu de sacrificio contra civilización hedonista;
- Civilización de los héroes contra civilización de los mercaderes;
- Civilización de los santos contra civilización de los ídolos;
- Civilización del culto al trabajo contra civilización del lucro parasitario;
- Civilización rural contra civilización urbana;
- Civilización estoica contra civilización de la abundancia;
- Civilización de lo natural contra civilización tecnocrática;
- Civilización de la armonía contra civilización del caos;
- Civilización de la belleza contra de lo civilización de lo feo;
- Civilización de la familia contra civilización de la perversión sexual;
- Civilización de la lealtad contra civilización de la promiscuidad;
- Civilización moral contra civilización de la depravación;
- Civilización fértil contra civilización estéril;
- Civilización del sentido contra civilización de lo absurdo;
- Civilización de la decencia contra civilización de la indecencia;
- Civilización del ingenio humano contra civilización de la inteligencia artificial;
- Civilización del hombre contra civilización del transhumanismo.
No se trata de una confrontación entre países, sino entre dos formas de vivir e interpretar la vida, por lo que poco importa si Rusia es consciente o no de su misión civilizadora. Lo cierto es que este país, que lleva el peso de una gran misión histórica, sufrió durante su historia dos grandes choques: el comunismo y el liberalismo. Pero a pesar de esos traumas históricos, podemos decir que los arquetipos ancestrales, su espíritu bizantino y sus códigos culturales continentales se han conservado en la profundidad de su inconsciente colectivo. Más allá de sus traumas históricos, el anquilosamiento y los obsoletos problemas ideológicos que todavía portan, la nación rusa posee un vigor juvenil que todavía no la ha abandonado a la hora de cumplir su misión histórica y perdurar en el tiempo.
Esta lucha que ha puesto a la humanidad al borde de la muerte comenzó hace dos años con el inicio de la primera fase para la despoblación planetaria. Hasta ahora, nada parecía capaz de revertir el curso de los acontecimientos, pero, ¿será que acaso esta guerra podrá detener el genocidio global y terminar con el asesinato masivo por medio de inyecciones o simplemente acelerará el fin de la civilización humana?
Dirigimos nuestras oraciones a Dios para que permita que las fuerzas de la luz salgan victoriosas y nos permita seguir existiendo. La muerte inminente siempre nos deja sin tiempo para arrepentirnos.
Esperemos que la sangrienta tragedia de la guerra en Ucrania no acelere el fin del mundo, sino solo el fin de este mundo degenerado del cual podrá surgir uno nuevo.
PD: Aquellos que todavía tienen sus dudas y no saben de qué lado estar, sería bueno que recordaran quienes son los que se encuentran del lado del pacifismo antirruso: depredadores financieros y oligarcas como George Soros, superestrellas satánicas como Madonna y Marina Abramović, famosas por sus siniestras improvisaciones artísticas combinadas con rituales cabalísticos, asesinatos de bebés, perversiones sexuales, etc., todos ellos ligados al clan Illuminati de los Rothschild.
El ejército de mercenarios mundial, que hace dos años nos engañaba con el Covid-19, luciendo sus máscaras protectoras y llamándonos a inyectarnos, ahora se ha puesto otra máscara: el pacifismo y los aliados de los Guerreros de Kiev. Detrás de estas máscaras se esconde la horrible sonrisa de las malvadas fuerzas globalistas.
Revision: Juan Gabriel Caro Rivera
Iurie Roşca
04.03.2022