Los EEUU vs la ONU: La lucha por el derecho internacional real

14.10.2016

La última Asamblea General de las Naciones Unidas demostró una vez más la clara tendencia de que la ONU está completamente exhausta como institución competente destinada a resolver problemas globales.

Las numerosas propuestas para reformar la ONU fueron expresadas por presidentes y ministros de exteriores de una serie de países miembros en la Asamblea General, y son una indicación clara y adicional de que las actividades de la ONU tienen defectos importantes.

Las reuniones en el Consejo de Seguridad de la ONU que tuvieron lugar en paralelo, también confirmaron que el diálogo real sobre temas críticos está condenado al fracaso. Cuando el representante sirio se dirigió a la asamblea y habló del conflicto sirio, el representante en la ONU de los EEUU, de manera demostrativa abandonó la sala. ¿Cómo es posible debatir cuestiones serias en semejante atmósfera?

Por supuesto, gracias a la ONU, algunas situaciones de crisis han sido resueltas en el pasado, pero esto era antes. El mundo ha cambiado de manera significativa. Los principios básicos del derecho internacional que todavía son adecuados para la mayoría de países y pueblos, necesitan avanzar hacia un nivel más adecuado que -simultáneamente- debe ser global a la par que debe excluir la posibilidad de semejante fuerte influencia por parte de actores destructivos tales como, por ejemplo, los Estados Unidos.

La sede de la ONU está en Nueva York, por tanto los EEUU siempre influirán implícitamente en las decisiones de la organización, incluso si la presencia del país se reduce al mínimo. En vísperas de la ocupación de Irak, el embajador de los EEUU ante la ONU, John Bolton, amenazó con suspender los pagos contributivos de EEUU e incluso abandonar la organización. Aunque los EEUU no hizo esto (ya que necesitan a la ONU cual eficiente herramienta para hacer lobby por sus intereses), lanzaron la agresión contra Irak sin ninguna sanción de la ONU. Sin embargo, la ONU misma terminó siendo cómplice en el desarrollo de los mecanismos políticos que justificaron la ocupación unilateral (o por coalición).

En 2001, la Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía Estatal (ICISS, en inglés) de la ONU, desarrollo una doctrina denominada Responsabilidad para Proteger (R2P, en inglés). Esta doctrina marcó la transformación de la comprensión internacional de soberanía, que históricamente había seguido las ideas del derecho Westfaliano y la no-injerencia. La intervención humanitaria, otra doctrina que la administración Clinton usó para justificar la intervención militar en Haití y el bombardeo de Yugoslavia, empezó a tomar una nueva forma en el contexto del derecho internacional Toda la doctrina R2P sugiere que “los Estados soberanos tienen una responsabilidad para proteger a sus propios ciudadanos de catástrofes evitables” (Report: VIII, ICISS, 2001) y la comunidad internacional debería incentivar o ayudar a los Estados a ejercer esta responsabilidad” (ONU, 2012). La doctrina R2P es una norma, no una ley, pero ha sido conectada al derecho internacional.

Naturalmente, la “comunidad internacional” significa Estados Unidos y sus socios, esto es, el colectivo democrático y liberal occidental y sus antiguas colonias que tienen el estatus de socios menores.

Durante largo tiempo, esta doctrina ha sido una poderosa herramienta de la influencia de la comunidad occidental, incluyendo el aseguramiento de tratos, la dominación de negociaciones, y la imposición de sanciones económicas con la asistencia de organizaciones no-gubernamentales, Estados, e instituciones internacionales. Sin embargo, ha habido fracasos fundamentales en esta “política” que por ejemplo, condujo al genocidio en Ruanda y la guerra civil en Sudán (en 2003, las fuerzas del gobierno sudanés y las milicias Janjaweed fueron encontradas culpables de asesinatos masivos y desplazamientos forzosos con al menos, 200.000 asesinados y 2,5 millones de expulsados de sus lugares de residencia). Es más, incluso algunos entre la comunidad occidental han empezado a criticar esta doctrina. Ha llegado a verse como simplemente otro método de hacer una “guerra proxy” y “crear pretextos sobre la base de la histeria moral” para las invasiones “del mundo civilizado” contra “los tiranos”. 

