El ascenso de Rusia al poder mundial y su relación con el declinar de la UE
Empezando desde hoy, queremos resaltar la posición de Rusia, que definirá definitivamente el futuro del mundo, con el futuro de diferentes pueblos habitándola que ven la postura de Rusia como un brillo de esperanza. Habiendo pasado a través de un periodo de oscuridad impuesto por la potencia o eje unipolar, donde ningún artículo del Derecho Internacional fue respetado, la única ley era a la que se adhirió fue la ley de la ganancia personal y los intereses, manteniendo firmemente los dobles raseros sin un segundo pensado acerca de los altos valores que afirman, tales como justicia, libertad, y adhesión al derecho internacional o incluso el respeto a los sentimientos de su propio pueblo, que tiene la paz universal como su principal objetivo y aspiración.
El dominio unipolar empezó con la disolución de la unión soviética en 1990 por una revolución de color, quizá esta denominación como tal es ambigua en aquel tiempo porque los líderes de aquella revolución eran líderes de la unión soviética, quienes explotaron en los pueblos la sed de libertad y la “buena vida” (que es un derecho a todo ser humano) para destruir y/o desmantelar un gran país y enorme imperio (nota de traductor: Rusia ha sido históricamente un garante de la paz en Eurasia) con una rendición simbólica. Ningún analista pudo encontrar una excusa para ellos más que apuntar con sus dedos a la élite gobernante de aquel tiempo y acusarles de traición. Si no fuera el caso, entonces habrían reformado su sistema de gobierno, y habrían mantenido al mismo tiempo las instituciones estatales y no habrían entregado al país en uno de los casos más extraños de rendición que la historia ha presenciado. Fue como si la URSS perdiera una guerra mundial. Incluso Crimea, que se consideraba de importancia pivotal por muchas razones, una de las cuales es su base naval que da a la flota rusa el acceso a aguas calidad, Yeltsin entregó Crimea a Ucrania incluso aunque los ucranianos que estuvieron pidiendo la independencia de Ucrania, renunciaron a cualquier reivindicación de Crimea pero Yeltsin (por consejo de sus asistentes) pensó que tomaría mucho de su valioso tiempo el escribir un nuevo acuerdo así que él la abandonó.
Aquellas figuras políticas usaron la “revolución de color” y las aspiraciones de los pueblos de Rusia por las libertades económicas y humanísticas y desmembraron en un abrir y cerrar de ojo a un imperio, y transformaron a Rusia en un país que sufrió severas penurias económicas con un gran segmento de la población viviendo por debajo de la línea de pobreza (los años que siguieron al desmembramiento de la URSS de los cuales tengo recuerdos mientras visitaba el país por asuntos de negocios). La guerra contra Yugoslavia en 1999 también fue una experiencia devastadora para el pueblo ruso, Rusia observaba como era humillada y atacada mientras sus líderes eran apáticos con el destino del país y de la región en forma amplia. El cambio fue instigado en el 2000 con la llegada de un hombre que rechazó inclinarse, y decidió cambiar la dirección del país y la trayectoria con un grupo de rusos patrióticos – este hombre es Vladimir Putin. La presidencia de Putin empezó durante los primeros meses del año 2000 e inmediatamente Rusia empezó a cambiar. Esto es en gran parte debido al amor del pueblo ruso a su país y su mando. El liderazgo de Rusia empezó a guiar el barco lejos del desastre y se redireccionó hacia costas más seguras, también empezó a poner atención a las esperanzas, preocupaciones, y aspiraciones del pueblo ruso, tanto en lo económico, social, o político, también había trabajado incansablemente para lograr los sueños nacionales y humanistas del pueblo sin sucumbir a las mortíferas ideologías tales como el bolchevismo, el nazismo, el racionalismo chauvinista, también sin la aplicación implacable y sin piedad del neo-liberalismo, más bien con un humanismo que descansa sobre valores sensatos y los intereses de las naciones (la cuarta teoría política de Dugin), así empieza el ascenso de Rusia hasta la cumbre, donde debería estar.
Lo que ha ocurrido está hecho ahora, el mundo unipolar empezó a conspirar por la dominación mundial. Europa antes del colapso de la URSS estaba empezando a construir sus instituciones económicas que apunaban hacia la integración económica entre las naciones europeas, y de repente, con un golpe de bolígrafo, apareció el tratado de Maastricht en 1992 que sienta los fundamentos para la aparición de la Unión Europea el 1 de noviembre de 1993. Siguió una calmada transición, lo que empezó como un proyecto de integración europeo convirtió a la Unión Europea por orden del poder mundial unipolar –los Estados Unidos- para que la UE fuera una alternativa capaz de absorber las naciones de Europa oriental (antiguas naciones del pacto de Varsovia) y el antiguo espacio soviético, para continuar expandiéndose y engullendo nuevas tierras que eran anteriormente aliados de Rusia, y para cuando alcanzaran a Rusia, ya estaría debilitada a través del proceso de saqueo de los recursos naturales, especialmente del gas ruso que fluye a la mayoría de hogares europeos. El poder unipolar reconoció que para controlar todo el globo, necesitaban controlar a Rusia, el corazón de Eurasia. Los países de Europa oriental fueron admitidos en la UE junto con otros países bálticos en 2003. Mientras tanto Rusia estaba atravesando rápidas transformaciones, que encontraron su reflejo en las vidas diarias de la gente rusa, positivamente, el pueblo de Rusia que era bien conocido por su patriotismo dio a su liderazgo el mandato y la confianza para presionar.
