Papeles de Panamá: la guerra híbrida toma un giro inesperado

08.04.2016

El escándalo de los "Papeles de Panamá" tiene las características inconfundibles de una operación de guerra híbrida centrada en la red: un grupo de diversos actores aparentemente no estatales, y actuando sin una dirección central, lleva a cabo un ataque de informativo que encaja perfectamente con los objetivos de la política internacional ,y que no afecta a ninguno de los primeros actores de los Estados Unidos. Dado el nivel de corrupción de la élite de los Estados Unidos y la deslocalización [offshoring] de las instituciones financieras estadounidenses, parece demasiado casual que la acción no golpee en absoluto los asuntos de los clientes de los Estados Unidos, vistas las leyes norteamericanas que prohíben específicamente la deslocalización a través de las empresas de Panamá. Es como si alguien en los Estados Unidos utilizara el acto de desobediencia civil de Snowden para intentar enmascarar una operación de Información de los Estados Unidos como un acto cívico.

La fuente de los Papeles

En realidad, son sólo dos. por un lado, un ex empleado descontento que, como Snowden, acumula un tesoro de información sensible y luego lo pasa a los medios de comunicación. Pero hay un par de problemas con esta explicación. En primer lugar, no sabemos quién es esta persona. Para tener ese nivel de acceso a la información de los clientes cubiertos por la confidencialidad de los abogados (uno de los sacrosantos valores occidentales, al menos para los intereses y la propaganda occidentales) debería haber sido un empleado de alto rango de Mossack-Fonseca, por ejemplo, un miembro de su departamento informático con la sorprendente habilidad de un pirata informático o con autorización de seguridad. Nadie hasta ahora ha salido, no se ha identificado ningún empleado de esta clase, y si existe tal individuo, ¿por qué no sale? Se convertiría en una celebridad mundial al instante, exactamente lo contrario de Edward Snowden, cuyas revelaciones sobre los crímenes de Estados Unidos le valieron una vida en el exilio, varias condenas de los políticos estadounidenses "liberales", y un par de amenazas de muerte creíbles. Quien quiera sea tiene todas las razones para hacerse público, haría giras y escribiría libros, pronto se convirtiría en una celebridad.

Siempre y cuando dicha persona no salga a la luz, se debe considerar una segunda oportunidad, la de que es una operación de inteligencia destinada a piratear los registros de la empresa y / o infiltrar el personal con un agente propio. La NSA, por ejemplo, tiene todas las habilidades necesarias para violar los secretos de cada bufete de abogados en el mundo, siempre que la empresa cuente con registros electrónicos, como en el caso-Mossack Fonseca. Entonces, es fácil pasar la información a una falsa entidad periodística de investigación de confianza, pro-gobierno de los EEUU y financiada por las distintas y conocidas fundaciones habituales a cargo de funcionarios, ex o futuros, del gobierno de los Estados Unidos, que participan en la promoción de los intereses nacionales de los EEUU, dejando pocos rastros oficiales. El ICIJ fue fundado por la Fundación Pew, Fundación Packard, Pulitzer Center for Crisis Reporting, Pew Charitable Trusts, Open Society, financiados por George Soros y muchos otros. Es un ambiente muy diferente al elegido por Snowden, que trató con periodistas independientes como Glenn Greenwald, tan fuertemente rechazado por los dirigentes de los Estados Unidos y el Reino Unido, que difílmente osaría dar un paso en suelo estadounidense.

¿Quién es el objetivo?

Sorprendentemente, incluso con tal campaña publicitaria, el objetivo no parece ser Rusia. Hay poca información nueva, sorprendente, inciminadora o dañina. Las sumas de dinero son pequeñas, y las personas y organizaciones en cuestión ya están bajo las sanciones de Occidente, por lo que sus operaciones de deslocalización no parecen ser un intento de evadir impuestos rusos, sino más bien evadir las sanciones de Occidente a través de operaciones financieras en beneficio de la economía rusa. Así que en realidad es posible que los máximos dirigentes rusos supieran de esas operaciones y se pusieran de acuerdo para combatir el unilateral uso y abuso de los sistemas financieros occidentales. Del mismo modo, las revelaciones sobre los chinos no son tan sorprendentes o serias, y dudo que haya alguien que todavía piense que Poroshenko nunca ha exportado offshore sus miles de millones.

