Pemex genocida
14.04.2018
Que países tan distintos como Canadá, China, Surinam, Alemania, México, Mozambique o Corea del Norte se proclamen como democracias, es la señal inequívoca de que algo falla en la definición. Wikipedia tiene un compendio de acepciones de este concepto de origen griego y ninguna de ellas converge con el infortunado régimen político de países como los mencionados
Parece claro que las clases dominantes de esos países emplean sin escrúpulos el consabido término como propaganda para legitimarse ante los gobernados. Pero aunque todos los ciudadanos utilizaran el término, ¿significa eso que la democracia no existe por no corresponder la teoría a la práctica? ¿Estamos ante una superchería sin contenido, un mito enderezado con fines de propaganda a todos los países del planeta, tales como la Justicia, el Progreso, la Libertad?
Antonio García-Trevijano en su aclamada obra Frente a la Gran Mentira un libro que escribió a los sesenta y nueve años: edad suficiente para abordar la cuestión con un criterio científico y de manera aséptica; esto es, conciente en todo momento del peligro ideológico que vacía de contenido definido el concepto de democracia, analizando su evolución histórica y llenándola de contenido material, unívoco y jurídico. La influencia creciente del pensamiento de Trevijano ha recobrado un terreno amplio para el ejercicio y la propuesta democráticos.
García-Trevijano compara la democracia con el ajedrez: sus reglas son constitutivas, unívocas, de una precisión matemática, inequívocas, imposibles de malinterpretar o tergiversar. Por eso, dos enemigos declarados pueden jugar perfectamente al ajedrez sin necesidad de un árbitro: así de claras y precisas son las reglas.
Si alguno de los jugadores moviese la Torre en diagonal, ¿estaría jugando al ajedrez? De ningún modo: eso no sería ajedrez. Sería otra cosa, otro juego, por mucho que el infractor dijese una y otra vez que eso sí es ajedrez (y tuviese detrás a una caterva de portavoces, periodistas, profesores que mantuviesen la mentira como su medio de vida). en México hay sobrados ejemplos del mal juego de ajedrez.
Pemex bajo la mira de Alfredo Jalife
El derrotero de los energéticos mexicanos ya lo ha anunciado Alfredo Jalife en una de sus magistrales conferencias, es un capítulo de la integración energética de América del Norte, que debería incluir a muchos otros campos porque tiene como epicentro a Estados Unidos. Agregamos a su previsión, inimaginable para la burocracia parasitaria, que en ese caso de la energía, la posesión del acceso superficial al subsuelo se regirá por una nueva legislación.
Tenemos en México, a un país impactado por una serie indefinida de situaciones concéntricas, circulares, todas ellas complejas, que la oligarquía dominante es incapaz de definir ni contener. Esas situaciones enraizaron en México después de ser plantadas por representantes de la antropología formados en la academia estadounidense en los cursos de Amitai Enzioni, especialista en ingeniería social (actual articulista del diario Haaretz).
Esos antropólogos que pasaron por hombres y mujeres de ideas avanzadas influyeron en el medio rural, indígena y campesino, desde los años sesentas. En los años del gobierno de James Carter (1977- 1981) se formaron en la América Latina centenares de organismos no gubernamentales que actuaron en las etnias y la población marginada de las grandes ciudades.
Aparecieron en esos años los primeros fermentos del crimen organizado, que recibieron la bendición oficial del gobierno mexicano presidido por Miguel de la Madrid. Entre 1982 y 1988 aparece la primera hibridación criminal de clase política con delincuencia, que ha seguido en nuestros días.
Una nueva hibidación, quizá la última en aparecer en los días que vivimos es la que se da entre el crimen organizado y los notarios públicos que facilitan la posesión ilegal y criminal de bienes raíces en favor de criminales. los documentos falsos susceptibles de predominar por el impacto del numérico (leer al criminólogo Xavier Raufer). La sociedad del continente americano nunca ha estado en una situación de mayor riesgo y peligro. Nadie le informa.
Una de los mayores centro de operación del crimen organizado ha tenido lugar en la empresa paraestatal PEMEX, guardiana incompetente de los hidrocarburos que brotan del subsuelo. Esta hibridación criminal con esa empresa ha sido presentada al público en por lo menos dos libros y una intensa labor periodística de Lilia Pérez, de la revista Contralínea.
Y como no hay mal que dure cien años (esperamos) Alfedo Jalife, el maestro geopolitólogo, prevé el renacimiento de la Norteamérica desaparecida en los dos sexenios panistas, sobre una base petrolera, minera, energética. Pemex en este esquema modernizador ha seguido empleando los métodos de acoso y asesinato de campesinos que emplearon las empresas privadas anglosajonas antes de la expropiación de 1938, para adueñarse de terrenos petroleros.
Pemex sigue dependiendo de la actividad criminal. Por ejemplo, en la Huasteca, específicamente en Poza Rica, causó un daño enorme a un terreno perteneciente a varios copropietarios. Este no ha sido el primero en esa área. Hace unos 12 años construyó una plataforma para un pozo y desmanteló una colina para aplanar el terreno para beneficiar al pozo. Dejó en su lugar un barranco que pone en riesgo la vida de las personas que tuvieran necesidad de pasar por esa parte de la parcela 57 de Poza Rica.
De cara a los nuevos daños, la empresa ofrece el pago de limosna por las afectaciones producidas. Estas tienen un valor mayor a un millón de pesos, sin contar los daños aún no pagados. De ese pago depende una intervención quirúrgica para salvar a una enferma. La empresa pregunta si no tienen otras fuentes de ingreso debido a que el pago que se reciba será pequeño y quién sabe cuándo. Esa actitud es criminal teniendo en cuenta que la empresa sacó al terreno de la actividad económica al invadir el terreno y construir el tramo de una carretera que necesitaba. Así se las gasta esta exbenemérita.
La justicia mexicana
La politización de la Justicia y la Judicialización de la política tan sólo son vistas por los ciudadanos intuitivamente, en la situación de analfabetismo jurídico a que se ve le aboca de forma interesada. Si el desconocimiento de la Ley no justifica su incumplimiento, corresponde al Ejecutivo la disposición de todos los medios posibles para que los ciudadanos conozcan adecuadamente las instituciones y normas básicas que determinan su desenvolvimiento en sociedad. De otra manera, la burocracia parasitaria como la de Pemex seguirá agrediendo a la nación con su relativismo jurídico que no es más que el predominio de la conciencia sobre la ley.
Sólo cuando la falsa originalidad de la cultura posmoderna convierte la ideología de los partidos del estado en extravagancia curricular o simple adoctrinamiento, se explica como lógica la ausencia en los programas de estudios de una asignatura que enseñe al menos los rudimentos de la regulación social de la conducta humana.
La aproximación al Derecho como materia de obligado estudio se hace imprescindible en cualquier sociedad que aspire a la libertad individual y colectiva de sus ciudadanos. Sin la exigencia profunda y rigurosa que estudios superiores deben pedir al futuro jurista, el conocimiento de las instituciones elementales del derecho tanto público como privado debe estar presente en el acervo educativo personal de quien se reclame libre. Hay que defendernos como podamos contra el abuso de las instituciones oligárquicas.