La importancia geopolítica de Mongolia en la etapa actual

19.05.2021

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Mongolia es uno de los ejemplos más exitosos de como se ha producido una rápida y exitosa transformación de un antiguo país socialista que se ha vuelto democrático y que ha adquirido un desarrollo dinámico junto con un sistema político multipartidista, una economía de libre mercado y una política exterior abierta.

Hasta hace unas décadas atrás, se podía decir que Mongolia se encontraba en la periferia de la política internacional, pero ahora atrae cada vez más la atención de la comunidad mundial, además de los intereses de una gran cantidad de políticos, politólogos, economistas, empresarios y medios de comunicación. Esto se debe a toda una serie de razones geopolíticas, estratégicas, económicas, etc. Mongolia ocupa una posición estratégicamente importante en el interior de Asia y eso la está convirtiendo en un escenario de rivalidad, abierta u oculta, tanto en el terreno político como en el económico y donde compiten países como Rusia, China, Estados Unidos, Japón, la UE, Gran Bretaña, Canadá, Corea del Sur, entre otros.

Estratégicamente hablando, Mongolia es muy importante porque se encuentra sobre la "columna vertebral" de China, pero también comparte frontera con "la parte más vulnerable" de Rusia.

Además, Mongolia cuenta con relaciones bilaterales con múltiples Estados extranjeros y participa activamente en toda clase de instituciones multilateral que buscan aumentar la cooperación internacional. A todo lo anterior se suma su afiliación a muchas organizaciones intergubernamentales, entre ellas la ONU, OCS, OSCE, OTAN, ASEM, en las que Mongolia está inscrita. Esto nos ayuda a comprender la importancia de este país dentro de las relaciones internacionales.

Pero este país enfrenta muchos problemas económicos. Durante la década del 2000, cuando los precios de las materias primas se dispararon por los cielos, Mongolia era un destino muy favorecido debido a sus grandes yacimientos de oro y cobre. Eso llevó a que por un breve momento se convirtiera en la economía de más rápido crecimiento en el mundo y que tenía una taza de intercambio muy rentable. Los polvorientos buscadores de oro de América del Norte y Europa bebían brandy caro en medio de los lujosos clubes nocturnos de Ulán Bator. Pero el auge de la minería duró poco y para el 2017 Mongolia se vio obligada a recurrir al Fondo Monetario Internacional como una forma de obtener ayuda financiera. 

Sería muy simple el atribuir todos los problemas de Mongolia a la infame “maldición de los recursos” que afecta a todos los países que invierten sobre todo en productos básicos sin preocuparse por diversificar su producción. Mongolia es hoy en día rehén de los precios de las materias primas, lo que hace muy difícil que pueda conservar su democracia y luchar al mismo tiempo por mantenerse con vida.

De hecho, la posición que ocupa hoy Mongolia en el actual sistema de las relaciones internacionales es realmente única. Primero que todo, Mongolia solo comparte frontera con dos Estados: Rusia y China. Sus dos vecinos son grandes potencias, lo cual determina en gran medida su importancia geopolítica y el interés que otros actores extranjeros tienen con respecto a este país.

En segundo lugar, Mongolia no es solo un objeto dentro de este nuevo Gran Juego que se libra a nivel internacional. Siendo un país con una población de más de tres millones y con un gran potencial económico y político para sus vecinos, Mongolia participa activamente en las relaciones internacionales, lo que convierte a este país en un agente con su propia política independiente. Aunque Mongolia no ha sido considerada hasta ahora como un socio en pie de igualdad por los rusos y los chinos, países y civilizaciones gigantescas, sigue enfrentando problemas que requieren una solución inmediata.

Aunque Mongolia dice valorar por igual a sus socios extranjeros, es posible señalar que existe una lista de países que son más importantes que otros. Hasta ahora, Mongolia ha establecido alianzas estratégicas con cinco estados: Rusia (en 2006), Japón (en 2010), China (en 2014), India (en 2015) y Estados Unidos (en 2019). También ha establecido relaciones menos significativas con otros países. Aun así, de los cinco países mencionados anteriormente, existe un orden de prioridad en estas alianzas. No es coincidencia que las relaciones estratégicas más importantes fueron primero firmadas con Moscú, Tokio y Pekín. Todo ello se debe a una serie de circunstancias objetivas que tienen un carácter geográfico, político, económico, etc.

