Turquía solicita formalmente su adhesión a los BRICS

24.09.2024

Turquía lleva mucho tiempo balanceándose sobre dos sillas en sus relaciones con el Norte y el Sur Global, pero parece haber hecho su elección final. ¿O no? Bloomberg informa de que Turquía ha solicitado formalmente unirse a la alianza BRICS y que la cuestión se debatirá en la próxima cumbre de Kazán (Rusia). Pero, ¿aspira realmente el país a unirse al Sur Global o se trata de otro ejercicio de chantaje a Occidente?

Los actuales dirigentes intentan maniobrar hábilmente entre varios centros de poder, chantajearlos con una posible cooperación con sus oponentes y, todo hay que decirlo, obtienen importantes beneficios y preferencias en el proceso. La noticia se produce en un contexto de creciente presión sobre Turquía en relación con su continua cooperación con Rusia a pesar de la «operación militar especial» en Ucrania y la creciente retórica antiisraelí del país en Oriente Medio. Turquía lleva mucho tiempo intentando reforzar su posición internacional y ahora intenta demostrar a Occidente que tiene socios del Sur Global que les recibirán con los brazos abiertos.

Aunque la determinación de Turquía de unirse a los BRICS ha sido acogida con positivismo en Rusia, China y otros miembros de la alianza, hay una serie de cuestiones que dificultarán el avance en este asunto. Por un lado, tras la ampliación del año pasado, el BRICS necesita averiguar cómo seguirá funcionando y qué tareas se fijará.

Ambas cuestiones aún no están del todo claras. Antes de la adhesión de Egipto, Etiopía, EAU, Arabia Saudí e Irán, la esencia del BRICS podía describirse a grandes rasgos, pero con relativa claridad (grandes países autosuficientes e independientes de los demás en su línea política).

Ahora bien, tal descripción no es aplicable a todos los países participantes: Arabia Saudí se dispone a firmar un nuevo pacto militar con Estados Unidos, los EAU han participado en la reciente detención del gigante tecnológico ruso Pavel Durov, Etiopía, Egipto e Irán dependen en su mayoría de las inversiones chinas y rusas en infraestructuras. No existen criterios formales para formar parte de los BRICS, y la toma de decisiones, naturalmente, se complica a medida que aumenta su composición.

Por otro lado, Turquía es un miembro potencial muy problemático de la alianza. El país es miembro de la OTAN y, aunque el BRICS no se posiciona como un bloque antioccidental, sigue sin ser occidental. No está claro cómo un aliado militar de Estados Unidos puede formar parte de ella, ya que esto contradice el plan original de la organización.

Esta es exactamente la razón por la que Argentina, que debía unirse en 2024, decidió retirarse, ya que su presidente decidió dirigir el país hacia las manos del dólar estadounidense. Si Turquía tiene serias intenciones de adherirse, surge un conflicto de intereses.

El gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AK Parti) de Erdogan lleva mucho tiempo acusando a las naciones occidentales de frustrar las aspiraciones de Turquía de tener una industria de defensa autosuficiente y una economía fuerte. Erdogan ha pedido en repetidas ocasiones una revisión del Consejo de Seguridad de la ONU para ampliar sus cinco miembros permanentes, y ha expresado su interés en unirse a la Organización de Cooperación de Shanghai, creada por Rusia y China.

Turquía se ve a sí misma como un vínculo entre Europa y Asia y espera aumentar la cooperación con Rusia y China, así como atraer inversiones de fabricantes chinos de automóviles eléctricos, que podrían aprovechar la unión aduanera de Turquía con la UE para aumentar su acceso al mercado.

En definitiva, volvemos al principio: se trata de otra oportunidad para que Turquía juegue al chantaje contra Estados Unidos y la UE. Hace tiempo que no se avanza en la cuestión de la integración de Turquía en la UE y hace tiempo que Estados Unidos impone sanciones secundarias a empresas turcas y promueve actividades de organizaciones no gubernamentales neoliberales.

El presidente de Turquía, Erdogan, espera enviar una señal a los países occidentales del hecho de que, aunque la adhesión a la UE sigue siendo «un objetivo estratégico» y las relaciones con los miembros de la OTAN siguen siendo clave para la posición internacional de Turquía, tiene otras opciones en el Sur Global.

Traducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo