¿Qué le pasa a Europa?
Para entender correctamente la naturaleza de la crisis actual tenemos que hacer un breve análisis de la situación. Sugiero tres niveles:
· Ideológicamente,
· Económicamente,
· Geopolíticamente.
La ideología liberal es la fuente del problema
Ideológicamente el problema es el liberalismo como única y sola ideología impuesta a Europa y al resto de la humanidad por el mundo anglosajón. El liberalismo afirma solamente la identidad individual y prohíbe cualquier tipo de identidad colectiva u orgánica. Así que paso a paso el liberalismo niega la religión, la nación y la pertenencia de género con el fin de establecer un individuo completamente libre de cualquier tipo de holismo. El género es el núcleo del problema político porque los liberales insisten en el carácter facultativo del género, un género como elección individual (antes la lucha fue acerca de la religión como opción individual o de la nación como elección individual). El otro punto importante es la inmigración. El liberalismo se niega a reconocer identidades religiosas o culturales, al igual que las de género: así, un inmigrante no es considerado como el portador de una identidad diferente, sino un individuo numérico atomizado más. El liberalismo destruye cualquier identidad colectiva. Lógicamente el liberalismo destruye la identidad europea (con la llamada tolerancia y las teorías de los derechos humanos). Junto con la destrucción intensiva de la identidad sexual acelera el fin de la sociedad como tal. El fin de Europa está garantizado por el hecho mismo de la aceptación del liberalismo como ideología dominante.
El último paso en el desarrollo del liberalismo será negar la identidad humana colectiva. Así que bienvenidos al trans-humanismo. Esta es la agenda liberal para mañana.
El liberalismo es una ideología nihilista. Se insiste en la libertad de cualquier tipo de identidad colectiva, pero nunca sugiere algo positivo. En la pasada competición con las ideologías totalitarias – el comunismo o el fascismo – el liberalismo era concreto y atractivo porque negaba el totalitarismo concreto planteándose como alternativa. Fue una alternativa realmente. Pero cuando los totalitarismos fueron superados la naturaleza nihilista del liberalismo se reveló. Sólo puede negar. No puede afirmar nada. No es la ideología de la libertad positiva, es la ideología de la libertad negativa. Ayer no era algo tan explícito. Ahora lo es.
El liberalismo se hizo totalitario. Usted no tiene la libertad de no ser liberal. Usted debe ser liberal. Usted puede optar por ser liberal de izquierda, liberal de derecha, o liberal de centro. Puede ser – en el caso extremo – de la extrema izquierda liberal o de la extrema derecha liberal. Pero siempre liberal. Si usted es juzgado por los liberales como no liberal, usted está acabado – etiquetado como extremista, terrorista y así sucesivamente. Los liberales pueden tolerar, pero a las personas tolerantes. Si usted no es tolerante (en el sentido liberal), usted es intolerable.
¿Qué podemos hacer para oponernos al liberalismo? En el siglo XX hubo dos opciones: el comunismo (socialismo) y el fascismo. Ambos fracasaron históricamente – política, filosófica, militar, económicamente. Ahora existen como simulacros. Son o hiper marginales o manipulados por el liberalismo: de ahí el liberal-comunismo del posmodernismo, anarquistas y trotskistas o liberal-fascistas sirviendo a los liberales para promover su causa exactamente como el fundamentalismo islámico es utilizado como arma de los EEUU. Así que mi idea de oponerse al liberalismo (primera teoría política), no es la segunda teoría política (el marxismo), ni la tercera (el fascismo), sino la cuarta. He desarrollado esta idea en el libro La Cuarta Teoría Política, traducido en muchos idiomas – en alemán también. Tenemos que luchar contra el liberalismo, refutándolo y deconstruyéndolo totalmente. Al mismo tiempo, tenemos que hacerlo no en nombre de la clase (como en el marxismo), o en nombre de la nación o de la raza (como en el fascismo), sino en nombre de la unidad orgánica del pueblo, de la justicia social y la democracia real. Los liberales interpretan la democracia como el dominio de las minorías. Necesitamos restaurar el sentido original del término: la democracia es el gobierno de la mayoría, de la mayoría orgánica, mayoría que comprate la identidad común – que es el gobierno del pueblo como la unidad histórica y cultural.