Pero hay incluso mecanismos más indirectos de influencia sobre otros países a través de medios humanitarios, culturales y económicos. Por ejemplo, está la Asociación Internacional de Libertad Religiosa (IRLA, en inglés) [1], fundada en los EEUU en 1893 por los esfuerzos de los Adventistas del Séptimo Día. Esta organización toma parte en las reuniones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU cada año, y tiene sucursales en 80 países, incluyendo Rusia. Esta secta protestante ha usurpado el derecho a afirmar lo que es la libertad religiosa, que países son libres, cuales son opresivos, y qué debería hacerse para asegurarse de que la “libertad” aparezca.

Recientemente, el lobby homosexual también ha usado a la ONU para destruir los valores familiares tradicionales. Según Hillary Clinton dijo durante su discurso en la Comisión de la ONU sobre Derechos Humanos en diciembre de 2011: “Los derechos gays son derechos humanos” [2].

La tendencia de promocionar el matrimonio gay en la ONU está directamente conectado con la promoción e imposición de las políticas abortistas. Están suscitadas bajo los auspicios de programas abstractos de igualdad de género y la protección de derechos humanos. El papel clave en este proceso está jugado no tanto por los países donde estos temas se han vuelto normales, sino por los aparatos burocráticos de la ONU. Las cuestiones del nacimiento y población son tratadas por el Fondo de Población de la ONU (UNFPA, en inglés) y el Programa de Desarrollo de la ONU (UNDP, en inglés). De hecho, siguen una estrategia maltusiana apuntando a limitar la tasa de nacimientos a través de la esterilización de mujeres y el aborto.

Los teóricos de la conspiración argumentan que hay “1.000 millones dorados” (Golden billion, en inglés) preocupados por el crecimiento de la población planetaria que busca reducirla mediante la organización de guerras y epidemias. Sin embargo, hay evidencias reales y documentadas que confirman que son los EEUU quienes están interesados en limitar el proceso de crecimiento de la población del planeta. Es suficiente con familiarizarnos con el memorándum secreto de EEUU, NSSM-200 de la NSA, que fue preparado por Henry Kissinger y adoptado el 10 de diciembre de 1974. La Casa Blanca lo desclasificó en 1989. Fue titulado: “Implicaciones del crecimiento de la población mundial para la seguridad de EEUU y los intereses de ultramar” [3].

Los hechos relacionados con el liderazgo de la UNFPA muestran que la línea general de población fue realizada antes del establecimiento de las Naciones Unidas y está conectada a las actividades de ciertos grupos.

Por ejemplo, en 2001, el embajador de buena voluntad de la UNFPA fue Alexander Sanger, Presidente del Consejo Internacional para la Planificación Familiar. Como representante y defensor del control de natalidad, Sanger fue nombrado como “una de las 100 personas más influyentes del planeta en todos los tiempos” en 1995. Mientras tanto, Alexander Sanger es el nieto de Margaret Sanger, la “iluminadora sexual” que en 1921 fundó la Liga Americana de Control de Natalidad, y después, el Comité Nacional para la Legalización del Control de Natalidad en 1929. En cierto sentido, Alexander Sanger es el sucesor de su causa.

Margaret Sanger promovió la idea del uso extendido de la contracepción y el aborto como prácticas clínicas apoyadas por el Estado. Además, se dedicó al contrabando de diafragmas en los EEUU y publicó materiales obscenos en la prensa, violando repetidamente las leyes federales.

Las convicciones ideológicas de Margaret Sanger fueron racistas y anarquistas, y creía que, tanto el control de la humanidad como la propaganda eugenésica podrían “dirigir la carrera para eliminar a humanos defectuosos” [4]. Sus proposiciones incluyeron el endurecimiento de las políticas de inmigración, el libre uso de métodos de control de natalidad, el derecho a la familia a planificar una sana mientras que se segrega o esteriliza compulsivamente  a los mentalmente discapacitados [5].

Es más, el poder establecido de Washington virtualmente no oculta el hecho de que usa activamente los mecanismos de la coerción económica para asegurar su poder. “En la OMC, el Banco Mundial, y el FMI, la voz de EEUU es la más fuerte. Así, la hegemonía global y la globalización económica se complementan perfectamente entre sí. Los EEUU representan un sistema global abierto, pero ellos en gran parte definen las reglas y definen cuánto quieren ser de independientes respecto a este sistema”, dice Zbigniew Brzezinski [6].

Los mecanismos de influencia de los EEUU en el FMI son bastante simples. Los EEUU invirtieron la mayor porción en la creación de este fondo, sobre el 16,74%. Así, tienen el derecho de veto en temas estratégico. En la mayoría de los casos, los socios tradicionales de los EEUU en el FMI de los países de la UE y Japón, comparten las posiciones de Washington en temas claves de la economía global e ideología, esto es, del neoliberalismo. Al mismo tiempo, hay comercio bilateral e inversión mutua que fortalece las relaciones entre esos países. Las monedas de los países políticamente débiles están vinculadas al dólar de uno u otro modo. Finalmente, la mayoría del personal del FMI son ciudadanos de EEUU.

Los EEUU han usado incluso su posición en el FMI para alcanzar resoluciones políticas en la ONU. Por ejemplo, para conseguir su apoyo en el Consejo de Seguridad de la ONU, los Estados Unidos negocian secretamente con países que necesitan préstamos o incluso mitiga las condiciones previstas para las políticas económicas.

Cuando ecuador era miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, comenzó la guerra en el golfo pérsico. Ecuador votó en 12 resoluciones por los EEUU y se abstuvo sólo en 2. En 1991, Ecuador recibió 20 millones en Derechos Especiales de giro desde el FMI. Yemen, sin embargo, no votó por la invasión de Irak por una serie de consideraciones. Entonces, el Secretario de Estado de los EEUU transmitió al embajador Yemení en Washington una nota diciendo: “Este voto os costará más que nunca” [7].

Inmediatamente después, EEUU cesó la ayuda a Yemen, así causando una escasez de dinero. Entonces, el FMI no concluyó ni un acuerdo con Yemen hasta 1996. Pero en 1992, Zimbabue, por ejemplo, era parte también del Consejo de Seguridad de la ONU. A diferencia de Yemen, apoyó 11 resoluciones contra Irak. Como resultado, recibió nuevas condiciones preferentes para préstamos [8].

Según la investigación de Dreher y Jensen, si un país vota según la posición de los EEUU en la Asamblea General de la ONU, entonces el FMI coopera con este país con menores precondiciones [9].

La reforma del FMI y el Banco Mundial también está siendo discutida activa y últimamente. Pero, como en el caso de la ONU, esto es probable que sea limitado por permutaciones y cambios decorativos. La esencia permanece igual: La distribución desproporcionada de riqueza en detrimento de la mayoría de países y naciones.

¿Qué puede ser una alternativa a la ONU? Activamente desarrollar foros regionales y estructuras tales como la ASEAN, OCS, UNASUR, y organizaciones como los BRICS pueden presentar alternativas. Junto con otras iniciativas, pueden convertirse en los precursores de una nueva estructura internacional fundada sobre el principio de multipolaridad y soberanía. Pero los elementos liberales y remanentes del modelo centrado en occidente no deben ser permitidos en este nuevo sistema. Justo como un virus, son capaces de infectar a los cuerpos más saludables de Estados y regiones.

Notas:

[1] http://www.irla.org/

[2] США будут бороться за права геев во всем мире. BBC, 7 декабря 2011. http://www.bbc.co.uk/russian/international/2011/12/111207_clinton_us_gay_rights.shtml

[3] NSSM 200, Implications of Worldwide Population Growth For U.S. Security and Overseas Interests (THE KISSINGER REPORT), December 10, 1974

http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/PCAAB500.pdf

[4] Engelman, Peter C, «Margaret Sanger», article in Encyclopedia of leadership, Volume 4, George R. Goethals, et al (Eds), SAGE, 2004, Р. 132.

[5] Porter, Nicole S.; Bothne Nancy; Leonard, Jason. Public Policy Issues Research Trends / Evans, Sophie J.. — Nova Science. — P. 126.

[6] Brzezinski Z. The Choice: Global Domination or Global Leadership. Basic Books. 2004.

[7] Bandow D. Avoiding War/ JSTOR// Foreign Policy Magazine, 1992, 89. P. 161.

[8] К.Б. Роуз. Механизмы и пределы влияния США в МВФ. - М.: РАН, 2013. С. 55.

[9] Dreher A., Jensen N.M. Independent Actor or Agent? An Empirical Analysis of the Impact of US Interests on IMF Conditions// KOF Working Papers, 2005.