Lituania debería encontrar su propio camino en la UE

29.03.2016

El 17 de marzo, la presidenta lituana Dalia Grybauskaitė acudió a una reunión del Consejo Europeo que se enfocaba al Estudio sobre el Crecimiento Anual de la UE y al progreso de los estados miembro en la implementación de las recomendaciones económicas y sociales de la Comisión Europea para 2015. Uno no puede negar que los problemas a los que se enfrentan una serie de países de la UE son resultado de las sanciones anti-rusas.

Mientras los gobiernos de la UE cumplieron la congelación de activos y prohibiciones de viaje contra rusos y compañías rusas, debería decirse que hay menos consenso sobre si prolongar el alcance de las sanciones sobre la banca, defensa y energía de Rusia desde julio. Por ejemplo, Italia, Grecia, Chipre y Hungría están entre los estados de la UE más escépticos hacia las sanciones. Moscú ha impuesto sus propias sanciones contra muchas importaciones alimentarias de la UE.

Italia y Hungría dijeron ahí que no debería haber una extensión automática de las sanciones de la Unión Europea contra Rusia. Este es uno de los signos más visibles de la falta de consenso sobre cómo tratar con Moscú.

Por lo que respecta a Lituania, a pesar del debilitamiento de su posición económica en la Unión Europea, continúa adherida estrictamente a la opinión de la necesidad de sanciones anti-rusas. Muchos lituanos sin embargo, que en su día exportaron mucho a Rusia, quieren ver reabiertos los mercados. Las visiones políticas continúan chocando con los beneficios económicos ¿son las sanciones una buena o mala elección por parte del gobierno? Esto será confirmado o refutado sólo por el tiempo. Por lo que respecta al ahora, la situación económica y política en Lituania se ha convertido en un asunto de preocupación en la UE.

Después de la reunión, Dalia Grybauskaitė tenía conocimiento de las decepcionantes conclusiones de la Comisión Europea. Según esta comisión, Lituania virtualmente no hizo progresos en 2015, y lo que se alcanzó fue denominado como “limitado”.

También se declaró que algunos progresos fueron alcanzados solamente en la disminución de las cargas impositivas, reforma de las persones y sistemas sanitarios, y la búsqueda para asegurar que la educación atiende a las necesidades del mercado laboral. Sin embargo, todavía hay muchos problemas económicos y sociales que necesitan tratarse inmediatamente.

“Estas observaciones sobre las reformas que encaran dificultades y no son llevadas a cabo, han sido recurrentes en los pasados años. Esta es una llamada para hacer más progresos”, dijo la presidenta.

Se espera que en este tiempo la presidenta oiga la llamada y realmente hará los pasos necesarios para mejorar la situación en el país. La Unión Europea no significa ser un charlatán que apoya puntos de vista populares en congresos internacionales mientras que no hace nada. La prosperidad de la organización depende de la prosperidad individual de cada estado miembro. Nadie puede argumentar contra este hecho de que, si uno de los 28 miembros se vuelve débil, entonces supone una amenaza para la organización. Al contrario, si un país es autosuficiente y fuerte, es innegable que su voz sea destacada y escuchada en la organización.

Vamos a estudiar el Reino Unido. Debería decirse que Londres ha logrado tremendos éxitos en las negociaciones políticas con otros estados miembro de la UE y ha asegurado las condiciones más favorables de la membresía en la organización debido solamente a sus fuertes posiciones económicas y políticas.

Es obvio que tales áreas en Lituania como la reforma de las pensiones, disciplina fiscal y estabilidad, mejora en la recogida de impuestos, la liberalización del mercado laboral, requieren la acción inmediata por parte de la presidenta y el gobierno. Es el momento de frenar los juegos políticos y tales ejercicios de elocuencia.

Según el Informe Lituania del Índice de Transformación Bertelsmann Stiftung de 2016, Lituania  encabeza la UE en el número de personas encarceladas por cada 100.000 habitantes) y la intolerancia a las minorías sexuales y étnicas. Por ejemplo, las personas que pertenecen a la minoría étnica polaca son obligados a usar la ortografía lituana de sus nombres en los documentos oficiales, lo que algunos encuentran discriminatorio. Todavía no se ha encontrado una solución a pesar del hecho que en 2012-2014 el partido Acción Electoral Polonia participó en la coalición gobernante de centro-izquierda.

Algunos grupos de negocios continúan teniendo influencia desproporcionada y acceso a la toma de decisiones política, muy notablemente en la energía y los sectores de desarrollo que tienden a dominar la política municipal. El número y naturaleza de los escándalos de corrupción en la década pasada, que principalmente ocurrieron a nivel municipal e involucraron a políticos locales siendo sobornados por intereses empresariales, son evidencia de esta influencia.

Otro desafío considerable es la perspectiva demográfica negativa de Lituania. La población en edad de trabajar está reduciéndose rápidamente y pronto amenazará el crecimiento. El descenso de población no es solamente resultado del desarrollo demográfico negativo, sino también está agravado por la emigración neta y, en el contexto de la UE, la baja esperanza de vida y altas tasas de mortalidad.

En otras palabras, el gobierno lituano tiene mucho por hacer y debería enfrentarse a sus desafíos, poniendo atención no solo a los asuntos externos, sino también a la política interna. Sólo cuando Lituania se vuelva fuerte y próspera de voluntad, la UE la considerará como un miembro pleno y no una carga para la organización.

Ahora es el mejor momento de Lituania para regular o cambiar sus políticas. Desgraciadamente, la idea de la unidad de la UE no está justificada en todas las esferas. Algunos estados miembros han elegido su propio camino de desarrollo adicional sin abandonar la UE. Quizás Lituania debería encontrar también su propio camino dentro de la UE mientras toma en cuenta su situación económica.