INFORME RAND SOBRE LA OPERACIÓN ESPECIAL EN UCRANIA
Cuestiones territoriales de interés para Estados Unidos
Así, el modo de existencia estadounidense se ha conceptualizado geopolíticamente como una correlación simultánea de valores liberal-democráticos e intereses estratégicos a escala planetaria.
El conflicto ruso-ucraniano adquiere especial relevancia con el análisis de los pasos que está dando Estados Unidos para conseguir los mayores beneficios geopolíticos. Un informe del think tank estratégico estadounidense RAND Corporation presenta un esquema coherente de cómo debe actuar Estados Unidos para lograr una paz que preserve su poder y minimice al mismo tiempo los riesgos potenciales que plantea Rusia. Se presta especial atención a las siguientes dimensiones:
- El posible uso de armas nucleares por parte de Rusia,
- posible escalada del conflicto entre Rusia y la OTAN,
- control territorial,
- duración,
- forma de conclusión de la guerra.
¿Es posible una guerra nuclear, según los atlantistas?
Para Estados Unidos, la amenaza inmediata en el ámbito de la seguridad internacional es la presencia de un arsenal nuclear de Estados hostiles. Es este factor el que predetermina en gran medida la política estadounidense, ya que existe cierto riesgo de utilizar armas nucleares contra miembros de la alianza de la OTAN u otros aliados de Estados Unidos. La historia de los conflictos militares del siglo XX demuestra que la estrategia de Estados Unidos consiste principalmente en llevar a cabo una guerra por delegación contra Estados hostiles que son miembros del "club nuclear", ya que la parte estadounidense trata de evitar el conflicto directo con ellos, minimizando los riesgos de escalada de una guerra nuclear. Debido al riesgo de que Rusia dé pasos hacia el uso de armas nucleares en el conflicto de Ucrania, Estados Unidos prefiere hacer la guerra "con otras manos", es decir, elegir al régimen de Kiev y a sus partidarios dentro de un territorio estrechamente definido como medio de guerra. Así, el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, declaró que la lista de los principales objetivos estratégicos de Estados Unidos incluye evitar "un conflicto cinético entre las fuerzas armadas de Estados Unidos y de la OTAN con Rusia" y "contener la guerra dentro de los límites geográficos de Ucrania".
Para los analistas estadounidenses, permitir que Rusia utilice armas nucleares tácticas en una situación crítica sería un factor clave para desacreditarla entre sus principales socios y convertirla en un país delincuente, además de permitir a la OTAN intervenir directamente en el conflicto. Especulando sobre la cuestión de la amenaza nuclear que representa Rusia, parece ventajoso para Occidente, en algún momento de la guerra, utilizar la provocación nuclear organizada por el régimen de Kiev para debilitar geopolíticamente a Rusia. Cabe señalar que ya existen precedentes similares: en 2013, las fuerzas de la oposición en Siria llevaron a cabo una provocación con armas químicas para desacreditar a Bashar al Assad y llevarlo ante un tribunal internacional.
Cuestiones territoriales que preocupan a EEUU
La siguiente parte del informe se centra en el control del territorio por las partes hasta la fecha. En particular, se examinan los resultados más y menos favorables para Estados Unidos, teniendo en cuenta la actual posición geopolítica de Rusia.
El resultado más favorable para los atlantistas y los praxis representados por Ucrania es la restauración del control territorial sobre los territorios que pertenecían a Ucrania antes de 2014. Según los expertos de RAND, "es altamente indeseable que Estados Unidos reconozca formalmente cualquier ocupación rusa de territorio ucraniano, independientemente de dónde se trace la línea de control real. Esto avergonzaría a Estados Unidos ante una sociedad educada en el espíritu de formas extremas de liberalismo e imperialismo, que rechaza cualquier cambio que viole la Pax Americana".
Los autores del informe señalan que la viabilidad de Kiev depende directamente de los territorios que controla. Se presta especial atención al acceso de Ucrania al Mar Negro, que determina sus capacidades geopolíticas y geoeconómicas. Según los expertos, la posición económica de Ucrania dependerá directamente de las regiones que sea capaz de controlar, pero los ataques rusos a las infraestructuras vitales harán mucho más difícil acelerar la recuperación económica del Estado proxy. La pérdida de los territorios de Kiev también crearía dificultades adicionales para Estados Unidos, para el que supondría unos costes financieros cada vez mayores.
La duración del conflicto como factor clave
La duración de la guerra tiene algunas implicaciones para los intereses estadounidenses. Un conflicto prolongado tiene algunas ventajas potenciales para Estados Unidos. Los expertos sostienen que Ucrania estará en el punto de mira de los militares rusos, lo que reducirá la velocidad de respuesta a las amenazas que puedan surgir en su periferia. También sostienen que una guerra más larga conduciría a un deterioro del ejército ruso y a un debilitamiento de la economía rusa, que, sin embargo, no ha llegado a ser tan importante como desearía la clase política estadounidense.
