Las negociaciones sobre Siria: en vísperas de un nuevo fracaso

La última ronda de conversaciones, celebrada a finales de enero, terminó sin ningún resultado significativo. Los kurdos sirios no fueron incluidos en el proceso de negociación debido a la posición de Turquía y Arabia Saudita. Los turcos y los saudíes trataron de ejercer presión para que participaran los grupos terroristas "Ahrar al-Sham" y "Jaish al-Islam". Las partes aún no han llegado a un acuerdo básico sobre el futuro de Assad.

El alto el fuego es beneficioso sobre todo para los EE.UU., con Rusia esforzándose por sumarse al mismo después de una presión sin precedentes. Los milicianos entrenados por los Estados Unidos tienen ahora la oportunidad de recuperarse. En caso de que las autoridades sirias y la Fuerza Aérea de Rusia continuaran las hostilidades contra los grupos incluidos en el alto el fuego, los EE.UU. podrían utilizarlo como un motivo para acusar a Damasco y a Rusia de violar el acuerdo, y podrían aplicar medidas de fuerza contra ellos, incluyendo sanciones.

Las negociaciones aún no han comenzado, pero una parte de la oposición ya ha rechazado la oferta de Damasco. El titular del Ministerio de Asuntos Exteriores sirio, Walid Muallem, dijo que su delegación ha llegado a Ginebra sólo por 24 horas, y no quiso hablar sobre las elecciones presidenciales y sobre la propuesta de federalizar el país. Los representantes de la oposición pro-saudí (Alto Comité para las negociaciones, HNC por sus siglas en inglés) anunciaron que esta postura  efectivamente cancela las negociaciones.

A pesar de la tregua, las posiciones de los principales actores - Rusia e Irán, por un lado, y los Estados Unidos, Turquía, y los saudíes, por el otro - son radicalmente diferentes. Rusia, para salvar la cara, necesita salvar a su aliado en la región y disuadir al ISIS. Irán necesita una fuerte Siria unida como continuación de la Media Luna chiíta en la región mediterránea, el Levante y Palestina. Los EE.UU. están listos para jugar la carta kurda, bloquear a Irán y anular los éxitos de Rusia. El objetivo número uno para los saudíes y Qatar es el derrocamiento de Assad. Turquía busca derrocar a Assad y también evitar la creación de un estado kurdo fuera de su control. En cuanto a los objetivos de los grupos sirios, diametralmente opuestos, es difícil esperar que lleguen a un acuerdo viable teniendo puntos de vista tan distintos.