Análisis militar: Post-golpe de Libia
Escrito y producido por el equipo de SF: Igor Pejic, J. Hawk, Edwin Watson. Desde el tiempo de los romanos, el Sáhara ha sido una ruta popular para el contrabando de varios tipos de bienes, con Libia siendo el corredor clave para el tránsito de tales mercancías ilícitas. Poco después de la caída de Muammar Gaddafi, la seguridad en el país se ha deteriorado seriamente hasta el punto en que hay más militantes en los grupos armados no estatales que soldados en las fuerzas de seguridad en el estado reconocido oficialmente. Por tanto, el contrabando y el mercado negro son negocios en expansión, redes de crimen organizado se vuelven más complejas y se están alimentando de la inestabilidad en la región. El mercado ilícito y el tráfico de mercancías han financiado a muchos grupos paramilitares y organizaciones terroristas que ahora deambulan no solo en Libia, sino también en Mali. En años recientes, Libia se ha convertido en un notorio centro de tráfico de personas cuyo negocio se estima en torno a 300 millones de dólares por año. Desde que el tráfico de personas es más lucrativo que otras formas de contrabando, ha atraído también a muchos grupos terroristas, especialmente en la parte norte del país, cerca de las ciudades costeras.
El tráfico ilícito de mercancías, sobre el cual prosperan muchos grupos armados, incluyen drogas, armas, falsificación de bienes de consumo, y migrantes. Las drogas más populares en el tráfico a través de la región y Libia, son la cocaína y la marihuana. Se estima que en torno a 20 toneladas de cocaína entran a Europa a través de esta ruta, y el beneficio puede alcanzar más de 1.000 millones de dólares por año. La Marihuana es bastante popular en otros países norte africanos como Marruecos y Argelia, que tienen los negocios del tráfico dentro de la región. Algunos de estos países producen un montón de cannabis que más tarde se embarca hacia los Balcanes y después a Europa. Muchos de los grupos armados y organizaciones terroristas pueden financiar sus acciones con la producción o comercio de cannabis. Falsifican productos de tabaco, medicamentos y alcohol. Los estados de la región del Magreb son grandes consumidores de cigarrillos, y trafican con tabaco a través de Mali, que, lo que se hacía principalmente por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), pueden ingresar también casi 1.000 millones de dólares por año. El tráfico de cigarrillos y alcohol también es extensivo, y diversas milicias y grupos organizados se benefician de este comercio, aunque en los años más recientes tras el levantamiento en Libia, el tráfico de medicinas y fármacos se ha vuelto más popular. La caída del gobierno libio y la incapacidad del nuevo gobierno electo para llevar la paz y el orden al país han conducido al pillaje de almacenamiento y producción médica y farmacológica.
El tráfico ilegal de armas también se disparó por las nubes tras la caída del régimen de Gadafi. Según algunas estimaciones, las fuerzas libias tenían en su posesión, 700.000 armas de fuego de las cuales el 75% eran rifles de asalto. Cuarteles militares y almacenes de aquellas armas fueron saqueados tras el levantamiento, lo que condujo a la circulación masiva de armas de asalto a lo largo del norte de áfrica. El valor del comercio de armas está en torno a los 30 millones de dólares anuales, y sólo se ha incrementado tras el golpe. Considerables evidencias sugieren que los separatistas en Mali tenían acceso a las armas de fuego libias en 2011, lo que hizo estallar en conflicto en el norte. Y finalmente, está el contrabando de migrantes, el “santo grial” de los grupos criminales organizados y grupos armados a lo largo de África en términos de beneficio. El tráfico de personas fue siempre popular en África desde que muchos países están en estado de guerra interna entre varios grupos, o son simple e inherentemente inestables, lo que ha provocado que mucha gente emigre. Tras la crisis en Libia y Siria, un gran número de migrantes han ido rumbo hacia las ciudades costeras como Trípoli, Sirte o Bengazi para alcanzar las costas de Europa. Por supuesto estos no son solo refugiados de oriente medio. Algunos de ellos vienen de Eritrea, Somalia, Mali, Níger, Chad y otros países africanos. Pero todos ellos están buscando refugio seguro en países europeos, y su número está aumentando fuera de control. Durante la era Gadafi, Libia era efectiva en el control de los flujos migratorios de África a Italia, sin embargo después de la caída del gobierno libio, el flujo de migrantes se incrementó dramáticamente hasta 170.000 personas alcanzando las ciudades costeras y para ir hacia Italia. Grupos como el ISIS, que ahora están tomando el control en ciudades como Sirte, Bengazi, Al Bayda y Darnah, están sacando grandes beneficios del tráfico de migrantes. Desde que no hay fuerzas gubernamentales que puedan prevenir esto, y los contrabandistas que no les importa lo que les ocurra a los refugiados en mar abierto, el tráfico de migrantes se convierte en una forma relativamente fácil de conseguir grandes cantidades de dinero. El pasaje a Libia cuesta en torno a 1.000 dólares por persona, más otros 2.000 por el viaje en barco a Europa. Los migrantes generalmente están expuestos al abuso físico y sexual, y ellos pueden estar forzados a trabajar por varios meses con paradas intermitentes a lo largo de las rutas de contrabando, un proceso que es bastante común.
