La militarización del ártico para contrarrestar las reivindicaciones rusas

06.07.2016

Según el Análisis Ártico recientemente finalizado (es un informe ordenado por el gobierno danés) se ha estimado como necesario el “reforzamiento de la soberanía sobre el ártico y la vigilancia de seguridad y la preparación, ya que el tráfico marítimo se está incrementando” (Kongstad: 21 de junio de 2016). Para realizar esto, Dinamarca está buscando militarizar el ártico mediante el establecimiento de un puesto de guardia en Groenlandia, inversión en satélites para vigilancia, y mejora de la fuerza para la armada danesa en el área.

Se estima que el coste para iniciar esta militarización ascenderá a 54.000 millones de dólares, seguido por un gasto anual de 18.000 millones de dólares para la perpetuación de esta misión (ibíd.).

La importancia geoeconómica de la región ártica es tal que se estima que el 25% de los recursos naturales inexplorados del mundo, tales como petróleo y gas, están ubicados allí. El calentamiento global está haciendo que áreas antes cubiertas por el hielo ahora sean accesibles para la extracción de recursos, y por esta razón diversos estados han empezado a reivindicar el control sobre el territorio ártico. También, nuevas rutas marítimas estarán disponibles en cuanto el hielo se retraiga, lo que significa que este territorio tiene el potencial de proporcionar posibilidades estratégicas futuras en lo económico y lo militar para los países que buscan derechos ahí. 

En diciembre de 2014, Dinamarca buscaba la atribución de 895.000 km2 de espacio marítimo ártico, que constituye un área más de 20 veces mayor que el actual tamaño de Dinamarca (Børsen: 4 de agosto de 2015).

Partes de esta misma área también han sido buscadas por EEUU, Rusia, Canadá y Noruega. Por tanto, la región ártica podría transformarse probablemente en un campo de batalla geopolítico entre los estados que compiten por el derecho a controlar las áreas que abarcan desde las crestas de Mendeleev y las crestas de Lomonosov respectivamente – en otras palabras, es un área de creciente importancia de la Rimland (zona costera).

El pasado año, Rusia llevó un documento a la ONU declarando sus reivindicaciones del ártico, reivindicaciones que Rusia ha estado interesada en tener reconocidas desde 2001. Pero a pesar de que Rusia se ha aproximado al asunto desde un ángulo pacífico y diplomático, el gobierno danés ha elegido responder agresivamente mediante la iniciación de un fortalecimiento militar en vez de esperar por la decisión de la ONU.

Johannes Riber Nordby, Comandante en la academia de defensa danesa, ha defendido la militarización danesa, declarando que: “Dinamarca debe prepararse para una futura actividad militar rusa si ellos reciben una respuesta de la ONU antes que nosotros. Debemos estar preparados para los vuelos rusos sobre Groenlandia y las áreas árticas que Dinamarca también está reivindicando. Esto no puede ignorarse si Dinamarca quiere alguna esperanza de obtener los derechos de estas áreas disputadas. Esta será una tarea para la defensa danesa, que debe ajustarse a esto, y llevará tiempo” (Damkjær: 5 de agosto de 2015).

Así, el espectro de la “Rusia agresiva” se usa de nuevo para justificar un costoso fortalecimiento militar que, a la luz de la aproximación diplomática de Rusia en la ONU, solo puede verse como una provocación, y esto al mismo tiempo en que están disparándose las tensiones con la realzada presencia de la OTAN en Europa nororiental.

Rusia está preparada para recibir una respuesta de la ONU a sus reivindicaciones árticas en 4 o 5 años, mientras que Dinamarca tendrá que esperar hasta el año 2027. Mientras tanto, sólo podemos esperar por las mejores relaciones y comunicación entre Dinamarca, así como los otros países occidentales, y Rusia sobre la resolución de sus asuntos en una manera sin confrontaciones. Es más, deben aceptar la realidad de que “la carrera al ártico” no tiene que ser un juego de suma cero entre estados, o bloques, sino en vez de eso, deberían buscar la negociación de una solución mutuamente beneficiosa entre todos los actores con intereses en la región ártica.

Fuentes: