Geopolítica posmodernista vs Eurasia
La Participación global de Thomas Barnett y la estrategia de poder blando de Barack Obama
Al igual que Tuathail y Agnew, T. Barnett rechaza los conceptos de la geopolítica clásica, tales como el "Mar" y la "tierra". La geopolítica estadounidense tiene un "núcleo" y una "brecha" separados. La tipología propuesta por Barnett es similar al esquema ofrecido por el sociólogo I. Wallerstein. El "núcleo" consiste en aproximadamente los mismos países que se introducen en el Centro de Wallerstein ("Núcleo antiguo"), y en la semi-periferia ( "Núcleo nuevo"), y la "brecha" es la periferia de Wallerstein, respectivamente. La base de esta división en el "núcleo" y la "brecha" es el factor de la "participación" del país en los principales procesos globales: económicos, informativos, demográficos, políticos, etc. De acuerdo con Barnett, para mantener la seguridad en el "núcleo" en medio de las amenazas de la "brecha", que busca el caos, así como para proporcionar la absorción estable del primero, se necesita localizar un sujeto en el "núcleo" que sea capaz de actuar como el Leviatán y el administrador del sistema para la "brecha". Barnett se refiere a los EE.UU. como tal sujeto, en particular, a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Por lo tanto, la disposición del espacio político, según él, muestra cómo consideran el mundo los geoestrategas estadounidenses tras la victoria del Mar sobre la Tierra. La Tierra ya no es considerada como un sujeto capaz de poner en peligro la existencia del Mar, y se transforma en un objeto para ser sometido por un Leviatán. Según Barnett, la geopolítica clásica perdió su importancia con la victoria del Mar sobre la Tierra a finales del siglo XX, y ahora los Estados Unidos, como líder de la civilización ganadora del Mar, debe tomar esto como la confirmación de su código de civilización, que consiste en el modelo occidental de democracia, el libre comercio, la prioridad del sector financiero, y la "internacionalización" de la información y de la sociedad. En la práctica, las opiniones de Barnett se ajustan a la posición militar de los EE.UU., revelando los motivos reales de su política exterior, que se caracteriza por el poder blando.
El realismo cosmopolita de Ulrich Beck
La base ideológica y metodológica para la aplicación del poder blando global puede ser el concepto teórico de la globalización del sociólogo y filósofo político alemán Ulrich Beck, cuyo concepto de la "sociedad del riesgo" ha tenido un impacto en la escuela de geopolítica crítica.
Según Beck, en la era de la globalización, el llamado "realismo cosmopolita" aparece para reemplazar al "realismo político", guiado solamente por un punto de vista nacional, lo que "pone de relieve el papel crucial de las fuerzas económicas mundiales y de los actores de cooperación y confrontación entre los estados". Hay ahora una destrucción del orden mundial legítimo, donde los dominantes Estados-nación proporcionan la posibilidad de crear un así llamado estado cosmopolita.
El "cosmopolitismo" de Beck se opone a la globalización unificadora y al multiculturalismo sincrético neoliberales. Beck define el cosmopolitismo como el reconocimiento de la "otredad" de los otros, eliminando el paradigma de la oposición "amigo-enemigo". Sin embargo, esta perspectiva globalista descubre momentos de ansiedad, que muestran el verdadero fondo de los reflectores humanísticos de la globalización suave.
Según Beck, después de que los Estado-nación desaparezcan, se incrementa la importancia de los roles de los actores económicos multinacionales y de los actores de la sociedad civil. En el mundo globalizado, los principios del derecho internacional son reemplazados por la regla no-estricta de la soberanía limitada. Los límites clásicos entre la política interior y exterior se difuminan y se borran. Cada Estado, en el caso de limpieza étnica o de graves violaciones de los derechos humanos contra sus ciudadanos, debe tener en cuenta la intervención humanitaria basada en los derechos humanos y globales de los ciudadanos.
El concepto de no polaridad del director del CFR, Richard Haass
La estructura del mundo global y el papel que los actores supranacionales deben desempeñar en ella son considerados en el concepto del mundo no polar.
El autor de este concepto es Richard Haas, el actual jefe de uno de los más influyentes "grupos de reflexión" de la geoestrategia estadounidense, el Council on Foreign Relations (CFR) [Consejo de Relaciones Exteriores].
Según Haass, el mundo multipolar ya existía en la historia reciente, en la era anterior a la Segunda Guerra Mundial, en el momento de la confrontación entre las tres teorías políticas: el liberalismo, el comunismo y el fascismo. Haass considera el período de la "guerra fría" como la existencia del mundo bipolar. El período que se inicia después de la disolución de la Unión Soviética, de acuerdo con la perspectiva del jefe del CFR, no es la era de la unipolaridad, sino un momento de unipolaridad que durará sólo 15 años. Desde el punto de vista de Haass, el mundo unipolar no será reemplazado por una nueva multipolaridad, sino por la no polaridad. La principal diferencia entre los dos conceptos es que los actores poderosos en la era de la no polaridad no son estados (como sería el caso en la multipolaridad), sino los agentes no estatales: los exportadores de energía, las redes terroristas, los paramilitares, los cárteles de la droga, los partidos políticos, las diversas organizaciones no gubernamentales, así como 500 de las empresas más grandes del mundo.
