Turquía: adiós al kemalismo

17.04.2017

Turquía pasa a la forma presidencial de gobierno. El 16 de abril de 2017, el referéndum fue ganado por los partidarios del Presidente Recep Erdogan. Un poco más del 51% de los que acudieron a las mesas votaron a favor de las enmiendas a la Constitución del país.

Aspecto político

En la situación política actual, los resultados del referéndum significan el fortalecimiento de la posición del Presidente Erdogan. Tiene la oportunidad de ser reelegido por dos nuevos períodos de cinco años seguidos. Sus poderes se incrementan significativamente. No es casualidad que los opositores al referéndum llamen a la transición a la forma presidencial de gobierno como un establecimiento de un sultanato de facto.

Aspecto ideológico-histórico

Hablando a sus partidarios para resumir los resultados del referéndum, Erdogan dijo que Turquía tomó una decisión histórica en un debate que dura doscientos. Esto se refiere a las reformas de Tanzimat, que comenzaron hace 200 años. Entonces, por primera vez la élite turca se dividió entre los partidarios de la occidentalización y los que apoyaron el desarrollo original de Turquía como un estado islámico. Las palabras de Erdogan pueden interpretarse como prueba de la victoria de estos últimos, después del triunfo casi secular del kemalismo secularista. La república parlamentaria fue el establecimiento mismo de Mustafa Kemal, por lo tanto su rechazo simboliza el rechazo fundamental de la herencia kemalista.

Al mismo tiempo, la insignificante superioridad con la que se obtuvo la victoria demuestra el hecho de que el país estaba dividido en el tema del referéndum. Las fronteras de las provincias kurdas, así como Estambul, Ankara y las principales ciudades del oeste del país están en contra. La parte más urbanizada del país se opuso a Erdogan. Esto viene cargado con una crisis política y posibles protestas. Los partidos de la oposición ya han anunciado el no reconocimiento de los resultados del referéndum.

Previsiones

El reto más serio para Erdogan radica precisamente en la brecha que se ha abierto entre él y la clase intelectual turca, lo que dificulta seriamente las posibilidades de diálogo y la construcción de una estrategia de desarrollo eficaz para el país. Esta laguna tratará de ser llenada tanto por fuerzas externas como por los islamistas temporalmente desaparecidos, como el ex primer ministro Davutoglu, porque el presidente no será elegido por nadie. También aumentará la tensión en las relaciones con el ejército kemalista. En los próximos años, será imposible excluir nuevos intentos de golpe de estado en el país.

Desde el punto de vista de las relaciones internacionales de Turquía, los resultados del referéndum tendrán un impacto negativo en las relaciones con la UE. Los EE.UU. y Rusia, tratarán de mantener una estrecha relación con Erdogan, cada uno por sus propias razones.