El neoliberalismo políticamente correcto

02.11.2021

Acecha una suerte de beneplácito y simpatía por parte del establishment global hacia gobiernos proclamados "populares" o de "izquierda" ¿a que se debe semejante tolerancia cuando durante todo el siglo XX la izquierda fue el enemigo a vencer? Sencillo, es el establishment global y la clase transnacional la que impulsa las políticas que hoy ejecuta la izquierda progre-eco-feminista. Mientras se lleva adelante la instauración de forma totalitaria del relativismo cultural, el credo ecologista y la ideología de género las oligarquías globales incrementan sus ganancias y realizan negocios millonarios a expensas de los trabajadores, a los cuales se intenta contentar con migajas como la Renta Básica Universal o mostrando el "progreso social" en base a la concesión, desde arriba, de caprichos burgueses disfrazados de derechos civiles, individuales o de género. 

Pero sin dudas que la estrella es el credo ecologista y la utilización apocalíptica del cambio climático, es el núcleo duro con sus hipótesis ad hoc que ofician de cinturón protector, la "superpoblación", las emisiones de carbono y el hombre como ser maligno son las excusas perfectas para llevar adelante un ajuste global o un "Gran Reseteo": desindustrialización, destrucción de las soberanías y reducción de la población. Lo que no ha logrado la derecha liberal desde lo económico en el siglo XX es llevado adelante por la izquierda progresista desde la agenda cultural en el siglo XXI. 

¿Por qué a nadie le llama la atención que sea hoy la Nueva Izquierda la que en vez de  luchar por los trabajadores lucha contra los trabajadores, con políticas de ajuste y destrucción del trabajo y el salario? Tal es el caso de Joe Biden en Estados Unidos donde desde la salida de Donald Trump sumergió a los estadounidenses a políticas "progresistas" qué sólo empeoraron la vida de los trabajadores. Macron en Francia que con sus políticas de "transición ecológica" aumento impuestos elevando el nivel de vida de los franceses, como el incrementó de naftas que causó la irrupción de los "Chalecos amarillos". O en Hispanoamérica con Pedro Sánchez que aumentó las tarifas de electricidad a niveles estratosféricos y con la inflación más alta de las últimas décadas o Alberto Fernández en Argentina que ha continuado las mismas políticas que su antecesor Mauricio Macri, en favor del establishment financiero, con recortes a jubilados y licuando salarios de los trabajadores con inflación y devaluación de la moneda. 

Es el neoliberalismo de izquierda políticamente correcto que se presenta con un rostro progresista pero que no difiere de la "derecha neoliberal" que tanto crítica. Neoliberalismo de izquierda o progresismo que cuenta con el apoyo de los grandes medios de comunicación como los de Sillicon Valley, principal aliado del progresismo, así lo ha demostrado la revista TIME mostrando la financiación de la Fundación zuckerberg Chan apoyando a los demócratas en la campaña contra Trump, o el World Economic Fórum que oficia como plataforma económica con Klaus Shwab a la cabeza (Great Reset/Capitalism Stakeholder) y las burocracias internacionales como las Naciones Unidas que propician la plataforma política (Agenda 2030).

Son los Biden, los Macron, los Pedro Sánchez, los Alberto Fernández los aplaudidos y felicitados por la élite de multimillonarios y multinacionales, en foros internacionales, cumbres como las del G20 o contra el cambio climático, lugares en los cuales se debate la transición a un "nuevo mundo". Donde el objetivo es poder sumergir a las naciones al dictado y tutela de organismos supranacionales que administrarán sus recursos, gestionarán la política y brindarán las pautas económicas o ahora sanitarias, tal lo hace el Fondo Monetario internacional o la Organización Mundial de la Salud. 

La ideología verde y el Green New Deal global que ahora promueve Biden desde la diplomacia y organismos multilaterales es la nueva cara del neoliberalismo, la ideología de dominación que condena a las naciones al subdesarrollo "sostenible", la subordinación política y la dependencia económica impidiendo conquistar la soberanía nacional, la independencia económica y la autosuficiencia energética, pilares para construir una nación independiente y no ser vasallos del globalismo. Donde la entrega de recursos naturales, la despoblación, el cierre de centrales nucleares y de fábricas, en nombre del combate al cambio climático, es bien visto por la izquierda progresista. Es el neoliberalismo políticamente correcto, es decir la izquierda globalista la que hoy reproduce el discurso del Amo. Peor aún, es con ese brazo izquierdo que la plutocracia hoy reprime.