Negocios de familia: la "más corrupta" Fundación Clinton lanza un foro mundial

19.09.2016

El 19 de septiembre, en Nueva York, comienza el foro anual de la Iniciativa Global de la Fundación Clinton, uno de los proyectos sin ánimo de lucro más controvertidos en la historia de Estados Unidos.

Una doctrina agresiva

A pesar de las consignas pacíficas, la Fundación Clinton es una poderosa herramienta para la imposición agresiva de la agenda neoliberal en todo el mundo. Por el momento, la organización de una manera u otra está afectando las vidas de alrededor de 430 millones de personas en 180 países de todo el mundo. Este año, el foco principal será la promoción de las ideas del feminismo radical. Detrás de las frases sobre el "potencial de las mujeres" y el "desarrollo sostenible" se oculta la propaganda totalitaria de unas formas extremadamente radicales de ideas izquierdistas y de la promoción de la homosexualidad.

Corrupción ordinaria

De acuerdo con el candidato presidencial estadounidense del Partido Republicano, Donald Trump, la Fundación Clinton puede ser considerada la más corrupta en la historia de la política estadounidense. Según él, Hillary Clinton, mientras ocupaba el cargo de Secretario de Estado de los Estados Unidos, y cuando fue responsable del trabajo de la Comisión Presidencial Bilateral entre Estados Unidos y Rusia, defendió activamente los intereses del proyecto ruso "Skolkovo" y las empresas estadounidenses que previamente habían donado al Fondo de Bienestar de la familia Clinton grandes sumas de dinero.

Un esquema simple

Según algunos investigadores, la Fundación Clinton es una forma de legalizar dinero "sucio" recibido como sobornos. Cualquier persona o empresa puede donar fondos a la supuesta organización benéfica que goza de una serie de exenciones de impuestos. Al mismo tiempo, los fundadores de la Fundación (la familia Clinton), pueden disponer del dinero a su propia discreción. Desde el 2014, de los 91,3 millones de dólares gastados por la organización, sólo 5,2 millones de dólares se clasificaron como donaciones de caridad. Al mismo tiempo, la fundación gastó 34,8 millones de dólares en salarios y bonos para los empleados, pero los otros 50,4 millones fueron clasificados como "otros gastos", probablemente, las necesidades personales de los Clinton.