La fuerza aérea saudí despliega apoyos a la intervención militar turca en Siria
Escrito y producido por el equipo de South Front: Brian Kalman, Edwin Watson, y Daniel Deiss.
Deduciéndose del anuncio por el ministro de defensa saudí el sábado 14 de febrero que el reino intentaría comprometerse tanto con fuerzas de tierra como de aire para combatir al Daesh en Siria, los primeros cuatro aviones de la fuerza aérea real saudí, cazas F-15S, llegaron a la base aérea de Incirlik el viernes 26 de febrero. Estos aviones fueron dirigidos por aproximadamente treinta oficiales y soldados y equipo de apoyo a bordo de dos transportes C-130. Es obvio que Arabia Saudí está enviando fuerzas aéreas y posibles fuerzas terrestres, pero no para combatir al Daesh y al frente Al-nusrah, pues los ha financiado durante años, sino para asegurarse de que el gobierno sirio no es capaz de retomar la soberanía de toda la nación.
Arabia Saudí tiene una de las fuerzas aéreas más modernas y mejor equipadas en la región y ha invertido fuertemente en esta arma militar durante dos décadas y posee un inventario impresionante de fuerzas aéreas de combate. La fuerza aérea saudí usa una mezcla de aeronaves europeas y estadounidenses, desde el venerable F-15C y el Tornado hasta el Typhoon relativamente nuevo. Todos los F-15Cs y los Tornados han sido modernizados recientemente y 48 unidades del Typhoon han sido encargados para el reino desde Inglaterra. El F-15S es la versión saudí del caza F-15E Strike Eagle. Se planea actualizar todas estas unidades al último modelo, F-15SA, durante los siguientes años.
La fuerza aérea saudí ha ordenado un total de 72 Typhoon T-2 y variantes del T3A de la BAE (British AErospace). Aunque este es un caza moderno con capacidades de ataque, está menos probado en combate en comparación con los F-15s y Tornados históricamente manejados por los saudíes. Las aeronaves saudíes muy probablemente operarán sólo desde la base aérea de Incirlik, junto con otras fuerzas aéreas de los EEUU y la OTAN. Esta base aérea tiene la infraestructura y logística en el lugar para manejar varios tipos de aeronaves de la OTAN. La base también está cerca del área propuesta de operaciones (norte de Siria) y está protegida por modernas defensas aéreas.
Cualquier fuerza saudí, muy probablemente, solo irían a la batalla con el respaldo del mandato de los EEUU o la OTAN, y el empleo de las aeronaves de los EEUU y la OTAN en ataques preliminares. Queda por ver si los EEUU y la OTAN decidirán apoyar a Turquía y Arabia saudí en semejante intensificación de hostilidades. La amenaza de Arabia Saudí de intervención militar directa en Siria, también señala el fracaso de su guerra por el poder. Sus bandas armadas de fanáticos islámicos y terroristas se han colapsado en gran parte como amenaza viable en el campo de batalla y se enfrentan a una derrota cierta. Un fracaso en Siria junto con un punto muerto en Yemen, podría demostrar que es un fallo demasiado grande para la monarquía saudí que está sufriendo de división interna entre sí misma y los cientos de clanes cuya lealtad les asegura su legitimidad.
Está muy claro que cualquier campaña aérea realizada por Turquía y Arabia Saudí en solitario se encontrará con una respuesta rusa rápida y efectiva tanto con defensas aéreas terrestres y navales así como la más moderna y capaz superioridad de combate aéreo en la región. Rusia lo ha dejado extremadamente claro, en términos diplomáticos aunque inequívocos de que no permitirá que fuerzas externas invadan Siria para derrocar al gobierno y asegurar sus propios objetivos en la violación de la soberanía siria. Adicionalmente, Rusia tiene el derecho internacional en su lado para cualquier disputa. Está llevando a cabo operaciones militares dentro de siria por encargo del gobierno legítimo de esta nación.
Mientras que los activos de la fuerza aérea real saudí son modernos y capaces, no representan una ventaja de experiencia tecnológica o combativa sobre las fuerzas que Rusia puede traer en respuesta. La fuerza aérea rusa y las fuerzas de defensa aérea emplazadas en Siria, solo representan un fuerte elemento disuasorio para cualquier poder externo que busque violar el espacio aéreo de siria sin el permiso expresado por el gobierno sirio. Se entiende que cualquier confrontación militar directa entre Arabia Saudí y Rusia, complicarán y expandirán aún más el costoso conflicto regional hacia uno global. La llegada de las primeras aeronaves saudíes inmediatamente anteriores al inicio del corredor de alto el fuego entre EEUU-Rusia envía un claro mensaje que ni Arabia Saudí ni Turquía desean un cese de hostilidades en estos momentos.