Un Nuevo Sistema monetario europeo
Tras la primera y segunda guerra mundial, un nuevo sistema monetario europeo fue formalmente establecido en la conferencia de Bretton Woods mantenida en 1944. El acuerdo fue alcanzado entre los gobernantes occidentales del mundo sobre un sistema monetario en el que una moneda, el dólar americano, sería reembolsable el oro (con ratio de 35$ por onza de oro). Todas las demás monedas en curso en el mundo, tendrías su valor determinado en relación con el dólar americano. En segundo lugar, solo los gobiernos, a través de sus Bancos Centrales, podrían reembolsar dólares por oro. La gente de a pie necesitaría usar papel moneda, que no se convertiría de cualquier modo en oro. Una institución conocida como el Fondo Monetario Internacional (FMI) sería establecida y cada estado miembro del FMI necesitaría depositar el 25% de todas las reservas de oro que el estado poseyera.
Nuestro análisis islámico de este extraño y nuevo acuerdo monetario puede encontrarse en nuestro libro sobre “el dinar de oro y el dírham de plata – islam y el futuro de la moneda”. Incluso aunque estos acuerdos constituyeron, en neustra terminología religiosa islámica, Bid’ah (o innovación religiosa) tan alta como una montaña, e incluso aunque el bendito profeta (sallalahu ‘alaihi wa sallam) haya declarado que toda Bid’ah conduce a las llamas del infierno, todavía escapó, y continua escapando misteriosamente, la atención del mundo de los estudios islámicos, incluyendo mis críticas persistentes, a la brigada salafista bid’ah de cortas miras.
Estas provisiones fueron en realidad bastante endebles y dieron la falsa impresión de que el nuevo sistema monetario estaba de algún modo anclado en oro. De hecho, el oro que era depositado con el funcionamiento del FMI simplemente como un medio a través del que los estados podrían buscar préstamos con intereses (respaldados por algo de valor) del FMI. Más importante, para el alcance que los estados miembros religiosamente cumplían con el requerimiento de depositar este oro, el FMI sabría el alcance de las reservas de oro de cada estado miembro. Esto fue asegurado después, a través de un requerimiento por el cual los estados miembros debían informar al FMI de todas las ventas y compras de oro.
¿Por qué estaría interesado en saber el FMI controlado por los EEUU (ergo, por los sionistas) en conocer la cantidad de reservas de oro en posesión de todos los países del mundo? La escuela islámica nunca se enfrentó a responder esta cuestión.
Lo que no fue revelado, sin embargo, fue que el dólar de los EEUU permanecería convertible al oro solo en la medida que fuera conveniente para que el gobierno de los EEUU honrase la obligación legal de hacerlo. Y justo como siniestra fue la otra posibilidad, por la que, si el gobierno de los EEUU podría renegar de sus obligaciones para convertir los dólares americanos en oro bajo los artículos del acuerdo del FMI, podría rechazar también el repatriar un 25% o más del oro mundial almacenado en los EEUU según con los requerimientos del FMI.
Vamos a parar por un momento para recordar a aquellos que no son conscientes, de que el gobierno de los EEUU ya ha abandonado su obligación legal de convertir los dólares en oro, y ahora rechaza incluso auditar el oro que pertenece al resto del mundo y que está almacenado en los EEUU.
Extraña y misteriosamente, el uso del oro como moneda se prohibió en los artículos del acuerdo del FMI. En ningún lugar se ofreció explicación para esta extraña prohibición. Convenientemente así, nadie pidió explicación, ni incluso los eruditos del islam.
Las razones probables para la prohibición del uso del oro como moneda son las siguientes:
1. Para prevenir la posibilidad de que el oro usado como moneda pudiera amenazar, y causar un colapso, del falso sistema monetario del papel moneda;
2. Asegurar que el oro perteneciente al resto del mundo, pero almacenado en los EEUU, permanecerá sin distribuir en el territorio de los EEUU hasta que la hora llegase cuando el sistema monetario del papel moneda se colapse y el mundo regrese al oro como moneda. En este tiempo, la prohibición legal del uso de oro como moneda se quitaría, y el oro almacenado en la propiedad sionista y controlado por el Banco de la Reserva Federal en Nueva York, podría entonces ser transferido secreta e ilegalmente a Israel (la transferencia puede que ya haya tenido lugar) para que el gobierno de Israel sobre el mundo del dinero pueda permanecer sin cambios ni desafíos. El oro almacenado en los EEUU permanecería largamente sin distribuir ya que no habría razones para un estado miembro que busque repatriar su oro. ¿Qué harían ellos con su oro, más que otro que lo mantiene como una reserva de valor? No podría usarse como moneda.
3. Una vez que los estados miembro del FMI hubieron depositado el 25% de sus reservas de oro en el FMI (es decir, en los EEUU) y los estados miembro hayan empezado a pedir préstamos del FMI que fueron asegurados por ese oro, sería posible entonces el fomentarles a almacenar más y más oro de sus reservas en el FMI. Si ellos guardan su oro, no podrían usarlo de ningún modo que les beneficie. Y para esta provisión de los artículos del acuerdo, abrió un camino para los EEUU, para que finalmente le sea confiado el almacenaje de la mayoría de las reservas de oro del mundo.
