Las pandemias, eficaces armas de la Revolución Mundial

30.01.2021

Los orígenes de las pandemias del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (detectada a principios de la década de 1980) y de Coronavirus 19 (que irrumpió en el escenario internacional a finales de 2019) son muy sospechosos. No podemos asegurar que ambas hayan sido creadas de forma deliberada; lo que sí podemos afirmar es que han sido utilizadas como armas biológicas por la Revolución Mundial que prepara la implantación de su «nuevo contrato social».

Revolución sexual y sida

El primer caso del síndrome de la inmunodeficiencia humana (sida) fue confirmado en 1981. Al finalizar el 2019, o sea, 38 años después, el número de personas que vivían con esta enfermedad se ponderó en 38 millones, y el número de personas fallecidas a causa de enfermedades relacionadas con el sida desde el comienzo de la pandemia se estimó en 32.7 millones. Tan sólo en 2019, alrededor de 690 mil personas murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida.1

Llama la atención que el primer caso de sida haya sido anunciado ocho años después de que la Asociación Psiquiátrica Americana (APA, por sus siglas en inglés) dejó de considerar a la homosexualidad como una enfermedad en los Estados Unidos, a instancias del psiquiatra Robert Spitzer.2

La decisión de la APA coronó la serie de presiones que se hicieron cada vez más fuertes en los Estados Unidos a partir de que Alfred Kinsey, Wardell Pomeroy y Clyde Martin publicaron dos estudios acerca del comportamiento sexual masculino (1948) y femenino (1953). Los documentos, conocidos como Los informes Kinsey propusieron que los comportamientos, los pensamientos y los sentimientos sexuales hacia el mismo sexo «no siempre fueron consistentes [en los individuos estudiados] a lo largo del tiempo».3

La presunta base científica de Los estudios Kinsey fue aprovechada inmediatamente por el lobby gay (con la ONU y la fundación Rockefeller a la cabeza) para forzar la modificación de las políticas educativas y de los modelos de comportamiento en Estados Unidos.

Enrique Colom y Pablo Requena, en su libro Cómo explicar la revolución sexual, explican con toda claridad cómo fueron operados los cambios:

«Así, para librarse de la «hipocresía puritana», el sexo se empezó a tratar con gran desenvoltura en las conversaciones, los medios de comunicación, los espectáculos, etc., generando, a su vez, un comportamiento sexual más desinhibido por cuanto se veía como un proceder “normal”: “todos lo hacen”. Conductas consideradas otrora inmorales pasaron a ser el tipo de actuación más frecuente; se desacreditaban los códigos legales y morales vigentes; se afirmaba que evitar las relaciones prematrimoniales causaba inhibiciones nocivas que perdurarían después del matrimonio, por lo que esas relaciones eran alentadas como beneficiosas para la mujer; se postulaba tener desde la infancia relaciones sexuales placenteras con personas adultas que instruyeran a los preadolescentes en los modos oportunos de realizarlas, llegando a decir que oponerse a esas relaciones procedía de una actitud histérica de los padres, de las autoridades, de los sacerdotes, etc. […] Todas estas ideas entraron a formar parte de los programas de educación sexual en las escuelas de los Estados Unidos y se propagaron a otros países…».4

Kinsey y sus colaboradores ocultaron a la sociedad que sus estudios tuvieron una base zoológica, no antropológica. Kinsey era zoólogo de formación. También callaron que los entrevistadores fueron seleccionados a fin de evitar discrepancias a la hora de aplicar la metodología. Colom y Requena apuntan, además, lo siguiente:

«… el 25% de los hombres estaban o habían estado en prisión; el 5% eran varones que se prostituían; se anotaba como matrimonio cualquier pareja que había convivido más de un año aunque no estuvieran casados; además, de modo análogo al caso de los entrevistadores, el hecho de recoger los datos de personas que voluntariamente hablaban de su actividad sexual, supone un modo de autoselección de los candidatos que impugna la validez de los resultados».5

Por supuesto que Kinsey y sus colaboradores no fueron los únicos promotores de la revolución sexual. Podemos mencionar, también, a Herbert Marcuse y a Wilhelm Reich, entre otros. De ellos nos ocuparemos en futuros trabajos. El lobby gay, en la actualidad, cuenta con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud de la ONU, de la Fundación Ford, de la Fundación Bill y Melinda Gates, de la supranacional Johnson & Johnson y del recién estrenado gobierno de los Estados Unidos, encabezado por dos abortistas declarados: el «católico» presidente Joe Biden y la ultrafeminista, Kamala Harris, como vicepresidente.