El único país que se encuentra más expuesto a estas revelaciones es... el Reino Unido. La mayor parte de los 300.000 clientes de la empresa son empresas registradas en los paraísos fiscales ingleses, y los intermediarios de Mossack Fonseca son 1900 (!) empresas británicas, además de las más de 2000 que tienen su base en Hong Kong, la mayoría de ellas probablemente con estrechos vínculos con el Reino Unido o con filiales británicas. La lista de intermediarios incluye los principales bancos, bufetes de abogados y grandes empresas, que representan una parte significativa del mercado de servicios financieros inglés. Probablemente no es casual que la fuga de información esté dirigida a un tercero, después del Reino Unido y Hong Kong, un proveedor de servicios financieros, en particular Suiza, con alrededor de 1.200 intermediarios mencionados. Los Estados Unidos, por el contrario, se las arreglan en el negocio de la deslocalización con 400 empresas en la lista de los intermediarios de Mossack Fonseca. Esta fuga no puede ser del agrado del sector financiero o de la élite política inglesa, ahora que altos funcionarios del gobierno (incluyendo parientes y asociados de David Cameron), parlamentarios y ejecutivos empresariales son denunciados por las actividades de deslocalización. Los papeles de Panamá ya se han convertido en la primera noticia en el Reino Unido y probablemente no desaparecerán rápidamente.

¿Cui Bono?

Al igual que con cualquier forma de guerra centrada en la red, debe formularse la pregunta de quiénes son los beneficiarios de esta medida, y cómo responden. Los beneficiarios son, sin lugar a dudas, las sociedades financieras de Estados Unidos. Los papeles de Panamá advierten que, si se desea participar en la deslocalización, para evitar publicidad indeseada o investigaciones, debe hacerse con un importante bufete de abogados estadounidense con estrechos vínculos con el gobierno de Estados Unidos, en lugar de con algunas empresas británicas o suizas que la NSA puede piratear. Da la impresión de que el sector financiero de Estados Unidos pretende acabar con la competencia, con el fin de centralizar la deslocalización en sus propias manos. Lo que los británicos deben hacer para responder, es una cuestión aparte. La primera orden del día inglesa es el Brexit, y dado que las normas de la UE en materia de servicios financieros son uno de los peores puntos de fricción en las negociaciones entre el Reino Unido y la UE, las revelaciones pueden hacer tales negociaciones tan controvertidas como para fortalecer al lobby pro-Brexit, que trata de sustraer la City de Londres del control de la UE. Lo irónico de la situación es que el primer ministro Cameron probablemente no es un verdadero seguidor del Brexit, sino que simplemente lo ha venido utilizando para obtener concesiones por parte de la UE.

El Reino Unido se beneficia de la posición política peculiar caracterizada por su adhesión a la UE y por la "relación especial" con Estados Unidos, permitiéndole agitar a los dos actores el uno contra el otro, con el enfoque habitual "engaña y golpea" de los británicos en las relaciones con los países extranjeros. El Brexit, sin embargo, podría privarle de esta posición envidiable y debilitarle mucho respecto a los Estados Unidos. Dado que la balcanización de la UE es un objetivo de la política exterior de los EEUU para impedir que la organización asuma una verdadera vitalidad política e independencia, y volverla vulnerable al acuerdo sobre "libre comercio" impuesto por los Estados Unidos, el Brexit serviría admirablemente a ese objetivo. A primera vista, parece contradictorio que Estados Unidos golpee al aliado de la "relación especial". Sin embargo, no hay honor entre ladrones. Las instituciones financieras de los dos países son rivales y Londres sigue siendo el mayor centro de servicios financieros del mundo. Con los bancos de los Estados Unidos sufriendo pérdidas debido a la ruptura gradual de la burbuja del fraking del petróleo de esquisto, necesitan una nueva fuente de ganancias, lo que, en una economía global estancada e incluso en contracción, significa enterrar a la competencia empresarial. Y en este caso la competencia es principalmente el Reino Unido. Es un signo de la canibalización progresiva del primer mundo, en un principio evidente con las políticas de austeridad contra los miembros meridionales de la UE. Pero ahora los Estados Unidos han aumentado de manera importante las apuestas.