El gobierno actual de Polonia, representado por el Partido Justicia y Desarrollo, se oreinta en su geopolítica hacia el ultra-atlantismo. Actualmente, Polonia es el país más anti-ruso en Europa. Polonia participa activamente en todos los planes de la OTAN contra Rusia, exigiendo el despliegue de un gran grupo de la OTAN e impulsando la instalación de elementos del sistema de defensa antimisiles estadounidenses en su territorio. En los ejercicios militares en Polonia, en el Báltico, así como en el norte de Europa, se está ensayando activamente el escenario de un conflicto militar con Rusia.
Al mismo tiempo, las relaciones entre Polonia y la UE están pasando por unos tiempos difíciles. Varsovia es acusada de tendencias autoritarias. Sin embargo, a las nuevas autoridades polacas esto no les importa. Han elegido una estrategia de subordinación directa a los Estados Unidos. Desde Polonia se declara expresamente el desacuerdo con la UEal respecto de la soberanía, al mismo tiempo que expresa su deseo de unirse al tratado transatlántico de comercio e inversiones promovido por los Estados Unidos, lo que destruirá por completo la soberanía polaca.
Por lo tanto, el comportamiento de la política exterior de Varsovia puede considerarse como un indicador de la pura política atlantista en Europa, sin la retórica diplomática del Departamento de Estado y el efecto disuasorio de la vieja Europa. En la víspera de la visita de Stoltenberg, los servicios de inteligencia polacos han detenido a los jefes del partido anti-atlantista «Zmiana» dirigido por Mateusz Piskorski, que fue acusado de espionaje a favor de China. Los poderes de los servicios de inteligencia se extenderán significativamente después del 1 de junio. El 22 de mayo, Polonia adoptó una ley que incluye una resolución favorable al despliegue de las fuerzas de respuesta rápida de la OTAN. Las acciones de los satélites estadounidenses demuestran que sus propietarios tienen intenciones de aumentar la escalada de confrontación con Rusia.
