El giro de Turquía hacia Rusia fue delineado antes del fallido golpe de Estado apoyado por Estados Unidos. La renuncia del ideólogo del neo-otomanismo, Ahmet Davutoglu, como líder del gobernante "Partido de la Justicia y el Desarrollo", en mayo de 2016, y su sustitución por el pragmático Binali Yildirim, determinaron este rumbo. Sin embargo, la interferencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Turquía, y el apoyo a los organizadores del golpe de estado por parte de Washington, hizo que Ankara diera un giro irreversible hacia Eurasia.
Antes de la reunión de los dos presidentes ya se han realizado varias reuniones preliminares importantes. El presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, también ha visitado a Ankara. El aliado estratégico de Rusia sostuvo conversaciones confidenciales con Erdogan. El día anterior, el 8 de agosto, en Bakú, se celebraron conversaciones entre los líderes de Rusia, Azerbaiyán e Irán. Se trata de la construcción de un nuevo y poderoso bloque euroasiático, al que también se invita a Turquía. En la agenda están las cuestiones sobre la membresía de Turquía en la OCS (la Organización de Cooperación de Shanghái), y la integración del país en la estructura de la Unión Euroasiática. Los presidentes discutirán los planes globales de integración euroasiática de Turquía, así como proyectos específicos, tales como el "Turkish Stream".
A su vez, el conflicto en curso con los Estados Unidos y sus satélites europeos, y las huellas de la participación de la OTAN en el golpe de Estado fallido en Turquía, están provocando la salida real de Turquía de la OTAN, o al menos, el final de su alianza militar con la misma.