La corrupción es la acusación más común utilizada por los países occidentales en la lucha contra sus enemigos geopolíticos, y como regla general, no se trata de regímenes liberales. Toda la retórica de la lucha contra la corrupción está destinada a camuflar la lucha entre dos sistemas políticos y sociales fundamentalmente diferentes: el plutocrático, que es el poder financiero, y los sistemas de poder individual que son independientes de los dueños del dinero. Los regímenes liberales de Occidente se basan en el principio: "dinero / propiedad" = "Poder". El resto del mundo no liberal se basa en el principio: "Poder" = "Propiedad/dinero." En el primer caso el hecho de posser dinero es lo primero, y como resultado, el poder real se concentra en las manos de una minoría anónima de la élite financiera. Las políticas públicas y los líderes de los países de un sistema de este tipo, están al servicio de lcapital financiero y no nacional. En el segundo caso, es sobre todo el hecho de poseer el poder y la autoridad lo que capitaliza la propiedad, pero no existe una subordinación directa de las instituciones públicas y de los líderes a los centros de control externos.
Los países occidentales creen que la corrupción es sólo la transformación del poder en propiedad, y no la transformación de la propiedad en poder. No se considera como algo reprobable la compra de los políticos mediante la financiación de sus campañas electorales, su promoción en el ámbito de los medios de comunicación y mediante lobbys. Los llamamientos a luchar contra la corrupción en la boca de los líderes occidentales son un llamamiento a la eliminación de los sistemas alternativos de poder y de propiedad.
En la actualidad, Occidente utiliza activamente la "lucha contra la corrupción" con el fin de eliminar a los líderes objetables en los países BRICS. Así, la campaña mediática lanzada en contra de los líderes de Rusia y China como resultado de las revelaciones sensacionalistas de los Papeles de Panamá. Por cargos de corrupción, se inició en Brasil un proceso de destitución de la presidente anti-occidental, algo que también espera a Sudáfrica. La propuesta de Cameron también está diseñada para proporcionar a Occidente un instrumento de presión sobre los Estados soberanos bajo el pretexto de la lucha contra la corrupción.
Es muy significativo, que en los casos cuando los protegidos de las élites plutocráticas son corruptos, los medios de comunicación occidentales no hablan de la corrupción. El hecho de que el nombre de Cameron aparece en los mismos Papeles de Panamá no le impidió a iniciar un foro contra la corrupción. El hecho de que a través de la fundación privada de la familia Clinton se bombea y desvía a lugares desconocidos millones de dólares de los "donadores", tampoco dio lugar a un juicio, o simple investigación periodística sobre el lavado de dinero.