Un futuro mejor para los musulmanes rusos

11.11.2016

Además de los muchos inmigrantes musulmanes en Rusia, el islam es una parte orgánica del cuerpo religioso de Rusia. Sin tener en cuenta las diferentes opiniones sobre el número exacto de musulmanes en Rusia, ellos son una minoría importante y pueden participar en la construcción del futuro de su país. Así, es de vital importancia para el gobierno y los musulmanes así como para los ciudadanos no-musulmanes, la revisión mutua de sus posiciones y someterlas a posible rectificación. Aunque hay elementos positivos en estas relaciones tripartitas, puede haber algunos puntos en necesidad de reconsideración. Las autoridades rusas y sus ciudadanos entienden que el islam en su naturaleza tiene muchos fuertes elementos y factores para protegerse a sí mismo de cualquier presión externa. Los musulmanes podrían estar apartados por un tiempo, pero esto no puede durar para siempre y tarde o temprano reaccionarán contra lo que consideren una amenaza a su fe. El islam es suficientemente fuerte en su interior para hacer que sus seguidores se sacrifiquen para salvaguardarlo. La primavera árabe, en algunos aspectos, estuvo basado en semejantes características. Rusia tiene tal experiencia también.

Para facilitar una mejor comunicación, es importante permitir a los musulmanes que sientan que sus valores son respetados por la sociedad. Ellos necesitan tener un sentido de pertenencia a Rusia como su madre patria.

Las regulaciones como la prohibición del hijab en la escuela es un desafío para su fe, algo con lo que ellos no pueden llevarse bien. Los tres lados anteriormente mencionados deberían hacer lo mejor para reducir tensiones al mínimo nivel posible. Deberían ser lo bastante sofisticados como para darse cuenta de que tienen que vivir con los demás.

Para la parte de los musulmanes, es un error hacer una conducta que hace que los demás se sientan amenazados, como hacer que los cristianos se conviertan al islam, o quejarse de los musulmanes que se convierten al cristianismo, y algunas veces exagerando el asunto. Por supuesto, las personas son libres de elegir la fe que quieran, pero debería tener su proceso natural sin lanzarse para hacer todo público e inflamar la ira de los demás. 

Del mismo modo, la Iglesia Rusa y los nacionalistas también deben evitar las conductas provocadoras. La habilidad para dejar que los recuerdos oscuros se desvanezcan es un signo de progreso. Deberían practicar esto para mirar hacia el futuro. Los musulmanes, naturalmente, tienen algunas necesidades financieras para ser capaces de realizar sus ceremonias religiosas. Es razonable para el gobierno que cuide de estas necesidades. Por lo demás, los extranjeros como árabes u otros llegarán para “investigar” esas áreas y harán que sus demandas sean manejadas del modo que ellos desean, yendo más allá del simple apoyo financiero del Estado. Esto podría allanar el camino para la influencia de otros y dañar la seguridad nacional del país así como el bienestar y la estabilidad de los musulmanes. Cuando el Estado costea una mezquita, se la puede preparar con libros y productos religioso-culturales e incluso con sus propios predicadores. Turquía es un buen ejemplo en esto: Si bien el gobierno era secular, nunca ignoraron los temas religiosos y dedicaron gran cantidad de dinero del presupuesto para causas religiosas. Sabían muy bien que sus intereses nacionales y seguridad estaban conectados con la fe del pueblo. Cuidan de esos hechos no sea que otros puedan llegar e invertir allí con sus propias agendas. Por supuesto, ofrecer apoyo debería hacerse en un modo que no pueda considerarse como interferencia.

Otro punto son los estudios islámicos en Rusia. Es un error abandonar el estudio del islam en la escuela. Esto ignora el problema en vez de resolverlo. Los jóvenes musulmanes necesitan aprender sobre su religión, porque cuando ellos no la consiguen en la escuela, entonces la aprenderán en otros lugares. Tener una imagen correcta y moderada del Islam presentada por eruditos de confianza y enseñada por profesores instruidos es mucho mejor que dejar a los niños que aprendan su religión en escuelas no oficiales que podrían presentar un dibujo erróneo del islam a niños inocentes.

Los destacados eruditos rusos deberían pensar sobre la existencia de cursos académicos de alto nivel para imames y estudiantes interesados en estudios islámicos para liberarles de la necesidad de viajar a otros países para esto.

Si están determinados a enviar a algunos estudiantes a otros países musulmanes, entonces deben ser muy cuidadosos en elegir a qué país. Una de las buenas decisiones mencionadas en la reciente conferencia en Chechenia fue enviar estudiantes a Egipto para estudios religiosos. En comparación, Egipto puede ser mejor que otras alternativas arábicas. Fuertes centros islámicos rusos protegerán a Rusia y a sus musulmanes de muchos problemas en el futuro. Los eruditos musulmanes cuyos corazones sufren por su gente y su país también deben salir a escena para luchar por la solución de la necesidad de los estudiantes de viajar al extranjero. El caso de Irán es un buen ejemplo que debería mencionarse aquí. Durante siglos, los eruditos se desplazaban de Irán a Irak para estudiar allí. Fue casi hace 95 años que el Sheij Abdulkareem Haeri revivió la escuela en Qom, y por los esfuerzos hechos por él y otros eruditos, la escuela de Qom finalmente sobrepasó a sus homólogas iraquíes, así eliminando la necesidad de viajar más a Irak. En años recientes hemos sido testigos de una inmigración al contrario, desde Irak a Irán. Sentirse independiente puede traer muchos frutos para los musulmanes rusos y hacerles sentirse más rusos que cuando ellos son débiles y están bajo la salvaguardia religiosa de otros.

Para que los musulmanes rusos sean patriotas, deben ser resueltos muchos problemas existentes, como ser reclutados para unirse a grupos extremistas en Irak, Siria, y otras tierras en el futuro. Brevemente, tratándoles con respecto y aceptándoles como conciudadanos puede causar una mejor fortuna para Rusia que en el caso de ignorarles.