Soros, locura por el poder y el control mundial
La noticia se propagó como reguero de pólvora a nivel mundial y se dispararon copiosos comentarios. La narrativa multimedial señalaba que George Soros había decidido darle a su fundación Open Society una gran afluencia de dinero para cubrir el coste financiero de su operatividad global. Ciertas apreciaciones remachaban que esencialmente el célebre magnate había optado por esa decisión para minimizar el pago impositivo en los Estados Unidos, el cual los gerentes de fondos de cobertura deben efectuar antes de fin de año. Otras opiniones giraban en torno a una posible enfermedad que tendría el multimillonario mundialmente famoso.
Para nosotros, sin la voluntad de excluir la probabilidad de las antedichas aseveraciones, Soros, al transferir 18 mil millones de dólares a la Open Society dio el paso lógico en la hoja de ruta de su plataforma y en la súper agenda del mundialismo. El arquitecto del globalismo y especulador financiero de nacionalidad doble, húngara-estadounidense, se considera a sí mismo como un ser excepcional, que ontológica y fácticamente se encuentra muy por encima de los mortales que no integran el vértice del Poder Mundial, y no trepidará jamás en la prosecución de los objetivos personales, clánicos y mundialistas; mucho menos pasará a retiro, ya que gente de su nivel nunca sale de los procesos y las dinámicas del tablero geopolítico internacional.
George Soros, cuya identidad real es Schwartz György, nació en 1930, desde temprana edad abrigó en su ser la autocreencia de un mesianismo personal, una tendencia natural que le resultaba problemática regular, pero que se empeñaba en controlarla. Según su propia confesión, en su familia había mucha locura, incluso un abuelo suyo era un paranoico. A Soros sólo le interesaba ganar dinero sin importarle las consecuencias sociales de sus acciones porque “me imaginé a mí mismo como una especie de dios” 1
De acuerdo al propio Soros, pudo salvarse de la represalia de las autoridades alemanas en Hungría por el instinto de supervivencia de su padre y por su perspicacia, una habilidad que todavía la conserva. Llega a Inglaterra en 1947 y se egresa del London School of Economics, donde alcanza una maestría en filosofía en 1954. Desde entonces, su vida comenzará a ser caracterizada por la presencia y el ascenso relevante en los círculos financieros-económicos internacionales, por su actuación en los estamentos del Poder Mundial, amasando una gran fortuna, colaborando para que otros también ganen mucho dinero y conectándose con gente y organismos de todo el mundo; creando, recreando y potenciando una gran red de redes de la Oligarquía Internacional realmente existente.
Soros, integrante de la esfera Rothschild, en 1954, ingresa al banco mercantil Singer & Friedlander perteneciente a Julius Singer y Ernst Friedlander. Singer era húngaro y Friedlander alemán y tenían una notoria trayectoria en el mundo financiero, bancario y bursátil. Friedlander fue el fundador del banco de Sudáfrica. En 1957, accede a los Estados Unidos como empleado de FM Mayer y obtiene la ciudadanía de aquel país en 1961. Durante los 1961 y 1964 desempeñará funciones en las oficinas de Nueva York del banco de inversión Arnhold & S. Bleichroeder, Inc., entidad representante de los intereses de los Rothschild hasta el día de hoy, ya que Blackstone Group, propietaria de Arnhold & S. Bleichroeder, tiene entre sus propietarios a Jacob Rothschild. En 1966, con aportación monetaria de aquella empresa, comenzó un fondo con cien mil dólares; al año siguiente, estableció el fondo off shore First Eagle y en 1969 surgió el Double Eagle, un fondo de inversión que inmediatamente daría paso al Quantum Fund, matriz del Soros Fund Management, constituído en 1973.
