Cómo fue el ‘putsch’ de Djukanovic: Ficción sensacionalista de intriga y misterio
Las recientes elecciones parlamentarias en Montenegro han sido un testimonio de las cosas más obvias: Djukanovich y compañía, ya han cruzado la línea de la permisividad, y están acostumbrados a jugar con los dados trucados en la carrera por el poder. Los observadores encontraron un número sin precedentes de violaciones: Fraude masivo, votación de carrusel, papeletas pre-marcadas, compra de votos, y votos de cementerio.
Sin embargo, el verdadero apogeo resultó ser un incidente sensacional, a saber “un golpe repelido justo a tiempo” tramado personalmente por Djukanovic.
Es un secreto a voces que las fuerzas del orden montenegrinas debieron detener hasta 20 conspiradores en la noche electoral. Los conspiradores supuestamente iban a apoderarse del edificio del parlamento de Montenegro, a bloquear los cuarteles de las fuerzas especiales, a desencadenar disturbios civiles seguidos por tiroteos, y finalmente a derrocar al poder. El grupo de conspiradores estaba encabezado por Bratislav Dikic, el ex-comandante de la gendarmería serbia del que se informó extraoficialmente que estaba en contacto con Djukanovic.
Mientras tanto, el periódico de Belgrado “Blic”, citando a sus propias fuentes de información, dijo que fueron las mismas autoridades montenegrinas las que supuestamente habían involucrado a Dikic para realizar la parte de los “terroristas”. El periódico incluso dio publicidad a los honorarios prometidos, esto es, 100.000 €. Además, Dikic fue arrestado en un hotel en Podgorica donde él había estado alojado durante algún tiempo sin ninguna cobertura en absoluto. No se encontraron armas, sin embargo, su abogado afirmó más tarde que “la policía había puesto la llave de un alijo de armas” junto al supuesto organizador del ‘putsch’.
Una declaración hecha por el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic tampoco se sostiene. En referencia a la oficina del fiscal de Montenegro, insistió en que un total de 60, más que de 20 participantes golpistas habían planeado neutralizar a la unidad de las fuerzas especiales y arrestar a los líderes de Montenegro. Milivoje Katnic, el fiscal especial del país, ofreció pruebas irrefutables, desde su punto de vista, del golpe de Estado que se avecinaba. El asunto se refiere a algunas imágenes de pasajes llenos de armas y municiones de todo tipo. Por extraño que parezca, la evidencia parece ser bastante débil ya que seguramente se pueden encontrar todas las cosas mencionadas en cualquier depósito de armamento de las Fuerzas Especiales.
Además, Vucic declaró que la policía montenegrina había encontrado a un grupo de personas espiando al dirigente del país, Milo Djukanovic, aparte de que ellos podían haber tenido considerables recursos financieros y equipamiento especial.
Según el primer ministro, la información recogida fue pasada a un tercero. Lamentablemente, Vucic no fue capaz de nombrar ni a dicho tercero ni la nacionalidad de los espías.
Hay un protagonista clave en esta historia de detectives. El nombre del hombre es Alexander Sindzhelic, es serbio y testigo principal.
Si es cierto lo que dijeron desde la oficina del fiscal montenegrino, Sindzhelic es la persona que, tanto reclutó a los participantes del “golpe fallido” como consiguió las armas para ellos. Siendo una figura crucial en la trama, se ha entregado él mismo a la policía y ahora está en estrecha cooperación con la fiscalía. Mientras que los demás participantes están tras los barrotes, Sindzhelic está fuera pero con obligación de comparecer ante los tribunales. Semejante actitud de los supuestos criminales pone en duda lo que parece ser la iniciativa bien planificada de Djukanovic.
Milo Djukanovic debe haber tenido varios objetivos en mente mientras realizaba este engaño político. En primer lugar, en caso de fallo electoral, él podía haber tenido todos los motivos para poner al país bajo estado de emergencia y declarar como inválidos los resultados electorales. En segundo lugar, las declaraciones de políticos de alto rango en el día electoral podrían haber influido considerablemente al electorado de oposición, previniendo a la gente para no votar. Finalmente, el golpe escenificado podría haber sido usado para incriminar a los oponentes de Djukanovic y su partido.
A final del día, la actuación política puesta por Djukanovic solo funciona para mostrar cuán terriblemente difícil es permanecer en el poder para Djukanovic y su compañeros de equipo. La carta del golpe fallido fue jugada de modo muy incompetente y nada convincente para ser tomada en serio por los rivales políticos del Partido Democrático de los Socialistas.