¿Se le está acabando la paciencia a China con EE.UU.?
Según informa el Wall Street Journal, el presidente chino, Xi Jinping, ha sido "inusualmente franco al criticar la política estadounidense y culpar a la campaña de represión contra China liderada por Washington de los recientes desafíos de su país".
"Occidente -liderado por Estados Unidos- ha llevado a cabo un aislamiento total, un bloqueo y una represión contra nosotros, lo que ha planteado serios desafíos sin precedentes al desarrollo de nuestro país", declaró Xi, según los medios estatales chinos el lunes.
Los comentarios de Xi supusieron una salida inusual para un líder que generalmente se ha abstenido de criticar directamente a EE.UU. en declaraciones públicas. Por otra parte, durante su largo liderazgo, Xi ha mostrado un pesimismo cada vez mayor sobre las relaciones entre Occidente y las grandes potencias de Oriente.
Las acusaciones de que EE.UU. ha ahogado el desarrollo de China en los últimos cinco años formaron parte de un discurso que Xi pronunció ante los miembros del máximo órgano consultivo político de China, la Sesión Legislativa anual en Pekín.
Los medios de comunicación estadounidenses sostienen que, al referirse a Estados Unidos en términos cargados de connotaciones de la época de la Guerra Fría, el líder chino continúa la retórica nacionalista que los funcionarios inferiores y los medios de comunicación estatales han utilizado para criticar a Washington en los últimos años.
Según el presidente Biden, Estados Unidos compite con China, pero no desea el conflicto. Al mismo tiempo, sin embargo, persisten las tensiones bilaterales en torno al comercio, la tecnología, la influencia geopolítica y la operación militar rusa en Ucrania.
Aunque la administración Biden afirme que no desea el conflicto, la estrategia de seguridad nacional actualizada hace hincapié en la "rivalidad histórica entre democracias y autocracias", lo que, junto con otras declaraciones estadounidenses, se ha interpretado en China como una señal de que Washington pretende sustituir el régimen socialista de Pekín por un régimen títere prooccidental.
Al igual que en el caso de Rusia y Ucrania, Washington vería con buenos ojos una nueva guerra por poderes con una atención mediática negativa sobre China: se ha sugerido que Taiwán, Japón o incluso Australia, intentarían ser manipulados para una guerra real contra China.
Las autoridades chinas llevan mucho tiempo advirtiendo a Estados Unidos sobre el llamado "pensamiento de la Guerra Fría", pero la respuesta estadounidense es que la retórica de Xi hacia la administración Biden está empezando a adquirir tintes similares.
El presidente chino pareció hacer una observación similar, por ejemplo, en su cumbre de noviembre con Joe Biden. En aquel momento, se citó a Xi diciendo que "la represión y la moderación sólo fortalecerán la voluntad y elevarán la moral del pueblo chino".
Los portavoces oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, que suelen hablar a los periodistas extranjeros en tono cortante en las reuniones informativas periódicas, han utilizado repetidamente un lenguaje similar. Según el nuevo ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, "el conflicto es inevitable a menos que Washington cambie su enfoque".
Xi envió un sombrío mensaje a sus camaradas en el congreso del partido ya en octubre pasado, afirmando que "los intentos exteriores de reprimir y contener a China podrían intensificarse en cualquier momento". En aquel momento no se mencionó directamente a EE.UU., pero parece que la paciencia del régimen chino con las provocaciones y la guerra comercial se está agotando.
Traducción de Enric Ravello Barber