Dinamarca recorta en bienestar pero compra nuevos cazas de combate a EEUU

23.06.2016

En mayo de 2016, el gobierno danés decidió hacer la compra de armas más grande en la historia de Dinamarca por la cual encargó 27 nuevos cazas de combate F-35A, producidos por la compañía estadounidense Lockheed Martin con el coste de 3.000 millones de dólares, y además, el coste total por la vida útil de estos cazas que asciende a una suma aproximada de 8.500 millones de dólares.  Ni incluso se calculó en estos gastos los costes por las bombas, municiones y asistencia para las reparaciones tras una campaña de bombardeo.

El dinero para esta compra está cubierto, cómo no, por los ingresos de impuestos de los daneses, lo que significa que en vez de bienestar, servicios sociales y otros bienes públicos, gastamos en costosas modernizaciones militares. Así, ¿qué pensaran los mismos daneses sobre esto? Bueno, según una reciente encuesta hecha por Wilke, el 53,3% de la población danesa cree que esta compra en una mala idea; el 30,8% cree que es una buena idea, y el 15,9% está incierto. Es más, el 27 de mayo, hubo manifestaciones por toda Dinamarca con el mensaje: “¡No os agradecemos los nuevos cazas de combate!”, y en vez de eso, “poned la paz en la agenda, basta de involucrar en guerras a Dinamarca y usen los miles de millones para el bienestar, construir la paz y los puestos de trabajo útiles”.

El hecho de que más de la mitad de la población danesa no quiera que el dinero de sus impuestos vaya para cazas de combate no preocupa a los políticos daneses, que en vez de escuchar al pueblo, recurren a la retórica de la guerra fría y a infundir miedo. Un ejemplo de esto está ilustrado por el ministro de defensa danés, Peter Christensen, que dijo: “Los tiempos tras la caída del muro de Berlín, cuando estábamos seguros de que no había amenazas presentes para los países miembros de la OTAN, han cambiado. Por esta razón, Dinamarca como todos los países miembros de la OTAN, deben contribuir a la defensa de sí misma y del resto”. Esto implicaba que la Rusia actual constituye una nueva “amenaza obvia” a Europa, y que la modernización militar por miles de millones de dólares en impuestos está por tanto justificada.

El año pasado, Dinamarca tuvo un gasto militar de la OTAN que ascendía a 3.300 millones de dólares y esto en un tiempo en que el gobierno danés estaba realizando recortes en el gasto de bienestar, condiciones laborales, investigación y educación. Solo en las comunas danesas, hay planes para recortar en torno a 362 millones de dólares en un año, que principalmente tendrá consecuencias negativas para los niños, los ancianos y los ciudadanos más indefensos.

Mientras que estos recortes no van exclusivamente a la financiación de la modernización militar, no obstante, es desafortunado que los políticos daneses contrarios a los deseos del pueblo, prefieran usar estos ingresos para apaciguar a la OTAN. Es más, está siendo acordado el envío de 150 soldados daneses a los estados bálticos como parte del plan de la OTAN para incrementar allí la presencia, con 5.000-6.000 soldados en la frontera con Rusia. La decisión final de este movimiento será decidido en la cumbre de la OTAN de Varsovia este julio.

Esto significará indudablemente que se van a aumentar los costes anuales para cada estado miembro de la OTAN, ya que tener tantos soldados estacionados en el extranjero está lejos de ser barato. Desgraciadamente para Dinamarca, y muchos otros miembros europeos de la OTAN, nuestros políticos están firmemente en línea con las aspiraciones geopolíticas de los EEUU, así que esta costosa iniciativa se fijará para continuar, al menos siempre que aparezcan nuevas “amenazas”, o sean inventadas, para mantener la justificación de la reliquia de la guerra fría que es la OTAN.