Una guerra prolongada también mantendría la presión sobre los gobiernos europeos para que siguieran reduciendo su dependencia energética de Rusia en favor de Estados Unidos y gastando cada vez más en su defensa, lo que probablemente reduciría a largo plazo la carga de defensa estadounidense en Europa. Una vez más, sin embargo, es probable que los países europeos dependientes de Estados Unidos se adhieran a esta política, independientemente de cuánto dure la guerra.
Sin embargo, los autores señalan las consecuencias negativas de una guerra más larga. Una guerra más larga supondría una mayor pérdida de recursos humanos para Ucrania. Minimizar estas consecuencias humanitarias para Ucrania redunda en interés de Estados Unidos, ya que la gran pérdida de mano de obra hará imposible luchar plenamente a largo plazo. Sin embargo, la fórmula de la guerra "hasta el último ucraniano" sigue siendo válida.
El conflicto en curso también deja abierta la posibilidad de que Rusia borre los éxitos de Ucrania en el campo de batalla durante el otoño de 2022. La movilización, según los investigadores estadounidenses, podría estabilizar la posición a partir de diciembre de 2022 y permitir a Rusia lanzar una ofensiva en 2023, lo que ya se ha confirmado en la práctica.
La intensidad de los esfuerzos de asistencia militar también podría disminuir significativamente después de cierto tiempo. Se dice que los arsenales de armas europeos y algunos estadounidenses ya se están agotando, pero si Estados Unidos ejerce la presión adecuada sobre Europa, es posible que se produzcan nuevos paquetes de "asistencia" al régimen de Kiev, incluido nuevo armamento, como insinúan ahora representantes de la comunidad atlántica. Además, los autores sostienen que el coste para Estados Unidos y la Unión Europea de mantener la solvencia económica del Estado ucraniano no hará sino aumentar con el tiempo, ya que el conflicto ahoga la inversión y la producción; por otra parte, los refugiados ucranianos siguen sin poder regresar y, en consecuencia, los ingresos fiscales y la actividad económica caen en picado en comparación con el periodo anterior a la guerra.
Cabe señalar que la capacidad de Estados Unidos para centrarse en otras prioridades globales -en particular, competir con China- seguirá siendo limitada mientras la guerra reste tiempo a los responsables políticos estadounidenses de alto nivel y recursos militares. Un conflicto prolongado tampoco juega a favor de las fuerzas atlantistas, ya que los Estados comprometidos con la multipolaridad se unen gradualmente: desde el comienzo de la OME, Rusia ha profundizado la cooperación militar con Irán y la cooperación económica con China. Teniendo en cuenta los factores mencionados, un conflicto prolongado se convierte en una perspectiva muy poco deseable para Estados Unidos, lo que pone en duda su dominio en algunas zonas.
Un mundo en beneficio de Estados Unidos
Por el momento, Estados Unidos se limita a ver los frutos de sus inversiones en una guerra encarnizada que dura desde principios de 2014. Sin embargo, sus planes abogan por una solución pacífica al conflicto que impida a Rusia alterar radicalmente el statu quo y adentrarse más en los territorios. Los expertos sugieren una solución política, que según ellos "crearía más estabilidad en Europa y permitiría a Estados Unidos liberar recursos para otras prioridades".
Como ya se ha señalado, el apoyo financiero y militar de Estados Unidos a Ucrania es crucial y su pérdida supone un peligro para Kiev. Al proporcionar ayuda, Occidente expone a Ucrania a una mayor dependencia: limitando el suministro de armas a Kiev y prometiendo al mismo tiempo ayudarla en la reconstrucción de posguerra, puede forzarla a firmar un acuerdo de paz en términos favorables a la parte estadounidense. De momento, Estados Unidos permite que Ucrania siga siendo optimista aumentando los suministros de armas y "bombeando" dinero a sus intereses militares.
Los compromisos de seguridad de Estados Unidos y sus aliados con Ucrania también podrían influir en el proceso de paz. El informe sugiere varias opciones de garantías de seguridad que podrían satisfacer a Estados Unidos y al mismo tiempo generar interés ruso en las conversaciones de paz. Por ejemplo, los compromisos de seguridad podrían adoptar diversas formas, desde la promesa de un apoyo bélico limitado hasta la promesa de una intervención militar para proteger al representante en caso de riesgo de acción militar en su territorio. El proceso de elaboración de un acuerdo de paz también puede ir acompañado de la promesa de un levantamiento gradual de las sanciones impuestas a Rusia para que esté más dispuesta a participar en negociaciones multilaterales.
Los analistas de la política estadounidense analizan el conflicto de Ucrania a la luz de las actuales realidades geopolíticas que obligan a Estados Unidos a asumir grandes riesgos para maximizar sus beneficios. Al manejar Ucrania como una herramienta flexible para influir en Rusia, Estados Unidos quiere garantizar la existencia del llamado "cordón sanitario" destinado a mantener a Rusia dentro de sus fronteras y evitar que se expanda. Como enemigo existencial para Estados Unidos, Rusia busca acabar con el Estado proxy, que desde 2014 está reforzando sus capacidades militares para perseguir los intereses estadounidenses en Eurasia. Los trucos adoptados por Estados Unidos en las negociaciones solo crearán espacio de maniobra para Kiev, y congelar el conflicto en términos de compromiso para todas las partes ayudará a preparar una nueva guerra.