LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL DE RUSIA
Hoy vamos a hablar sobre la nueva Doctrina de Seguridad Nacional que ha sido aprobada por el decreto presidencial del 2 de julio de 2021.
Vamos a dejar de lado los detalles insignificantes y nos concentrarnos en lo importante.
El aspecto positivo de la doctrina de la seguridad nacional actual es que define la soberanía de forma mucho más clara que antes. Declara como prioridad que Rusia es una gran potencia que debe ser libre e independiente. Además de que se habla abiertamente de la creciente presión que ejerce sobre nosotros la hegemonía occidental. También se hace énfasis en los valores tradicionales y la creación de una idea nacional rusa.
Basándonos en esta perspectiva – patriótica – podemos concluir que: Rusia es una fortaleza asediada que lucha desesperadamente por mantener su soberanía al recurrir a la movilización de sus recursos auténticos, por eso recurre a su Tradición, su cultura y las profundas raíces históricas que tienen el pueblo ruso y otras etnias euroasiáticas que comparten junto con los rusos un destino, un Estado y una historia común.
A esta perspectiva se oponen los globalistas, las empresas transnacionales, los partidarios de un orden mundial unipolar que consideran que Occidente es superior. Rusia – sin querer – se enfrenta contra ellos directa y abiertamente.
Este realismo se expresa más claramente que en las versiones anteriores del texto, por lo que se puede hablar de forma inequívoca de un orden mundial multipolar, además de que se considera prioritario el ideal de la autosuficiencia.
Pero Putin no sería Putin si no equilibrara estas ideas perfectamente coherentes con algo diametralmente opuesto.
El documento tiene muchos otros puntos negativos. Toda tesis patriótica – la soberanía, la independencia, los valores tradicionales, la idea nacional – encuentra su extremo opuesto en conceptualizaciones liberales.
Un ejemplo de todo ello es el siguiente:
“La preservación de la identidad, la cultura, los valores espirituales y la morales que son tradicionales en Rusia contribuirán a la educación patriótica de los ciudadanos, con ello habrá un mayor desarrollo de las estructuras democráticas de la Federación Rusa que permitirán integrarse con el resto del mundo”.
El texto pareciera ser escrito bajo el amparo de la esquizofrenia. La frase inicial parece haber sido escrita por un silovik-patriota (1) y su parte final por un globalista liberal. Si creemos que el patriotismo es el camino para abrirnos al mundo y la tradición es el medio por el cual llegamos a la democracia, entonces también podemos afirmar que la esclavitud es la libertad y el odio es el amor.
En otro parte del documento se considera que la seguridad es “una necesidad del individuo”, luego de “la sociedad” hasta finalmente ser parte del “del Estado”. Podemos decir que aquí encontramos un orden de prioridades liberal y globalista: primero se habla del individuo, luego de la sociedad y, finalmente, del Estado.
Otro punto que demuestra la participación de los liberales de la “sexta columna” en la redacción del documento tiene que ver con la insistencia en el concepto de “desarrollo sostenible”, creado por el Club de Roma.
La parte donde se miente de forma descarada acerca de los logros políticos, sociales, educativos y culturales, y ni hablar de la construcción de un Estado de bienestar, es muy deprimente. Todos estos logros deberían ser realidad, pero todo dista de ser así.
La brecha entre la propaganda y la realidad cada vez se parece más a la última etapa de la Unión Soviética.
No buscamos criticar indiscriminadamente a las autoridades, pues los cimientos de la doctrina de seguridad nacional resultan muy positivos, recibiendo todo nuestro apoyo y solidaridad. No obstante, es imposible pasar por alto todas las contradicciones que existen en su interior. Un documento que defiende un realismo patriótico esta lleno de ideas liberales, siendo estas fórmulas no sólo vacías sino perjudiciales, y ni hablar de las mentiras innecesarias sobre como todo anda bien en Rusia. Algunas cosas son buenas y otras son malas. Y lo malo debe ser corregido en vez de dedicarnos a glosarlo.
Todo ello hace que este documento, que en general tiene puntos positivos, sea muy difícil de aplicar. El texto mismo está lleno de muchos obstáculos. En psicología estas contradicciones son denominadas como “doble vínculo”: una instrucción imperativa que contienen una contradicción en su construcción. Frases como “no te me acerques” o “habla en voz baja” se vuelven comunes y ello provoca un desgarramiento la conciencia.
La doctrina de seguridad nacional es, por desgracia, otro doble vínculo de Putin: el patriotismo y la tradición se mezclan con ideas globalistas universales; el Estado es usada para la construcción de la sociedad civil; fortalecemos la independencia con el objetivo de integrarnos más rápida y fuertemente con los demás.
Quien sabe hasta cuándo todo esto llegara a su fin…
Notas del Traductor:
1. En el léxico político ruso, un silovik (силови́к) es un político que entró en la política después de servir en los servicios de seguridad, militares o similares, a menudo son oficiales de la antigua KGB, GRU, FSB, Servicio de Inteligencia Exterior (SVR), el Servicio Federal de Control de Drogas, u otras agencias de las fuerzas armadas que los hicieron llevar al poder. Un término similar es “securócrata” (oficial de policía e inteligencia).
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera