La oferta turca de Incirlik a Rusia es el “regalo” de Ankara por el 4 de julio a Washington

05.07.2016

Construyendo la sorpresa del re-pivotado del presidente Erdogan hacia el mundo multipolar, el ministro de exteriores turco anunció en el aniversario de la independencia americana que su país estaba considerando invitar a Rusia a la base aérea de Incirlik para realizar operaciones anti-daesh. Según RT, el emplazamiento militar está siendo usado actualmente por “las fuerzas aéreas de EEUU, Alemania, Gran Bretaña, Qatar y Arabia Saudí”, similar en efecto a cómo el diminuto país de Djibouti y su capital están siendo usadas multilateralmente por fuerzas americanas, francesas, japonesas, saudíes, y chinas.

Si Moscú lleva a cabo la propuesta de Ankara, entonces simbolizaría de manera importante la seriedad del gobierno turco para reorientar su visión estratégica hacia el este, hacia el emergente orden mundial multipolar, que, según fue analizado anteriormente, está motivado por los factores situacionales duales del rechazo de la UE a Turquía y el apoyo de los EEUU a los militantes separatistas kurdos. Tampoco se puede olvidar que sin importar lo que ocurre en última instancia con este desarrollo inesperado, Erdogan está enviando un fuerte mensaje inequívocamente a Washington mediante la acción por su gobierno de este anuncio el 4 de julio, el “día santo” para todos los excepcionalistas americanos.

Desde esta mirada de cosas, puede argumentarse persuasivamente que Rusia y Turquía han alcanzado algún tipo de mutuo “acuerdo de patio trasero” como parte de su “distensión”, dado que de lo contrario es impensable que un “aliado” americano tan geoestratégicamente crítico en este momento como Turquía, jamás toleraría la invitación pública del ejército ruso para usar la misma base aérea que los “amigos” de la OTAN para Ankara y de la cohorte de los estados del golfo. Habiendo dicho esto, Erdogan es un líder escurridizo que no puede ser totalmente de confianza, y no es imposible que él llevara a cabo este truco con la intención de sacar algún tipo de concesión de los EEUU al respecto de su cultivo del “Israel geopolítico” del “Kurdistán”.

No parece concebible en este punto que los EEUU se echarán atrás en su compromiso no declarado para tallar un “Kurdistán” en el corazón de oriente medio, pero puede hacer algunas concesiones simbólicas a Turquía como limitar el número de fuerzas especiales que están entrenando al YPG y/o “tranquilizando” a Ankara con el apoyo de Washington a la “soberanía” turca, y ambas no serían nada más que farsas para ganar tiempo, en pos de montar una coalición de guerra híbrida contra Erdogan.

Irónicamente, los mismos factores internos que algunos analistas habían pensado anteriormente que podrían ser influidos por los servicios especiales rusos para desestabilizar al país rival sureño pro-americano –los militantes izquierdistas, los separatistas kurdos, una insatisfecha clase media, y los militares desconfiados- ahora podrían ser explotados por las agencias de inteligencia americanas para compensar el pivotar pro-ruso que el miembro más oriental de la OTAN está en proceso comenzar abiertamente.

Debe recordarse en esta coyuntura que los apoyos multipolares de Ankara no son tan inesperados como los observadores casuales podrían creer, dado que este autor detalló el perfil del Turquía, que fue incluido en una serie de artículos largos sobre “El significado de multipolaridad”, y detalla la naturaleza geopolítica de esta elección, aunque he de admitirlo, fui altamente escéptico con que Erdogan lo persiguiera. Con el hombre fuerte de Turquía intentando aparentemente la salvaguardia de la soberanía de su estado y su adelantamiento a la eventual emergencia de un “Kurdistán” transnacional respaldado por los americanos (posiblemente incluso un sub-estado) que podría conducir a la disolución final de su país, y parece aún más probable que Ankara continúe con su reorientación multipolar a pesar del riesgo muy real de caer víctima de un complot de Guerra Híbrida.