El Soros Empire tiene dos buques insignia: el Soros Fund Management LLC y el Open Society Foundations, ambos con oficinas centrales en Nueva York. En la gestión y en los activos de la compañía Soros Fund Management, contó –y cuenta- con hombres y dinero vinculados a los Rothschild y muchos de sus clientes son europeos. El fondo de inversión desde su creación tuvo un promedio de tasa de rendimiento anual del 20%. Ya en 1981, la revista especializada Institutional Investor, calificó a Soros como el mejor administrador de dinero del mundo entero, título que luego repetirían los grandes medios específicos y generalistas del mundo.A través del ya mencionado Quantum Fund, gestionado por Soros Fund Management, el mega especulador globalista se posicionó vigorosamente en Wall Street. En 1987, falló en su cálculo, prediciendo una crisis en Japón, pero la misma terminó siendo en Wall Street. En 1992, con ayuda de la red Rothschild, hizo un gran negocio sirviéndose de la manipulación que se llevó a cabo contra la libra esterlina (pero sin afectar los intereses de las dominantes élites británicas) y un año después Soros era el principal ganador en Wall Street.
Soros ganaba dinero pero también efectuaba maniobras geopolíticas, no sólo por interés propio, sino también para cumplir con los objetivos de la agenda mundialista.Un amigo personal, Aryeh Neier, en reportaje al medio británico The Independent, a fines de la década de 1990, contó que en Soros "Hay dos motivos fuertes en su vida, y sería difícil desenredarlos", acotando "El primero es que es judío; el segundo es la profunda influencia que tiene sobre él Sir Karl Popper".2 La obra del filósofo austríaco, La sociedad abierta y sus enemigos, sería una de las referencias intelectuales para Soros, a tal punto que a su máxima creación de ingeniería geopolítica y social la llamó Open Society. Esta fue iniciada en el año 1979, pero da su gran salto a partir de 1993, y la primera premiación de envergadura que otorgó a nivel mundial fue precisamente para Popper, aunque éste, según el biógrafo Michael T. Kaufman, en 1984 no recordaba a Soros.
En la década de 1980, establece programas y becas tanto en los Estados Unidos como en otros países que enaltecían el multiculturalismo y la fusión en una mentalidad global, el aperturismo económico, la democratización izquierdista-liberal, la conciencia ecológica y la voluntad ecologista, la ideología de género, el negocio de la droga, la balcanización, la erosión de las soberanías nacionales, entre otras ideas-fuerza, que sustentan el argumentario sorosiano y el paradigma mundialista.
Desde luego, proyectar y concretar todo ello implica disponer y consumir grandes sumas de dinero. La misma Open Society informa que “En los últimos 35 años, Open Society, ha tenido gastos de casi 14 mil millones de dólares”.3 Soros ha despertado una reacción y un rechazo mundiales debido a los zarpazos de sus garras y la acción de los numerosos miembros que componen su espacio internacional, los cuales impactaron en decenas de países. Incluso, el encono a Soros también está en otras élites capitalistas como las que apoyan a Netanyahu y a Trump. Puntualmente, afirmamos que es un craso error considerar que el poder en Israel ve a Soros como un enemigo, solamente lo valora así la facción cuya principal cara visible política es Netanyahu, pero no las otras élites de Israel. Hecho que también sucede en los Estados Unidos.
Está presuroso porque cree que se debe llegar sólidamente al 2030 con la agenda global, alinear definitivamente al Vaticano en la geoestrategia mundialista, modelar a Europa y a la Unión Europea bajo los parámetros globalistas, debilitar lo máximo que se pueda a países como España, expulsar de la Casa Blanca a Trump y obstruir el proyecto euroasiático, entre otros objetivos. Y sabe que todo eso cuesta mucho dinero y no tiene problema alguno en redirigir grandes fortunas para tal cumplimiento. Máxime si considera que puede perder espacio de poder y ser desplazado de la mesa chica donde se reúne con los poderosos de la tierra, los mismos que lo apalancaron en el siglo pasado cuando precisaban de alguien como él para ejercer la función destructiva en la superficie de la geopolítica mundial.
Notas:
1- http://articles.latimes.com/2004/oct/04/opinion/oe-ehrenfeld4
2-http://www.independent.co.uk/voices/profile-george-soros-god-of-all-he-surveys-1158748.html