El Acuerdo de París sobre el Cambio Climático entra en vigor hoy

04.11.2016

En diciembre del año 2015, 195 Estados firmaron el acuerdo sobre el cambio climático.

Declaraciones sin compromiso

El Acuerdo de París hace referencia a la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y está dirigido a la regulación de las medidas para reducir el dióxido de carbono en la atmósfera a partir de 2020. El acuerdo se preparó durante la Conferencia sobre el Cambio Climático en París, el 12 de diciembre de 2015, y fue aprobado por consenso. Anteriormente, en la cumbre del clima que tuvo lugar en Copenhague en 2009, los países no llegaron a un acuerdo sobre el tema de las emisiones.

El Protocolo de Kyoto es considerado como el predecesor del Acuerdo de París.

En caso de no cumplir con los objetivos, el Tratado no prevé ninguna sanción o acciones penales. Por otra parte, en el derecho internacional no existe la obligación de reducir las emisiones de dióxido de carbono.

Manipulación de los globalistas

Inicialmente, los intentos de algunos países para limitar las emisiones de dióxido de carbono han sido criticados por los países en desarrollo. En este sentido, se ve justa la posición de Bolivia, que señaló el hecho de los graves abusos por parte de los países capitalistas desarrollados en relación con el medio ambiente en el período anterior (el siglo XX). De acuerdo con el liderazgo de Bolivia, ahora algunos países del "primer mundo" simplemente quieren limitar el desarrollo tecnológico adicional de otras potencias (anteriormente, los promotores del acuerdo intentaban obligar a los países en desarrollo a pagar cuotas por las emisiones de dióxido de carbono).

Estupidez secularista

El acuerdo refleja una forma secular de pensamiento, ya que desde la posición de cualquier religión, las emisiones de dióxido de carbono no tienen importancia ya que todos los procesos globales se llevan a cabo de acuerdo con el plan del Creador.

Además, no está claro el papel de las empresas transnacionales. En primer lugar, desde los años 90, muchas empresas trasladaron su producción (especialmente dañina) a los países de Asia y América Latina. En segundo lugar, si en los debates sobre el futuro, los globalistas estan promoviendo el concepto de multilateralismo (es decir, el reparto de las funciones y responsabilidades tanto entre las empresas como entre los países), no se observa el mismo empeño referente a la responsabilidad ambiental, lo que parecería lógico para obligar a las empresas a poner en práctica los equipos ecológicos y a pagar las compensaciones necesarias de los beneficios obtenidos de sus ganancias.