Haass define tres factores que afectan al final de la unipolaridad:
- los nuevos jugadores que aparecen; este proceso es imparable;
- la creación norteamericana de un mundo no polar a través de sus acciones, debilitando su propia posición, por ejemplo, la guerra en Irak;
- la globalización aumenta el volumen, la velocidad, y la importancia de los flujos transfronterizos (una tesis similar a las ideas de P. Virilio sobre la "dromocracia").
Según Haass, un nuevo modelo de relaciones internacionales debe basarse en la cooperación multilateral, el multilateralismo, proporcionando contactos no a un nivel interestatal, sino al nivel de aquellos actores que sean útiles para la consolidación con el fin de resolver problemas tácticos. Por lo tanto, organizaciones tales como la ONU generalmente son inadecuadas para la solución de la mayoría de los asuntos. Haass, así como Beck, en realidad "entierra" el sistema del Estado-nación. Al mismo tiempo, el concepto defendido por el jefe del CFR no suprime la idea del imperio norteamericano, pero la lleva a un nuevo nivel. Este imperio no se conceptualiza como un estado tradicional, sino como una cierta estructura de red. Haass no habla sólo de la no polaridad, sino también sobre "la no polaridad coordinada". Hay aquí una pregunta: ¿y quién va a coordinar?
En conclusión, podemos identificar algunos de los requisitos previos para la formación de la geopolítica multipolar mundial:
1. El paradigma social está cambiando radicalmente, así como la comprensión del paradigma, en la geopolítica, la economía, y los procesos de globalización.
2. La ausencia del polo de la Tierra de su propio modelo de existencia en el modificado sistema de coordenadas amenaza su inserción en los proyectos globalistas creados por la civilización talasocrática: ya se trate de una transformación estricta en la Periferia subordinada al núcleo globalista, o su disolución "suave" en el "espacio cosmopolita" mundialista. Los proyectos neoconservadores de la dominación global estadounidense, o la tecnología de poder blando desarrollada por el CFR para la "coordinación no polar", son sólo diferentes métodos para lograr el mismo objetivo.
3. En las condiciones modernas, no podemos apelar al estado nacional, a la soberanía, por tanto, volvemos a los viejos modelos difuntos y estos naturalmente fallan. Por el contrario, hay que prestar atención a diversas teorías fascinantes desarrolladas por los científicos geopolíticos occidentales y no occidentales.
4. Es necesario tener en cuenta una tendencia mencionada por todos los científicos geopolíticos modernos, sin excepción alguna, vinculada con la existencia de supra-actores estatales y no estatales en la política: desde las corporaciones multinacionales a los movimientos rebeldes y "fondos humanitarios". Girando desde la geopolítica interestatal a la geopolítica "multilateral", debemos advertir posibles aliados que defiendan los intereses de la Tierra entre estos nuevos jugadores.
5. Es necesario llevar a cabo una revisión fundamental de todo el corpus de conocimiento geopolítico clásico. Es conveniente tener en cuenta el análisis deconstructivo de los modernos científicos geopolíticos y de los post-modernistas. Para la formación de sujetos geopolíticos que puedan hacer frente a los retos actuales, es necesario superar el determinismo geográfico inherente al discurso cartesiano naturalista de las teorías del siglo XX, que ha sido dado por sentado hasta hace poco.
6. Una rama de la geopolítica mundial multipolar debe estar en los enfoques político-geográficos y político-económicos en relación con el estudio de la sociología y la psicología social de la gente de las civilizaciones del Mar o de la Tierra, su logos social e inconsciente colectivo. La consideración de los conceptos de la geopolítica clásica en términos de etnosociología y sociología del espacio, permitirá prescindir del determinismo geopolítico y entender que el espacio es un reto que puede ser respondido de diferentes maneras por diferentes grupos étnicos.
El estudio geopolítico de la actitud de la sociedad hacia el espacio, nos permitirá volver a pensar y fundamentalizar la base del Eurasianismo como la doctrina geopolítica que nos permitará reconsiderar el fenómeno de Eurasia como una combinación mecánica de dos conceptos nihilistas del "Oriente" y "Occidente ". El estudio de la etnosociología y la etnopsicología de las sociedades euroasiáticas permite la comprensión de Rusia-Eurasia no como un "eje geográfico de la historia", sino como una comunidad orgánica, y propone el concepto geopolítico del mundo multipolar como una expresión de las constantes ontológicas que definen nuestra existencia.