El tráfico ilícito y el contrabando de mercancías es a menudo subestimado o ignorado cuando se discute sobre grupos armados y paramilitares, pero en regiones tales como norte de África, estos tipos de grupos pueden transformarse fácilmente en organizaciones terroristas con intereses políticos y objetivos una vez que tienen los fondos suficientes. La progresiva inestabilidad y criminalización de la sociedad libia está promovida por dos factores. El primero es el total vacío de poder tras la caída del régimen de Gadafi y la ausencia de un gobierno fuerte y fuerzas de seguridad, permitieron que diferentes grupos armados tomaran y rellenasen el vacío. Lo segundo es la situación inestable en el norte de Mali y la operación francesa Serval, en aquel país. Aunque la operación fue realizada para combatir el terrorismo y el salafismo, muchos yijadistas lograron huir de Libia y encontrar refugio en los grupos locales que estaban dispuestos a contratarlos o reclutarlos. Además de grupos criminales/armados/terroristas en Libia, hay una gran presencia de organizaciones como AQMI y Movimiento por la Unidad de la Yihad en África Occidental (MUYAO). Al Qaeda en el Magreb Islámico es una organización terrorista que data de la década de 1990 que depende de la actividad criminal como una de las principales fuerzas de ingresos (AQMI es famosa por sus acciones de secuestro). Aunque fue más activo en Argelia y más tarde en Mali, el grupo está intentando ahora extender su influencia en Libia desde que la situación en el país favorece este tipo de organizaciones. El MUYAO fue en su día parte del AQMI hasta que rompieron en 2011. El grupo actualmente se localiza en Argelia y Mali, con los objetivos de extender el yihadismo y salafismo y en última instancia establecer el gobierno de la sharia. El nuevo grupo que se separó del MUYAO en 2013 es Al Mourabitoun, más notorios por sus lazos con el tráfico de armas y cigarros con rutas bien establecidas. En años recientes algunos informes sugieren que Al Mourabitoun está directamente conectado con los cárteles de la droga que ayudan con el tráfico de cocaína. Aunque estos grupos todavía no están establecidos en Libia, en el futuro su presencia crecerá en el país justo como el ISIS está extendiendo su influencia en la parte norte de Libia.
Los grupos armados que emergieron en Libia pueden clasificarse en cuatro categorías distintas: Brigadas revolucionaras, Brigadas irregulares, Brigadas post-revolucionarias, y Milicias.
Las brigadas revolucionaras se formaron en las primeras etapas de la guerra y están relativamente cohesionadas con buen liderazgo y lealtad hacia sus líderes. Estas brigadas cuentan con casi un 80% de combatientes experimentados y armamento no controlado por el estado. Muchos de estos grupos surgieron en las ciudades donde hubo fuertes choques con las fuerzas gubernamentales, y las brigadas revolucionarias más importantes poseen importante experiencia de combate, no sólo como individuos sino también como unidades de combate.
Las brigadas irregulares son brigadas que se desvincularon de los consejos militares locales. Tienen una estructura militar relativamente cohesionada con importante experiencia militar. Aunque estas brigadas operan en un entorno sin ley, normalmente se entregan a los principios sociales de las comunidades de las que son originarios. También las brigadas irregulares son responsables en su mayoría de una gran cantidad de abusos a los derechos humanos.