El capitalismo financiero es una catástrofe
Económicamente, el problema está en el capitalismo financiero pretendiendo superar al sector real de la industria en favor de la tecnología de los mercados financieros. Tal capitalismo es monopolista y crea burbujas en lugar de desarrollar la infraestructura económica. Esta economía se basa en las especulaciones financieras (del tipo de G.Soros) y acaricia la ilusión del crecimiento infinito. Eso contradice la realidad. La clase media no está creciendo más. El crecimiento de los mercados financieros no se corresponde con el crecimiento del sector real. Poner toda la atención en las instituciones financieras que promueven la deslocalización del sector real hacia los países del Tercer Mundo en el curso de la globalización es el camino hacia el abismo. Las primeras olas de la crisis ya han pasado, pero nuevas olas estarán aquí pronto. El colapso económico de los países del sur de Europa como Grecia, y en un futuro próximo Italia y España, es sólo el pico visible de la inmensa catástrofe. La unidad europea se basa en la aceptación total de la logística del capitalismo financiero. Sólo la lucha de Alemania ahora con el fin de mantener la economía en contacto con las realidades industriales se niega a embarcar en el tren hacia la nada. Esa es la razón de la histeria anti-alemana en Europa y en EEUU. La economía alemana puede ser la última economía real, el resto es ya economía virtual.
Así que tenemos que reconstruir Europa sobre bases económicas alternativas.
El crecimiento infinito no es más que una ilusión liberal. La caída de la clase media es la severa realidad. La manera de salir de esto es la revisión completa de los mitos del capitalismo financiero.
El Atlantismo es un mal
Geopolíticamente Europa es hoy una entidad atlantista. La geopolítica imaginada por el inglés Sir H. Mackinder declara que hay dos tipos de civilizaciones – la civilización del Mar (Seapower) y la civilización de la Tierra (Landpower). Ambas están construidas sobre sistemas de valores opuestos. El Seapower es puramente mercantil, modernista y materialista. El Landpower es tradicionalista, espiritual y heroico. Ese dualismo corresponde al par conceptual de Werner Sombart: Händlres y Helden. La sociedad europea moderna está plenamente integrada en la civilización del mar. Esto se manifiesta en la hegemonía estratégica norteamericana y en la OTAN.
Esta situación impide que Europa se convierta en una entidad geopolítica independiente. Más profundamente, pervierte la naturaleza geopolítica de Europa como entidad continental – Landpower.
Así que hay una necesidad de cambiar la situación y restablecer la estrategia Landpower basada en la verdadera soberanía europea. En lugar de atlantismo, Europa necesita convertirse en una potencia estratégica continental.
Europa y Rusia
Si resumimos los puntos podemos deducir lógicamente dónde nos encontramos en las relaciones entre Europa y Rusia.
En el presente Rusia es:
· Relativamente hostil hacia el liberalismo (más inclinada hacia el tradicionalismo y el conservadurismo),
· Económicamente, está tratando de liberarse de la dictadura del Banco Mundial y FMI,
· Geopolíticamente, continental y anti-atlantista.
Esa es la razón por la que Rusia está siendo atacada – en Ucrania, en Moscú, en todas partes. El reciente asesinato del liberal Boris Nemstsov fue una provocación que sirve para demonizar a Rusia cada vez más a los ojos de Occidente. Los liberales, la oligarquía financiera mundial y atlantista (los Estados Unidos y la élite financiera), tratan de provocar hostilidad entre Rusia y Europa, así como tratan de salvar su tembloroso imperio promoviendo conflictos étnicos. La guerra en Ucrania es el primer paso en la serie de conflictos étnicos en suelo europeo. La élite liberal mundial planea la guerra étnica no sólo en Ucrania o Rusia, sino en Alemania, Francia, Europa del Este y en otros lugares. El Imperio liberal trata de salvar su hegemonía, que cae a pedazos, dividiéndonos.
Tenemos que resistir a fin de construir una Europa mejor, la Europa verdaderamente europea. Y en tal situación Rusia es el amigo y EEUU es el enemigo. Tenemos que trabajar en una alianza ruso-europea, no porque los europeos amen a Rusia o los rusos amen a los europeos. La razón es diferente: tenemos que estar juntos para salvar a cada uno de nosotros del peligro que nos amenaza a todos.