Mongolia es bastante diferente a sus vecinos debido a sus características civilizaciones, pero también se encuentra muy estrechamente entrelazada con ellos por lazos históricos y culturales. El siglo XIII es llamado con justa razón como la época del Imperio mongol, el cual fue fundado por Genghis Khan. Después de haberse impuesto sobre toda Eurasia, los mongoles se convirtieron en uno de los grandes pueblos conquistadores y se declararon como los representantes de una civilización única. Sin embargo, a partir del siglo XVII, la grandeza de Mongolia como núcleo político de una civilización única fue reemplazada por varios siglos de dependencia frente al imperio Qing.

El giro de Elbegdorj (actual presidente de Mongolia, n.d.t) hacia su vecino del sur indica la postura regional agresiva de China, así como las dificultades que enfrentan los países pequeños ante las superpotencias de las que dependen cada vez más para mantener su desarrollo económico (China consume actualmente alrededor del 90% de todas las exportaciones de Mongolia). ¿Qué lado elegirá Mongolia en esta confrontación entre los valores democráticos y la prosperidad cuando el mundo sea liderado por campos rivales como lo son Washington y Pekín?

Mongolia juega a lo seguro siendo a la vez un "socio de la OTAN" (junto con países como Japón y Nueva Zelanda) y un observador dentro de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). No obstante, el riesgo para un país como Mongolia, así como para muchos de los vecinos de China, es que la hostilidad entre estos países aumente y eso los obligue a elegir un bando.

Será interesante ver cómo el futuro de Mongolia, que está ubicado entre dos gigantes (Rusia y China), cambiará bajo la influencia de la geopolítica y como esto determinará la actual situación mundial.

Rusia, que estuvo bajo el control de los mongoles, comenzó a fortalecerse a partir del siglo XVII y se convirtió en uno de los pocos países que hoy en día determinan la política mundial. Aunque China es hoy el principal socio comercial de Mongolia, desde un punto de vista estratégico Mongolia todavía depende mucho de Rusia.

Todo esto nos permite decir que Mongolia es un sujeto activo de la política mundial contemporánea. Pero esto es muy reciente y bastante problemático. Su viabilidad puede verse afectada por una serie de circunstancias externas. En el turbulento mundo en que hoy vivimos, el cual esta lleno de guerras informáticas, sanciones económicas y conflictos militares, la seguridad nacional de Mongolia solo podrá prevalecer mientras este estrechamente conectada a sus principios orgánicos y en constante diálogo con su entorno. La principal tarea de Mongolia en el ámbito internacional es mostrar a sus vecinos cercanos y lejanos que hace parte de la “comunidad mundial”, consiguiendo con ello conservar su seguridad nacional y estableciendo un diálogo pacífico con todos.

Conclusión: Mongolia se encuentra en una posición extremadamente peligrosa desde un punto de vista geográfico, demográfico y económico. Sin salida al mar y aislado en el Este de Asia, tiene la densidad de población más baja de cualquier nación soberana que exista en el mundo. Siendo un país del tamaño de Alaska, apenas cuenta con 3 millones de personas frente a los 133 millones de rusos que se encuentran al norte o los 1.400 millones de chinos al sur. Este país también tiene uno de los climas más fríos del mundo.Si bien estos factores limitan bastante la economía de Mongolia, se puede decir que cuenta la mejor región de la Cachemira, además de su enorme potencial para crear un turismo eco-cultural y sus grandes yacimientos minerales.

Rusia sigue siendo el garante de la autonomía de Mongolia. Además, Rusia tiene un interés claro y duradero en que siga existiendo una Mongolia independiente, y su control estratégico sobre los sectores de energía y transporte la siguen convirtiendo en un adversario formidable en caso de futuras amenazas que provengan de China, ya sea que estas sean económicas, políticas o militares.