Discurso de Carlos Mamani en la Conferencia Mundial sobre la Multipolaridad
Tras la caída de la URSS, en las postrimerías del Siglo XX hasta la primera década del siglo XXI, el orden anglosajón mantuvo su indiscutible hegemonía unipolar atlantista a escala global, en dónde con ímpetu luciférico trató por todos los medios de frenar el avance del devenir histórico, cantando victoria y enarbolando precisamente ”el fin de la historia" (al decir de Fukuyama), propugnando e imponiendo a sangre y fuego un mundo regentado bajo las premisas del liberalismo en lo económico (neoliberalismo), en lo cultural (posmodernismo), y en ético-axiológico (individualismo); sin embargo, este breve como intenso periodo de hegemonía unipolar, empezó a dar evidentes signos de desgaste, fundamentalmente debido a condiciones geopolíticas objetivas y concretas, que simplemente hacen ya insostenible cualquier pretensión de perpetuar el dominio anglosajón bajo el formato del proyecto de "Un Nuevo Siglo Americano".
Y en efecto, la imposibilidad de un "Nuevo Siglo Americano" es ya un hecho y no solo una mera expectativa, pues durante las primeras décadas de este incierto e inquietante Siglo XXI, actores revisionistas de primer orden en el globo, principalmente como Rusia (que ha recuperado importantes capacidades militares) y China (que es ya la primera economía mundial), están socavando las bases del desgastado orden unipolar atlantista, y se posicionan a la vanguardia en la construcción de un Nuevo Orden Internacional de Naturaleza Multipolar, centrado geoestratégicamente en el retorno de los grandes espacios civilizatorios, expresado en la idea del "Estado Civilización" frente al cada más obsoleto Estado-Nación westfaliano, que ya cumplió su rol en la historia, y que simplemente ya no puede ser ningún obstáculo para los intereses predatorios de las elites tecno-plutocráticas del Foro de Davos.
Evidentemente, a la luz del Siglo XXI estamos adentrándonos en un mundo cada vez más y más Post-Occidental, en la medida de que hoy el denominado "occidente colectivo" sufre y padece la multipolaridad, esto es: el ascenso de otros centros/polos de poder en el globo, que ponen en jaque sus intereses hegemónicos durante esta centuria. Y en efecto, hoy "movimientos tectónicos" flagelan al declinante orden unipolar atlantista, hoy la mayoría demográfica global habitante del sur geográfico global, reclama su parte en la nueva configuración internacional fundamentada en economía física/real (esto es: materias primas, producción e infraestructura), en dónde todos los pueblos históricamente postergados por los proyectos imperialistas del norte global, puedan hacer prevalecer sus intereses nacionales para así garantizar el acceso al verdadero desarrollo, y al mismo tiempo garantizar el respeto irrestricto a las sanas diferencias civilizatorias/culturales entre los mismos.
Evidentemente, a la luz del Siglo XXI estamos adentrándonos en un mundo cada vez más y más Post-Occidental, en la medida de que hoy el denominado "occidente colectivo" sufre y padece la multipolaridad, esto es: el ascenso de otros centros/polos de poder en el globo, que ponen en jaque sus intereses hegemónicos durante esta centuria. Y en efecto, hoy "movimientos tectónicos" flagelan al declinante orden unipolar atlantista, hoy la mayoría demográfica global habitante del sur geográfico global, reclama su parte en la nueva configuración internacional fundamentada en economía física/real (esto es: materias primas, producción e infraestructura), en dónde todos los pueblos históricamente postergados por los proyectos imperialistas del norte global, puedan hacer prevalecer sus intereses nacionales para así garantizar el acceso al verdadero desarrollo, y al mismo tiempo garantizar el respeto irrestricto a las sanas diferencias civilizatorias/culturales entre los mismos.
En este escenario de transición sistémica hacia el Nuevo Orden Internacional Multipolar del Siglo XXI, es de vital importancia asumir con responsabilidad el rol que la historia en estos momentos tan aciagos para la humanidad nos delega; el de ser embajadores en nuestros respectivos países del mensaje multipolar, esto es, sentar precedente a través de la praxis de la Diplomacia Popular, proponiendo la multipolaridad cómo nuevo paradigma realista de la política exterior en esta centuria, y como superador de los desfasados marcos teóricos de nuestros lamentables servicios diplomáticos, arbitrariamente hegemonizados por el idealismo y el internacionalismo jurídico de la teoría liberal de las relaciones internacionales, que ya no da cuenta de la actual realidad mundial, y siempre funcional al hoy declinante orden atlantista-anglosajón.
Gracias!!!