La cara oscura del alto el fuego en Siria
Parece que es un triunfo de las acciones conjuntas entre el ejército de la República Árabe Siria, y sus refuerzos de Líbano, Irán y Rusia, contra los diferentes grupos terroristas que actúan en Siria e Irak y están apoyados por EEUU, Turquía y Arabia Saudí, pero este plan de alto el fuego tiene una cara oscura.
Las intenciones de EEUU y sus aliados en oriente medio es la destrucción de Siria y su división del modo que sea, pero que se divida. Así, tras el fracaso en el derrocamiento del presidente sirio Al-Assad, se centraron en que los refuerzos terroristas destruyan siria, que provoquen la huida de millones de sirios para vaciarla de tanta población como sea posible.
La división de Siria, es el gran plan de occidente y sus aliados terroristas, la división en cuatro zonas:
- La zona occidental y costera, controlada por el gobierno sirio, es decir, el área de Damasco y la frontera con Líbano hasta la costa siria.
- La zona centro-norte y con territorio al sur en la frontera con Israel, controlada por los terroristas, que EEUU denomina como oposición democrática.
- La zona nororiental controlada por los Kurdos sirios.
- La zona suroriental controlada por el Daesh.
De este modo, el plan de alto el fuego puede parecer una cosa genial, pero en realidad oculta el plan para acabar con Siria y con todo el pueblo sirio a cualquier coste. Si no pueden convencer a los sirios para que “occidentalicen”, entonces los perseguirán, intentarán matarlos o hacerlos huir, que abandonen siria para que las fuerzas de terroristas multinacionales se apoderen de ese país.
Rusia e Irán hablan de seguir la lucha contra los terroristas, tanto los terroristas del Daesh como los terroristas que EEUU considera como “la oposición democrática”. Turquía y Arabia Saudí amenazan con invasión terrestre contra Siria, pero el presidente de EEUU no quiere que le arrastren a una guerra justo en periodo electoral. Así que quien sabe qué discurrir puede suceder en la maltrecha Siria y en Irak, que está todavía más desgarrado por 13 años de guerra desde la segunda invasión estadounidense en 2003.
En principio, ni Rusia ni Irán tienen visos de abandonar a Siria e Irak ante el terrorismo, Líbano mucho menos pues se halla entre la espada y la espada, es decir, entre el terrorismo “islámico” y el estado de Israel.
El gobierno turco cree que puede revivir el otomanismo y ser una gran potencia, pero por el contrario, parece que se granjea grandes enemistades en oriente medio, y también los recelos de sus socios de la Unión Europea. Y Arabia Saudí no parece que quiera asumir los gastos de una invasión contra Siria por su cuenta, puesto que bastante le cuesta el genocidio que están causando en Yemen…