Es absolutamente sorprendente que el mundo de los eruditos islámicos nunca respondió desde 1944, y hasta este día, en los artículos del acuerdo del FMI, para indicar que Allah (el más grande) hizo uso del oro como dinero halal; y que quienquiera que haga haram lo que Allah hizo halal, ha cometido el último pecado del Shirk (o blasfemia). Además, quienquiera que acepte y siga el acto de Shirk, el mismo comete Shirk (véase Corán, sura al-Taubah, 9:31). A causa de esto, todo el sistema monetario que estaba controlado por el FMI estaba basado en Shirk, y toda la humanidad que usara el sistema monetario del FMI también ha cometido Shirk.
Es bastante sorprendente que el mundo de los eruditos islámicos fracasara en reconocer que dado que el “dinero” en el Corán y las Sunnas fue siempre dinero con valor intrínseco, esto fue un abandono manifiesto del Corán y las Sunnas que “el dinero con valor intrínseco” debería ser reemplazado por el dinero sionista del FMI sin valor intrínseco.
Además, una de las funciones más importantes del FMI fue proporcionar préstamos con intereses a los estados miembros. Estos préstamos deberían ser proporcionados de los fondos depositados en el FMI por tales importantes contribuyentes como los EEUU. El oro depositado en el FMI podría usarse también para asegurar los préstamos del FMI. El sistema monetario así proporcionó al menos un uso para el oro.
Pero Allah (el más grande) ha prohibido que el dinero sea prestado con intereses. En el dinero prestado con intereses, el FMI se ha convertido en un prestamista con el que Allah y su mensajero estuvieron haciendo la guerra (véase, Corán, al-Baqarah, 2:279), y quienes, además, tenían el rumbo del profeta Mahoma (sallalahu ‘alahi wa sallam) en ello. A pesar de todo lo anterior, el silencio extraño del mundo de los eruditos islámicos ni vio nada, ni hizo nada, para advertir a los musulmanes de este gran peligro, y para prevenir a los musulmanes de ser miembros en el FMI. A pesar de sus impresionantes Ijazahs en numerosas ramas del conocimiento, los eruditos del islam fracasaron miserablemente cuando el Dajjal, el falso mesías les puso a prueba con esta cuestión monetaria.
De hecho el único desafío al nuevo sistema internacional que emergió dentro de los primeros 25 años de existencia llegó desde Francia, que tardíamente se dio cuenta del papel endeble del oro en el sistema monetario. Además de esta falta de integridad, el sistema monetario estuvo funcionando de forma incremental en una manera que injustamente daba ventaja a los EEUU, y Francia tenía serias objeciones a semejantes ventajas injustas y descaradas.
Los franceses empezaron a hacer esfuerzos a principios de la década de 1960 para restaurar el oro en un lugar centrar del sistema monetario. Entre las cosas que los franceses hicieron fue restaurar la conversión de dólares americanos en oro a 35$ la onza. La guerra de Vietnam proporcionó a Francia una razón adicional para buscar un cambio en el sistema monetario de Bretton Woods. Como todos los demás estados miembros, EEUU tenía que depositar el 25% de sus reservas de oro en el FMI. Para hacer esto proporcionó a los estados miembros información del alcance de sus reservas de oro. EEUU estaba bajo obligación legal de convertir los dólares americanos en oro a razón de 35$ la onza. A causa de esto, fue ilegal e inmoral por los EEUU que emitiera más dólares americanos en papel de los que podrían ser convertidos en oro americano. Esto es precisamente lo que el gobierno de los EEUU hizo para financiar la guerra de Vietnam. Francia respondió que esto es una conducta ilegal e inmoral, demandando una devaluación del dólar americano a través de un cambio en el precio del oro.
El desafío francés al sistema, finalmente se liquidó cuando unos EEUU debilitados, forzados a financiar la guerra de Vietnam a través de la impresión de más y aún más dólares en papel, no pudo resistir más con la presión francesa, y fue forzada en agosto de 1971 a incumplir su obligación legal para convertir los dólares en oro.
¿Usó el mundo islámico la oportunidad que se presentó por el colapso del sistema monetario de Bretton Woods para articular una concepción islámica del dinero y del sistema monetario? Tal cosa no ocurrió. Más allá de la publicación del libro “Hacia un sistema monetario justo”, de Umar Chapra, el mundo de los eruditos islámicos permaneció misteriosamente en silencio.
No fueron los franceses capaces de comprender la oportunidad presentada por el colapso de Bretton Woods para encabezar un esfuerzo para el establecimiento de un sistema monetario mejor. En vez de eso, justo dos años después del colapso de Bretton Woods, los americanos sacaron un conejo de la chistera y sorprendieron al mundo, tras la guerra árabe-israelí de octubre de 1973 y el simultáneo embargo de petróleo árabe sobre EEUU, con el subrepticio establecimiento de un astuto y sorprendente sistema monetario basado en petro-dólares.