El sida, un arma de la Revolución Mundial

Con la pandemia de sida, y a partir del peligro generado por ella, el lobby gay impuso al mundo el uso del preservativo como política de «salud reproductiva» y comenzó a enseñar que la homosexualidad es «natural». En un siguiente paso, decidió que todo aquel que se opusiera al nuevo orden sexual incurriría en actos de discriminación y de odio y que, por lo tanto, debería de ser castigado.

La metodología ensayada en Estados Unidos, a partir de Los informes Kinsley, se generalizó al mundo entero a partir de 1981:

•          El sexo es tema de todos los días los medios de comunicación.

•          Se incita a la desinhibición y, por lo tanto, a la sexualidad desordenada.

•          La moral cristiana es objeto de burla y las leyes son modificadas para usufructo de minorías organizadas.

•          Se despoja a la sexualidad humana de su función procreativa, de su naturaleza heterosexual y de la identidad biológica de las personas.

•          Se «justifica» la pederastia, diciendo que sirve para que los preadolescentes sepan cómo tener relaciones sexuales placenteras.

•          Se niega la trascendencia de la sexualidad humana.

«… las relaciones conyugales se equipararon a cualquier otro modo de actividad sexual: autoerotismo, homosexualidad, pederastia, etc. Esto supuso restringir la sexualidad a la pura genitalidad, catalogarla como objeto de consumo, y valorar su uso en cualquier situación como normal o incluso conveniente».6

La pandemia de Covid-19 y el NOM

La pandemia de sida es utilizada por la Revolución Mundial para dislocar el orden sexual, moral y ético de las sociedades. La promoción descarnada del homosexualismo compromete, incluso, la identidad de las personas.

La pandemia de Covid-19, por su parte, ha servido para decretar la alarma en todo el planeta y atacar enseguida a miles de millones de seres humanos.

Los alcances del Covid-19 son muy preocupantes. Procedamos a mencionarlos:

•          Control social

•          Terrorismo mediático

•          Devastación económica

•          Censura global

•          Radicalización LGBT

•          Legitimación de la pederastia

•          Encarcelamiento del espíritu

Control social: Con el pretexto de detectar casos de Covid-19 y de prevenir contagios, las grandes tecnológicas (con la complicidad de la mayoría de los gobiernos) han logrado controlar la vida de la mayor parte de la población del mundo: saben qué hacen las personas, cuáles son sus desplazamientos, cuánto gastan y cómo lo hacen, cuáles son sus patrones de consumo, etc. Se han ordenado confinamientos y se ha instaurado el toque de queda en naciones como Bélgica, España, Francia, Grecia, Inglaterra y Holanda. Alemania, Hungría y Portugal han ordenado confinamientos locales estrictos. En días recientes, Holanda ha sufrido violentos disturbios callejeros que darán pauta a políticas más represivas.

Terrorismo mediático: los medios de comunicación controlados por las grandes trasnacionales asustan todo el tiempo a las personas. Se valen del temor a la enfermedad y a la muerte, así como del miedo a lo desconocido para provocar la desconfianza en el prójimo. (Esta situación deja fabulosas ganancias a las farmacéuticas trasnacionales, por supuesto).

Devastación económica: la pandemia de Covid-19 golpea, sobre todo, a las micro, pequeñas y medianas empresas, es decir, a las que carecen de los recursos para sobrevivir a la guerra económica desatada por las gigantescas corporaciones supranacionales. (Éstas verán acrecentado su poder pasada la emergencia sanitaria).

El Banco Mundial (BM) estima que más de la mitad de las empresas en el orbe «están en mora o probablemente lo estarán dentro de poco tiempo». El BM reconoce, además, que durante la crisis «las ventas de las empresas se han reducido a la mitad, lo que las ha obligado a reducir salarios y horas de trabajo, y que la mayoría de ellas —especialmente las microempresas y las medianas empresas de los países de ingreso bajo— se esfuerzan por acceder al apoyo del Estado».7

Estimaciones del propio Banco Mundial —difundidas el 11 de enero pasado— calculan que el Covid-19 empobreció en 2020 a entre 119 y 124 millones de personas. El pronóstico del BM para el 2021 es que la pandemia empobrecerá a entre 143 y 163 millones de personas más a nivel global.8

La censura global (ejercida por las grandes corporaciones como Facebook, Twitter, Google, Amazon, etc.) y la manipulación informativa orquestada por las empresas mediáticas que están al servicio del Nuevo Orden Mundial facilita el sometimiento intelectual y material de los pueblos.

