El profético discurso de Putin en Valdai
El discurso pronunciado hoy por Vladímir Putin en la reunión del Club Valdai se ha convertido, sin exagerar, en un hecho histórico. En su momento, el discurso que Churchill pronunció en Fulton marcó el inicio de la Guerra Fría y pasó a la historia como un episodio en el que el líder de un Estado describía como sería el futuro de la humanidad. Sin embargo, se trataba de un futuro lleno de conflictos, competencias feroces y enfrentamientos entre dos bandos ideológicos. Hoy, nuestro Presidente ha descrito un futuro muy diferente: la arquitectura de un nuevo orden mundial o, como él mismo ha dicho, un nuevo universo que la humanidad debe crear, enumerando los principales parámetros del mismo.
En primer lugar, la justicia y el respeto de las culturas de cada nación de la tierra, al igual que una democracia real y no imaginaria. Como dijo Vladimir Putin, la democracia es el poder de la mayoría y no, como lo interpretan los globalistas y liberales modernos, el poder de las minorías. La democracia real es el poder de los pueblos que eligen su propio camino en la historia y nadie tiene derecho a arrebatarles este derecho a la soberanía.
En segundo lugar, los valores tradicionales serán el principio alrededor del cual se forjará este nuevo mundo. Es imposible construir un mundo sobre los principios en que insisten los dirigentes estadounidenses actuales y que, gracias a Dios, fueron derrotados en la carrera electoral. Estos defendían la abolición del ser humano, del género y la familia, sustituyendo a la humanidad por seres post-humanos y post-orgánicos.
Esta no es una utopía, sino el proyecto que el Occidente colectivo contemporáneo quiere imponer a la humanidad. Es a este orden mundial unipolar, basado en la hegemonía liberal de Occidente, al que Putin, el Jefe del Estado ruso, ha dicho «no».
Hace un tiempo, cuando Putin hablaba de la multipolaridad, muchos pensaban que sólo eran palabras pronunciadas para describir el por qué Rusia se oponía a Occidente. En realidad, se trataba de algo más. Es una estrategia que parte de los valores tradicionales y el respeto a la diversidad de todas las culturas y civilizaciones. No se trata para nada de la estrategia de una civilización «progresista» que impone sus principios a todo el mundo.
Por otro lado, se trata de un discurso histórico no solo del líder de Rusia, sino de todo el mundo y la humanidad. Es muy importante que Vladimir Putin haya subrayado que el neoliberalismo occidental ha degenerado en una ideología totalitaria. Al mismo tiempo, nuestro Presidente señaló que Occidente en sí no es nuestro adversario. Nuestro verdadero enemigo es la élite globalista, fanática e intolerante que impone a la humanidad principios completamente impensables.
También es muy importante que este discurso, que probablemente no es espontáneo, sino que se preparó desde hace tiempo, ya se ha visto confirmado por acciones prácticas. La triunfal cumbre de los BRICS en Kazán y la victoria de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos son prueba de ello. La elección se hizo a favor de los valores tradicionales y en contra de la dictadura globalista. Los propios estadounidenses se pronunciaron contra la camarilla neoliberal, diciendo: ¡fuera!
En este contexto, nuestro Presidente y su discurso de Valdai de hoy parecen sencillamente proféticos y adecuados. Además, Vladimir Putin no sólo habla de dientes para afuera, sino que pone en práctica lo que dice. Y una parte significativa, la más importante, de su plan ya se ha cumplido. Y el resto se cumplirá sin duda en el futuro.
También en su discurso el Jefe del Estado ruso subrayó que los globalistas (pues son ellos y no Occidente en general, pues debemos separar el Estados Unidos de Trump del Estados Unidos de Biden, Obama, Bush, Clinton y Soros) querían derrotar a Rusia, doblegarla, pero fracasaron. No solo no han conseguido infligir una derrota estratégica a Rusia, sino que además parece que no consiguieron nada en absoluto.
Y, por último, podemos decir que en las últimas décadas Rusia ya ha demostrado al mundo su capacidad para defender sus ideales, valores, modo de vida tradicional y oposición a la agenda que nos imponen las élites liberales globalistas.
Pero en las difíciles situaciones que vivimos en los años anteriores, cuando aún no habíamos dado un paso al frente y no podíamos demostrar nuestra capacidad para resistir de forma tan persistente y eficaz la presión de la OTAN, los regímenes globalistas y sus sátrapas, estos mismos pensamientos, que hoy Vladimir Putin ha expresado de forma directa y clara, se pronunciaban con una entonación ligeramente diferente.
Ahora tenemos mucha más fuerza: la Operación Militar Especial ha endurecido a Rusia, la ha hecho mucho más fuerte y decidida. Por fin tenemos nuestra idea de poder ruso, la idea Ortodoxa y la de todas las religiones tradicionales y pueblos indígenas de nuestro país para quienes Rusia es la única Madre Patria. Nos hemos hecho ya cien veces más fuertes.
Cuando finalmente liberemos Ucrania, seremos mil veces más fuertes. Y entonces, tras haber pasado por pruebas increíbles, demostraremos que teníamos razón en cada etapa de nuestro camino hacia el renacimiento y el retorno de nuestro papel global en el seno de la humanidad con tal de construir un mundo más justo, humano, equitativo y existencialmente adecuado.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera