El terror como instrumento político ¿Quién está detrás?

30.03.2016

Dejen de discutir sobre las raíces del terrorismo, dejen de discutir nuestras políticas en el Medio Oriente (y en todo el Tercer Mundo, de las que de todos modos no se discute desde hace mucho tiempo), dejen de protestar por la limitación de las libertades cívicas o por las actividades no controladas de los servicios secretos, detengan cualquier autocrítica en Occidente.

Ahora es el momento para la guerra. Ya estamos en guerra. La guerra contra los islamistas, si no contra el propio Islam. Y tenemos que ganar esta guerra. No es el momento adecuado para hablar sobre las libertades y los principios. Es hora de luchar. ¿Quiere usted manifestarse en contra de las políticas que conducen al cambio climático, al igual que ocurrió recientemente en París? Está prohibido. Por supuesto, usted tiene derecho. Sería mejor dejar que los gobiernos se encargan de la supervivencia del planeta. Pero si usted insiste, de acuerdo, usted puede manifestarse. Pero, por favor, ¡espere hasta que la pelea contra el terror haya terminado!

Pero, por supuesto, la guerra contra el terrorismo no tendrá fin, ni siquiera está destinada a terminar. Excepto si hacemos algo serio para erradicar sus causas.

Este es el ambiente político en Europa, a raíz de los ataques terroristas que hicieron vivir a Bruselas, por un día, lo que la mitad de Oriente Medio está viviendo la mayor parte del tiempo, sin provocar ninguna... excesiva emoción. ¡Pero es diferente cuando las desafortunadas víctimas son europeos occidentales!

¿Un 11 de septiembre Europeo?

Lo que está ocurriendo ahora en el panorama político europeo recuerda mucho lo que ocurrió después de los ataques del 11 de septiembre en los EE.UU. Esperemos que no tenga los mismos resultados.

En cuanto a los refugiados, que estaban en el centro de la atención internacional hace unos días, ya han sido clasificados por algunos como el enemigo nº 1, no son más refugiados. Olvídese de los grandes bancos internacionales y de otras instituciones financieras que dominan la Unión Europea, los gobiernos europeos y todas las estructuras de la "globalización". Olvídese de la OTAN, de los EE.UU. y de los neoconservadores, que controlan, como nunca antes, gran parte de Europa y que están amenazando con la guerra a Rusia y, de manera indirecta, a China.

Después de todo, ¡parece más prometedor y seguro para los políticos europeos invertir en la "guerra contra el Islam", que encontrar el valor necesario para desafiar a los verdaderos amos de la globalización!

En lo que se refiere a los propios refugiados, incluso antes de los ataques terroristas en Bruselas, el desplazamiento del tono era evidente. De acuerdo, es trágico, se dijo. Pero, después de todo, no es nuestro problema. Nuestro problema es defendernos. Un miembro del Parlamento, de un país de Europa central, fue tan lejos como para describir a los refugiados como "hombres de Neanderthal". Él parece convencido de que el Homo Sapiens, como lo llamamos nosotros, es realmente mejor que el hombre de Neanderthal. Personalemnte, tengo serias dudas sobre esa idea, sobre todo cada vez que veo las noticias de televisión por la noche.

Muchos políticos y medios de comunicación europeos están adoptando ahora, con quince años de retraso, el discurso político que prevalecía en los Estados Unidos después del 11 de septiembre. ¡"Olvidando", al mismo tiempo, la relación causal, directa, entre el discurso político estadounidense después del 11S y los ataques terroristas en Bruselas! Ellos saben que los europeos están profundamente insatisfechos con sus vidas. Ellos "bombardean" ahora sus mentes con señales caóticas, desorganizadas, sobre los refugiados y el terrorismo, probablemente con la esperanza de explotar la confusión que ellos mismos crean y el profundo choque emocional después de los ataques.

Borrando los principales países árabes

Hace quince años, con las secuelas del 11S, Bush y los neoconservadores detrás suyo y de su gobierno (¡y en el interior!) pusieron en marcha la llamada "guerra contra el terrorismo". Las fuerzas armadas de los EE.UU. y Gran Bretaña, luego de la OTAN, y, bajo Sarkozy, también las fuerzas francesas, o sus países amigos en el Medio Oriente y apoderados locales, han destruido por completo Irak, Libia, Siria, Yemen. La situación en Afganistán sigue siendo, 15 años después, absolutamente desastrosa. Por no hablar de Bahrein, Egipto o la desestabilización de una gran parte del África sub-sahariana, como resultado del ataque contra Libia orquestado por Nicolas Sarkozy.

Fue sólo a causa de la fuerte resistencia de los presidentes Obama y Putin (y también debido a la oposición de una parte del establishment de los servicios y de defensa de los Estados Unidos e Israel, conscientes del carácter extremadamente peligroso del proyecto neoconservador), que se evitó una guerra con Irán. Tal guerra podría conducir potencialmente a la primera utilización de armas nucleares "tácticas" después de Hiroshima y Nagashaki, porque estaba claro desde el principio que las fuerzas convencionales occidentales no tenían la posibilidad de superar la defensa iraní y, sobre todo, destruir los búnkeres subterráneos.

La "campaña contra el terrorismo" y "el eje del mal" en el Medio Oriente no tiene muchos precedentes en la historia del imperialismo y el colonialismo. No fue una guerra de conquista o de control, como las que ya conocíamos. Fue una guerra de destrucción deliberada que refleja una estrategia de caos. No es extraño que haya provocado terror en París, Bruselas o en otros lugares. Lo que es bastante extraño es que no haya provocado mucho más terror, y que parece reivindicar a los "teóricos de la conspiración". No se ha hecho nada para detener el desarrollo del terrorismo y del islamismo extremista. Se les ha ayudado en gran medida.

Detrás del terrorismo

Hay algo aún más profundamente sorprendente en lo que está sucediendo. Si se examina más de cerca los hechos, ¡a menudo se descubre la huella de las mismas fuerzas detrás tanto del terrorismo como del antiterrorismo, detrás tanto del flujo de los refugiados como de las reacciones ante ellos!

Tomemos, por ejemplo, el ISIS. Tenemos una gran cantidad de indicaciones, a veces incluso pruebas, de que fue creado y apoyado con la ayuda de los servicios secretos occidentales, israelíes y de países sunitas de Oriente Medio pro-occidentales. Incluso los kurdos iraquíes parecen de alguna manera haber colaborado en este proyecto, por lo menos al principio (lo han negado, pero, según algunas publicaciones "tomaron" el control total de Kirkuk "a cambio" de Mosul). Ahora podemos discutir si todos ellos habían previsto o no, desde el principio, lo que ello supondría. Lo que tenemos que excluir en cualquier caso, es que estas fuerzas, que ayudaron, financiaron y cooperaron estrechamente con el ISIS, no tienen ninguna información sobre su planificación operativa. ¿Hicieron algo para impedir el terrorismo?

Por cierto, el hecho de que los sunitas que han resistido, con mucho valor, la agresión de los Estados Unidos en Irak, hayan adquirido finalmente un "liderazgo" en forma del ISIS, puede ser considerado uno de los mayores triunfos de colonialismo. Las únicas situaciones comparables fueron probablemente en la Unión Soviética, cuando el líder del "comunismo mundial" se convirtió en la diversión de Reagan y Thatcher, creyendo que le ayudarían a reformar su país (!), o en Grecia, con un partido supuestamente de la "izquierda radical ", aceptando y tratando de aplicar una política económica que incluso los más serios neoliberales considerarían una aberración. ¡No hay nada como una victoria completa para poder dar forma a tus propios adversarios!

Preparando el orden postliberal

Ahora, muchos políticos y comentaristas europeos se están comportando como niños recién nacidos que hubieran abierto sus ojos el pasado lunes, y vieran a su alrededor personas que se explotan a sí mismas y millones de refugiados deambulando alrededor. Ellos no saben nada acerca de lo que se hizo en el Medio Oriente, pero están listos para ir a la guerra contra el Islam (y también Rusia o China si se les ordena hacerlo). Ellos también están dispuestos a apoyar cualquier medida autoritaria en Europa, con el fin de "luchar contra el terrorismo". Sabemos desde hace mucho tiempo, que estas medidas probablemente serán necesarias por razones muy diferentes a luchar contra el terrorismo, al igual que se imponen medidas económicas y sociales mucho más draconianas en Europa Occidental y EE.UU., o la guerra contra Rusia o China. Pero para imponer tales medidas, necesitan un grave pretextoy una nueva ideología.

Este totalitario "Imperio de la globalización", que emerge de la caída de la URSS, del Tratado de Maasricht, del consenso de Washington etc., todavía sigue defendiendo el nuevo orden post-guerra fría (neo) liberal. Sin embargo, su motivación no es ideológica. Ellos no están obligados por ninguna ideología, su objetivo es sólo mantener y aumentar su poder. Ellos saben que tienen que preparar a partir de ahora sus opciones post-liberales, si los liberales no pueden cumplir con la "misión".

Es como Churchill y el vicepresidente de EE.UU. durante la 2ª Guerra Mundial. Estaban luchando contra Alemania, estaban colaborando plenamente con la Unión Soviética, pero, al mismo tiempo, estaban luchando de tal forma para hacer posible una tercera guerra mundial en contra de su aliado inmediatamente después. Incapaces de lanzar una "caliente", pusieron en marcha finalmente una guerra "fría" contra Moscú, su aliado de ayer.

El hecho de que alguien se esté beneficiando de un crimen no es una prueba de que lo haya cometido él o de que haya ayudado a otra persona a cometerlo, por acción u omisión. Aún así, ningún policía sería considerado serio, si no se iniciara la investigación de cualquier crimen, haciciéndose la pregunta "¿a quién beneficia?".

Sería aconsejable que los funcionarios de la lucha contra el terrorismo y los políticos miraran más de cerca las "relaciones internacionales" de grupos como el ISIS. No estoy seguro de que les vaya a gustar lo que encuentren allí. Pero si no lo hacen, es probable que no estemos lejos de un ataque químico, u otro no convencional, en una ciudad europea.