HP Lovecraft, ensoñaciones contra el mundo moderno

15.12.2020

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Artículo publicado en el número 65 de la revista Rébellion

"Lo que creo que es pura misericordia en este mundo es la incapacidad de la mente humana para correlacionar lo que hay dentro. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, dentro de los océanos negros del infinito, y no estábamos destinados a viajes largos. Las ciencias, cada una de las cuales tiende en una dirección particular, no nos han hecho demasiado daño hasta ahora; pero llegará un día en que la síntesis de este saber disociado abrirá perspectivas aterradoras sobre la realidad y el lugar espantoso que ocupamos en ella: entonces esta revelación nos volverá locos, a menos que huyamos en esta luz fatal para refugiarnos en el paz y seguridad de una nueva era oscura".

Esta cita casi profética de "El llamado de Cthulhu" es una advertencia. Una advertencia de actualidad en un momento de la historia en el que la humanidad se enfrenta a una avalancha tecnológica que tiende a sobrepasar sus propios límites: investigación sobre el genoma humano, clonación, organismos genéticamente modificados o doctrinas trashumantes (teoría de la confusión de géneros) son todas amenazas que, a diferencia del “panteón oculto” creado por el autor, son hermosas y muy reales.

Panteón oculto

Este "panteón oculto" es uno de los pilares principales, si no el pilar principal del trabajo de Lovecraft. Reflejo de una civilización arcaica a priori que permanece más allá del tiempo, es una caja de Pandora que, una vez abierta, generará consecuencias muchas veces fatales. Nyarlathotep, Yog-Sothoth, Azathoth, Dagon y Cthulhu, como tantas entidades, dioses venerados por cultos que se remontan a tiempos inmemoriales que supieron permanecer en el secreto. Una constante en la obra del autor es la ruptura de este secreto, el héroe principal y/o los protagonistas de la historia vislumbrarán o presenciarán hechos extraños, rayados en lo sobrenatural, que por supuesto despertarán su curiosidad. Y es precisamente esta facultad la que provocará la pérdida del héroe principal, incluso de toda la humanidad: “Hay horrores, en las fronteras de la vida, que no sospechamos, y de vez en cuando, la desastrosa curiosidad de un hombre las pone al alcance de nosotros por la noche”. La curiosidad será, por tanto, uno de los factores determinantes de la historia porque inclinará el destino en el horror de Françis Weyland Thurston, héroe principal de "La llamada de Cthulhu" y antropólogo, que se hará cargo de la historia de investigación realizada por su difunto tío abuelo, tras descubrir un bajorrelieve que representa a una espantosa criatura acompañada de desconocidos jeroglíficos.

Lovecraft es famoso por haber sido capaz de crear un universo propio: las criaturas y dioses mencionados anteriormente son los ejemplos más representativos. Pero citemos también lugares importantes, como la repugnante Innsmouth, una ciudad que esconde un terrible secreto o incluso Arkham y su universidad la Miskatonic University. También hay, y esto en el trabajo general del autor, un cuerpo de libros malditos. "The Cult of Ghouls", "Pnakotics", "The Unaussprechtlichen Kulten" o el famoso "Necronomicon", libros con una historia que es única para cada uno de ellos, y en ocasiones con detalles de sus autores. ¡Tanto es así que se llevaron a cabo muchos debates sobre la existencia de estos libros! Este es particularmente el caso del "Necronomicon", un libro emblemático de lo que algunos llaman el "mito de Cthulhu" y que se menciona muy a menudo en los cuentos de Lovecraft pero también más allá (se puede encontrar, por ejemplo, en el película "Evil Dead"). Los relatos breves de Lovecraft obedecen, por tanto, a un patrón muy específico que en la mayoría de los casos permanece inalterado, todo anclado en un verdadero paradigma que sumerge al lector en este universo que hizo famoso a su autor. Sustancia y forma son inseparables y se unen en el horror gracias, por un lado, al universo desarrollado y al progreso de la historia, un verdadero descenso a los infiernos que casi siempre acaba en la locura o la muerte... 

Una humanidad anticuada

La imagen de Lovecraft es generalmente la de un hombre retraído. Ciertamente es un autor atormentado, pero, no obstante, cuando miras un poco más de cerca, te das cuenta de que el hombre en cuestión está mucho más abierto al mundo de lo que parece. Ahora sabemos que Lovecraft estaba interesado en la ciencia, especialmente en la astronomía. Este aspecto de su personalidad está presente en toda su obra, sin embargo, es mucho más que eso. De hecho, su trabajo refleja la realidad de una época, a saber, un dualismo por un lado entre la ciencia, que está cobrando impulso gracias a muchos avances (descubrimiento del cuanto de energía por Max Planck en 1900, teoría de la relatividad de Albert Einstein en 1905, o el descubrimiento de una galaxia fuera de la nuestra por Edwin Hubble en 1924), y por el otro un polo conservador con fuerte influencia religiosa.

