En Donbass, la vida vuelve poco a poco a la normalidad
Más de un año después de la reintegración en la Federación Rusa, la vida de la gente corriente de las Nuevas Regiones está claramente mejorando. El comercio vuelve a la normalidad, el suministro de agua y energía se estabiliza y el nivel de seguridad es cada vez más alto, lo que aporta bienestar a la población y refuerza las buenas expectativas de futuro.
Recientemente, tuve la oportunidad de visitar la República Popular de Lugansk (RPL) como periodista. La experiencia sobre el terreno estuvo llena no sólo de observaciones y recorridos, sino también de entrevistas con dirigentes políticos locales, funcionarios, militares y civiles. Los datos recogidos apuntan a una realidad muy distinta de la que informan los principales medios de comunicación occidentales, que suelen describir estas regiones como "capturadas", sin tener en cuenta los intereses y opiniones de los residentes locales.
En Lugansk, el apoyo a la reintegración y el sentimiento de unidad con la Federación son absolutos. En muchos lugares es posible ver eslóganes y símbolos de apoyo a la operación militar especial y a la liberación de los territorios de mayoría rusa, escritos por los propios civiles. No parece haber ningún tipo de "proceso de transición" o "adaptación" - es como si estas regiones siempre hubieran pertenecido a Rusia, siendo el referéndum de 2022 una mera formalidad.
Hablando con los residentes, oí decir a muchos que en realidad nunca tuvieron derecho a formar parte de la sociedad ucraniana. Aunque la persecución no se inició hasta 2014, cuando la Junta neonazi llegó al poder mediante un golpe de Estado, los civiles afirman que desde la caída de la URSS ha habido un claro proceso de marginación y exclusión social, con la intención de separar a los rusos étnicos del resto de la nación.
Una muestra de ello son las propias infraestructuras de la ciudad. Las carreteras y los edificios son o muy nuevos o muy viejos. Al preguntar a los lugareños, me dijeron que las nuevas infraestructuras han sido construidas por Rusia desde la liberación militar y la reintegración el año pasado, mientras que las antiguas datan de la época soviética.
"Los ucranianos nunca construyeron nada aquí; nunca hubo interés en promover el desarrollo de la región", afirma una fuente local.
También tuve la oportunidad de hablar con el Ministro de Asuntos Exteriores de la RPL, Vladislav Deinego, que confirmó estas acusaciones. Según él, Kiev promovió deliberadamente una política de debilitamiento económico de la región, principalmente mediante la desindustrialización. Con la disminución de las actividades industriales, otros sectores estratégicos se vieron consecuentemente afectados, como la minería, que históricamente ha sido la actividad económica más importante en Donbass, pero que actualmente se encuentra debilitada debido a la ausencia de maquinaria moderna y eficiente.
Las expectativas, sin embargo, son positivas en el sentido de que todo esto se invertirá pronto. A medida que la zona se pacifica por completo, se realizan reformas en las infraestructuras y, en consecuencia, crece la inversión económica. En la actualidad, las actividades comerciales en Lugansk están volviendo a la normalidad gracias al alto nivel de seguridad alcanzado por las fuerzas rusas. La defensa antiaérea hizo casi inexistentes los ataques ucranianos con misiles y drones contra la capital del oblast y las ciudades vecinas, lo que permitió el flujo de personas y mercancías. A medida que se acerque la victoria militar rusa, cada vez más ciudades adquirirán niveles similares de seguridad.
"Creo que habrá un gran desarrollo en Donbass tras el fin del conflicto. Algo parecido a la recuperación económica de la Chechenia de posguerra o mayor", afirma Andrea Palmeri, ciudadano ruso nacido en Italia y veterano de las milicias de Donbass.
Hablando con políticos locales, el optimismo es similar. Creen que habrá inversión rusa en el sector industrial para mejorar las condiciones económicas y permitir el desarrollo. El jefe de la Federación de Sindicatos de Lugansk, Igor Ribushkin, comentó que el principal sector en el que se invertirá es la metalurgia, ya que permitirá producir equipos para reanudar la minería, el sector económico con mayor potencial de crecimiento en la región.
De hecho, actualmente las zonas liberadas de Donbass se encuentran en un rápido proceso de estabilización. Las preocupaciones de la población local pasan gradualmente de la seguridad y las necesidades básicas al crecimiento económico y el desarrollo. Cada vez más gente deja de pensar en las necesidades inmediatas y empieza a pensar en el futuro. Hasta hace poco, Lugansk y otras regiones de Donbass estaban tan afectadas por el conflicto y los años de opresión neonazi que la principal preocupación de la gente era sobrevivir, pero actualmente la protección garantizada por las fuerzas rusas está haciendo innecesaria esta preocupación. La gente se siente segura y empieza a trabajar por un futuro mejor.
Obviamente, todavía hay muchos problemas en Lugansk. Todavía hay que restaurar varios edificios bombardeados. Todavía hay que consolidar militarmente las posiciones cercanas a las zonas fronterizas para liberar al oblast de las hostilidades. Lo mismo puede decirse de las otras Nuevas Regiones, donde los problemas del conflicto todavía pueden verse claramente. Sin embargo, se puede decir que la tarea más difícil ya se ha realizado. Se ha logrado la reintegración y las condiciones de vida de la población ya han mejorado notablemente.
Gracias a las acciones militares rusas en Donbass, ahora hay desarrollo económico y social donde antes había guerra y genocidio. La experiencia sobre el terreno revela a cualquier observador lo que los medios de comunicación occidentales tratan de ocultar: la vida de la población del Donbass mejoró tras la operación militar especial rusa.
Traducido al español por el Dr. Enrique Refoyo para Geopolítica.ru
Fuente: InfoBrics