Las grandes tecnológicas censuraron sin problema a Donald Trump cuando aún era presidente de los Estados Unidos. Imaginen ustedes, amables lectores, lo que puede esperar cualquier otro ser humano.

Por lo pronto, Twitter acaba de anunciar que tiene a prueba un plan piloto de verificación de información al que nombró Birdwatch («observación de aves»). El objetivo es que los propios usuarios verifiquen la veracidad de la información. De momento, Twitter ensaya esto en un sitio web diferente al de la empresa. Si el ensayo funciona, Twitter podría habilitar hasta a 100 mil verificadores.9

Radicalización LGBT: la ONU y sus agencias, así como la mayoría de los gobiernos, se desgañitan diciendo que el confinamiento agravó la violencia contra las mujeres, los homosexuales, los transexuales, etc., por lo que urge un «nuevo contrato social» que castigue a los responsables de esa violencia y discriminación. En el fondo, lo que desean es que la sexualidad humana se reduzca a su aspecto biológico y se dejen impunes las prácticas sexuales públicas antinaturales.

Logrando lo anterior, creen que desalentarán la natural práctica heterosexual, que terminarán con la institución del matrimonio y con la familia tradicional. También, suponen que estarán en posibilidad de modificar costumbres y leyes para inducir a niños y jóvenes al homosexualismo, el bisexualismo, el transexualismo y otras prácticas antinaturales. Y lo que es peor: que estarán en capacidad de «legalizar» la pederastia con el pretexto de que los preadolescentes «necesitan ser instruidos sobre la forma de ejercer su sexualidad de manera placentera».

De manera paralela a la dictadura de género, diseñada para beneficiar a una minoría, en perjuicio de la mayoría, se fomentará la anticoncepción y se despenalizará la práctica del aborto. De manera adicional, se autorizarán el asesinato de las personas ancianas (vía la eutanasia) y el transhumanismo.

Encarcelamiento del espíritu: la ingeniería social puesta en marcha a la par del desarrollo de la pandemia de Covid-19 contempla no sólo el confinamiento de las personas, sino la erradicación de sus creencias religiosas.

El objetivo del NOM es crear una religión única. El catolicismo es el principal escollo para esa nueva religión mundial y, por ende, las élites desean acabar con él.

La religión católica es —en efecto— una vía de escape para el espíritu que se sabe aprisionado en el mundo; también, una defensa que se opone al control de las mentes.

La ofensiva anticatólica data desde la persecución, Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Amainó durante la edad media y se viralizó a partir del Renacimiento. Cobró inusitada fuerza luego de la muerte del Papa Pío XII, en 1958.

La lucha contra el catolicismo ha tenido en la pandemia de Covid-19 a un gran aliado, porque gobiernos y autoridades eclesiásticas de diversas partes del mundo han prohibido el culto para, según dicen, evitar contagios.

¿Qué resultados ha tenido esta batalla metafísica contra el catolicismo? Demos dos datos:

1.         Los católicos practicantes y poco practicantes están a punto de convertirse en minoría en España.10

2.         Los católicos en México son cada vez menos. Representan ya menos del 78 por ciento de la población.11

Lo que sigue

El secretario general de la ONU, Antonio Gutérres, lanzó una advertencia el 18 de julio de 2020 (con motivo del Día Internacional de Nelson Mandela) en Johannesburgo, capital de Sudáfrica:

«La discriminación, el abuso y la falta de acceso a la justicia definen la desigualdad para muchos, en particular para los pueblos indígenas, los migrantes, los refugiados y las minorías de todo tipo. Esas desigualdades son un ataque directo a los derechos humanos. 

»Por consiguiente, a lo largo de la historia la lucha contra la desigualdad ha sido una fuerza impulsora en favor de la justicia social, los derechos laborales y la igualdad de género».12

Respecto de la igualdad de género, el secretario general de la ONU, expuso con claridad su pensamiento:

«A nivel mundial, las mujeres siguen excluidas de los puestos de responsabilidad en los Gobiernos y en los consejos de administración de las empresas. Menos de uno de cada diez líderes mundiales es mujer.

»La desigualdad de género perjudica a todos porque impide que nos beneficiemos de la inteligencia y la experiencia de toda la humanidad.