En sus historias, no es raro que los protagonistas adopten un enfoque científico para desentrañar los misterios a los que se han enfrentado, aunque no siempre nos permita comprender el por qué y el cómo (como en "Los colores caídos del cielo”). Más allá de las consideraciones sociales de este dualismo, la ciencia tiene otro impacto en el trabajo de HP Lovecraft, no como un tema directo, sino como el punto de partida de una idea capital en la mente del autor: El hombre, con los avances técnicos y científicos, especialmente en el campo de la astronomía y el universo, no es nada. Así HP Lovecraft barre con el dorso de la mano el etnocentrismo absolutista heredado en gran parte de la filosofía de la Ilustración, no para imponer un dios conocido por los hombres (salvo unos pocos iniciados) o un dios benefactor, sino este "panteón oculto" que parece ser una amenaza para la humanidad.

Nosotros los humanos, ¿qué somos ante las criaturas, los dioses que existen más allá del abismo del tiempo? A pesar del progreso técnico y científico, parecería, según Lovecraft, que la respuesta es: "nada". Quizás el autor deba este pesimismo sobre nuestro futuro a la influencia de uno de los expertos de la Revolución Conservadora alemana, Oswald Spengler.

Como lo demuestra la correspondencia con Clark Ashton Smith que data de 1927: “Es mi creencia y ya era mucho antes de que Spengler pusiera el sello de la prueba académica en este punto, que nuestra era mecánica e industrial es una era del todo bastante decadente”. La decadencia de Lovecraft también se aplica al individuo a través del prisma de la degeneración racial y étnica. En efecto, el autor es conocido por su racismo y antisemitismo y es innegable que este aspecto rezuma literalmente a través de su obra: “Todos los presos habían demostrado pertenecer a una especie bastarda, vil y mentalmente aberrante. En su mayor parte eran marineros, una pizca de negros y mulatos del Caribe o Cabo Verde que ofrecían un tono vudú al culto. Sin embargo, antes de que se hicieran muchas preguntas, se hizo evidente que había algo más profundo y antiguo que el fetichismo negro. Tan degradados e ignorantes como eran, estas criaturas se aferraron con sorprendente tenacidad a la idea central de su fe repugnante” (El Llamado de Cthulhu"). ¡Hoy en día, tal descripción, incluso en un contexto puramente ficticio, le valdría al autor una visita a la sala 17 del Tribunal de Grande Instance de París! Este disgusto por el mestizaje va más allá en ocasiones al ir de la mano de un atavismo sobrenatural y aterrador como en "La pesadilla de Innsmouth" o "El miedo al acecho".

Finalmente, uno de los aspectos más interesantes de Lovecraft es una confrontación global entre el mundo civilizado moderno, adepto a los métodos científicos y racionalistas, y un enemigo engañosamente arcaico. No hay armas avanzadas como pistolas láser para aniquilar a la especie humana (que de entrada no caracteriza la obra del autor en el campo de la ciencia ficción), la propia existencia de estas criaturas, el hecho de que no tengan nada conocido por el hombre, así como su poder desconcertante (¿mágico? ¿científico?) son suficientes para tener la ventaja sobre una humanidad obsoleta...

El horror que se encuentra más allá

En vista de las diversas características fundamentales de la obra de Lovecraft, uno puede preguntarse si, al final, es solo un típico reaccionario de su tiempo. El rechazo de los principios de la filosofía de la Ilustración, su aversión al mestizaje y su posición ambigua hacia la modernidad sugerirían que sí. Sin embargo, hay que tener en cuenta el pesimismo, la misantropía y la vida del autor, socialmente degradado en una América cambiante. Su relación con la ciencia sigue siendo una de las claves para entender su obra, una verdadera relación de amor/odio, una tensión capital que actúa como piedra angular. ¿Cómo vería a Estados Unidos hoy en día, el cuartel general de las finanzas superficiales y una sociedad fracturada entre lo peor del liberalismo libertario (cf. Miley Cyrus) y el fanatismo fanático de algunos? Así como dios fue asesinado por el hombre, según el famoso filósofo del martillo, HP Lovecraft podría desear que el horror que yace latente más allá del tiempo en las profundidades de R'lyeh lo envolviera, una especie de estado de ánimo dormido para poner fin a esta edad oscura demasiado humana...

Fuente: http://rebellion-sre.fr/hp-lovecraft-reveries-contre-le-monde-moderne/