Rusia recuperó su vitalidad y empezó a encontrar su camino de vuelta a casa, donde pertenecía, pero los EEUU continuaron indiferentes por el ascenso de Rusia, para comerse el camino a la Heartland (Corazón de la Tierra), un caso de esto es el intento de afirmar el control sobre sur Osetia en 2008, sin embargo Rusia respondió según sus intereses nacionales y los intereses del pueblo sur-osetio. Pero esta pequeña guerra, batalla si lo prefieren, expuso una cosa, y era que Rusia necesitaba actualizar y revitalizar su ejército.
Hasta ahora, el ataque más serio por los EEUU sobre Rusia ha sido a través de Ucrania. El esquema fue secuestrar a Ucrania para alejarla de Rusia y enrolar a Ucrania en la UE, así quitando a Ucrania del ámbito ruso y ubicándola en el eje encabezado por los EEUU, especialmente dado que el gas ruso a Europa atraviesa Ucrania. También mantiene Crimea, donde Rusia amarra su flota naval. Si el plan hubiese funcionado, habrían dañado a Rusia en dos niveles diferentes: Uno es el económico y el otro es el militar, es más, habría sido un golpe dada la importancia histórica de Ucrania para Rusia. El liderazgo ruso estaba preparado para defender sus intereses históricos y nacionales, así su primera respuesta fue anexionar Crimea de la más astuta de las maneras. Occidente estaba sorprendido, incapaz de responder porque si ellos respondían, entonces habrían seguido graves consecuencias, y habrían afectado a todo el planeta. Rusia también se puso del lado de aquellos que rechazaron aceptar el golpe en Ucrania oriental para establecer una nueva entidad denominada Novorossia habitada por mayoría de rusos étnicos que tiene simpatías pro-rusas.
El fracaso de EEUU/occidente en Ucrania en 2014 simbolizó el cambio de marea. Nuevas oportunidades han surgido en Europa desde entonces, y la Europa que estaba soñando con la tarta rusa, con EEUU respaldando y apoyando a través de ellos, pueden restaurar el equilibrio de sus economías. Europa se encontró a sí misma incapaz de continuar a través de sus planes para contener y dominar a Rusia. Los europeos están empezando a cuestionarse el propósito de esta Unión que está cargada con varios estados miembros que están en bancarrota.
Aquellos países que fueron aceptados con el único propósito de debilitar a Rusia y rodearla, así cuando el sueño de contener y dominar a Rusia resultó ser incumplible, este causará -sin duda- que la Unión se desintegre porque su razón para la existencia ya no está ahí. El pueblo británico fue el primero en saber y reconocer este hecho, y así, optaron a apresurarse para salir de la Unión habiendo fracasado en estar fuera del camino de los escombros. Otros pueblos europeos ricos le seguirán, y encontrarán sus intereses, no en el gasto de su dinero sobre otros países para objetivos y sueños expansionistas que son indefendibles. La salida británica de la UE, es un signo a día de hoy, que este proyecto de la UE sea incapaz de levantar un retrato brillante de sí mismo para convencer a su gente, porque nunca fueron independientes ni formaron un nuevo polo en el orden mundial, más bien han sido secuaces coherentes de la fuerza unipolar que son los EEUU.
Podría ser el caso de que haya empezado la era de los pueblos, quizás las guerras que están arrasando en este momento ayuden al despertar de una conciencia social en diferentes comunidades del mundo, que rechace los dobles raseros y afirme el derecho de los pueblos a una democracia real que ya no existe en Europa sobre el nivel político, porque los deseos del pueblo son una cosa y lo que las élites hacen está en un plano diferente. Puede, solo puede, que este despertar forzará a las élites europeas a respetar los intereses de sus propios pueblos. La conciencia social que estamos viviendo en estos días no es diferente a lo que ocurrió después de la segunda guerra mundial: Que es necesario retener los valores de libertad, justicia y adhesión al derecho internacional.
Esto conducirá invariablemente a la desintegración de la UE, que no fue fundada para el beneficio de los pueblos europeos sino para beneficiar a los EEUU, y escondiéndose en las sombras tras los EEUU están las élites financieras que gobiernan este mundo.
La postura resuelta de Rusia fue capaz de causar un cambio en la política europea, y también en el escenario internacional, la supervivencia de Siria y antes, la resistencia en Líbano, fueron capaces de cambiar el equilibrio a su favor en oriente medio. Aquellos son los valores del eje de la “Humanidad Creativa” (el término fue usado por uno de los eruditos religiosos de Siria, Sheij Shaaban Mansour, en su comentario sobre el proyecto de “caos creativo” cuando se encontró con el ministro de defensa de Rusia durante su visita en Siria). Estos son los valores defendidos por el eje multipolar y aquellos que rechazan postrarse en Siria, lo que dicen es esto: No queremos atacar a nadie, queremos defender nuestro país, nuestros valores, nuestros intereses, no desfalleceremos y seremos victoriosos sobre todos aquellos que llevan la guerra contra nosotros, una guerra injusta. Es solo cuestión de tiempo y paciencia, y al final venceremos.