»Esa es la razón por la que, como orgulloso feminista que soy, he hecho de la igualdad de género una prioridad máxima, y la paridad de género es ahora una realidad en los puestos más altos de las Naciones Unidas. Insto a los líderes a todos los niveles a que hagan lo mismo».13

Por lo tanto, Gutérres anticipó la imposición del Nuevo Orden Mundial, bautizado, también, como Nuevo Contrato Social:

«El proceso de mundial de consultas en torno al 75º aniversario de las Naciones Unidas ha puesto de manifiesto que las personas desean un sistema de gobernanza global que cumpla sus expectativas».14

Conclusión

La pandemia de sida sirvió para romper con la moral sexual cristiana y para empujar a las sociedades a la perversión y el desenfreno, con el fin de favorecer las prácticas sexuales antinaturales y… los jugosos negocios que se hacen con ellas.

La de Covid-19, por su parte, ha permitido ensayar los férreos mecanismos de control que se aplicarán una vez que la emergencia se declare controlada.

Según los arquitectos del Nuevo Orden Mundial, la pandemia de Covid-19 ha evidenciado la injusticia social prevaleciente y, por lo tanto, se debe aplicar un nuevo sistema de gobernanza. Al buen entendedor…

Material consultado

1.         ONUSIDA. “Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sida”. ONU. (Sin fecha de publicación). Consultado en https://www.unaids.org/es/resources/fact-sheet

2.         Cfr. Redacción BBC Mundo. “Muere Robert Spitzer, el psiquiatra que desmintió que la homosexualidad fuera una enfermedad”. BBC. (Publicado el 28 de diciembre de 2015). Consultado en https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/12/151228_ciencia_muere_robert_spitzer_psiquiatra_homosexualidad_ch

3.         Kinsey Institute. “La escala de Kinsey”. Universidad de Indiana. (Sin fecha de publicación). Consultado en https://kinseyinstitute.org/research/publications/kinsey-scale.php

4.         Enrique Colom y Pablo Requena. Cómo explicar la revolución sexual. Pamplona: EUNSA, 2012. eLibro, página 57

5.         Íbid., página 60

6.         Íbid., página 54

7.         Paul Blake y Divyanshi Wadhwa. “Resumen anual 2020: el impacto de la Covid-19 (coronavirus) en 12 gráficos). Banco Mundial. (Publicado el 14 de diciembre de 2020). Consultado en https://blogs.worldbank.org/es/voices/resumen-anual-2020-el-impacto-de-la-covid-19-coronavirus-en-12-graficos

8.         Chistopher Lakner, Nishant Yonzan, Daniel Gerszon Mahler, R. Andrés Castañeda Aguilar y Haoyu Wu. “Estimaciones actualizadas del impacto del Covid-19 en la pobreza mundial: retrospectiva a 2020 y perspectivas para 2021. Banco Mundial. (Publicado el 11 de enero de 2021). Consultado en https://blogs.worldbank.org/opendata/updated-estimates-impact-covid-19-g...

9.         EFE. “Twitter lanza prueba piloto para que usuarios verifiquen información y eviten ‘fake news’”. Forbes México. (Publicado el 25 de enero de 2021). Consultado en https://www.forbes.com.mx/tecnologia-twitter-prueba-piloto-usuarios-verifiquen-informacion/

10.       Inma Álvarez. “La religión ya no significa nada para casi la mitad de los jóvenes españoles”. Aleteia. (Publicado el 26 de enero de 2021). Consultado en https://es.aleteia.org/2021/01/26/la-religion-ya-no-significa-nada-para-casi-la-mitad-de-los-jovenes-espanoles/?utm_campaign=NL_es&utm_source=daily_newsletter&utm_medium=mail&utm_content=NL_es

11.       Jaime Septién. “México: menos católicos, más jóvenes ‘sin religión’”. Aleteia. (Publicado el 26 de enero de 2021). Consultado en https://es.aleteia.org/2021/01/26/mexico-menos-catolicos-mas-jovenes-sin-religion/?utm_campaign=NL_es&utm_source=daily_newsletter&utm_medium=mail&utm_content=NL_es

12.       Antonio Gutérres. “Encarar la pandemia de la desigualdad: un nuevo contrato social para una nueva era”. ONU. (Sin fecha de publicación). Consultado en https://www.un.org/es/coronavirus/articles/tackling-inequality-new-social-contract-new-era

13.       Íbid

14.       Íbid