Las brigadas post-revolucionarias fueron creadas tras la caída de las fuerzas de Gaddafi y el vacío de poder que le sucedió. Estos grupos son comunes en las áreas pro-Gaddafi, también están incrementándose en número desde el deterioro de la situación en el país, pues crece el apoyo al régimen de Gaddafi. Aunque tienen falta de experiencia y cohesión frente a los grupos anteriores, las brigadas post-revolucionarias están presentes en casi todos los conflictos comunales. Como los conflictos se vuelven más frecuentes, estos grupos fácilmente ganan la cohesión y experiencia que antes no tenían.
Las milicias representan una colección de diversos grupos armados, criminales y terroristas que están ganando peso en la medida que la situación del país se vuelve cada vez peor. Aunque estos grupos están compuestos normalmente de criminales reincidentes, bandidos y extremistas, su resistencia no está probada, sin embargo, no hay una fuerza de seguridad estatal organizada. Algunos analistas sugieren que ellos no representan una amenaza importante, a diferencia de grupos similares en Siria, porque carecen de habilidades organizativas y apoyo de otros grupos criminales importantes en la región. Por supuesto, esto puede cambiar, especialmente ahora cuando hay una fuerte presencia del ISIS en el norte de Libia y otras organizaciones terroristas.
Las fuerzas rebeldes que estaban participando en la revolución para derrocar al régimen, estaban altamente fragmentadas, la caída de Muammar Gaddafi también significó el fin de cualquier estrecha cooperación entre estos grupos rebeldes. Cualquier idea de un ejército rebelde unificado que pudiera tomar el control sobre Libia se mostró más bien como ficción. Muchos de estos grupos estaban formados en áreas de la ciudad o suburbios, y se estima que el total de grupos rebeldes en Libia va de algunos cientos hasta algunos miles. Todos ellos estaban bastante bien armados con los populares rifles de infantería como el AK-47, mucho de este equipamiento fue saqueado de almacenes militares, pero factores externos como Qatar también estaba armando a alguno de los grupos con equipamiento militar avanzado. Alguno de los grupos armados incluso adquirió tanques como el T-55 de la era soviética, aunque la habilidad para usar tecnología militar sofisticada es limitada debido a la falta de entrenamiento y habilidades. Sin embargo, muchos de los grupos rebeldes tenían más o menos buenas intenciones como luchar por la democracia y la libertad, los grupos formados en el este del país estaban mucho más orientados hacia el salafismo y el radicalismo. En años recientes, estos grupos están mucho más activos con amplio apoyo que consiguieron de otros grupos y organizaciones salafisas, especialmente de los Hermanos Musulmanes que incluso fundaron un partido político, “Partido Justicia y Construcción” en 2012.
Los grupos armados importantes en Libia incluyen:
El consejo militar Zintan es uno de los grupos mejor organizados en Libia que surgió en 2011 y estuvo involucrado en la captura de Trípoli. El grupo representa una alianza más o menos floja entre grupos beduinos de la región desértica. Osama Al-Juwaili, uno de los líderes de este grupo también fue nombrado ministro de defensa por el nuevo gobierno. El grupo está compuesto de gente que puede demostrar que no estaban relacionados de ningún modo con el régimen de Gaddafi, es más, la mezcla de voluntarios civiles y antiguos miembros del Ejército Libio que componen el grupo armado, se ha comprobado como muy efectivo y jerárquico. El grupo Zintan ha tenido su parte de batalla con grupos islamistas en torno a Trípoli, pero también se cree que este grupo está fuertemente dedicado a actividades criminales tales como el contrabando. Además de las actividades criminales, algunos informes sugieren que el grupo estuvo involucrado en la tortura y asesinato del anterior embajador francés, Omar Brebesh. La fuerza del grupo se estima en unos 4.000 miembros.
La brigada Qa’Qa’ es considerada la milicia más organizada y mejor equipada en Trípoli, sobre todo debido a sus buenas conexiones con el Ministro de Defensa. También muchos de los miembros del grupo son antiguos combatientes u oficiales de la fuerza militar de Gaddafi. El grupo está involucrado en tráfico ilícito de drogas y armas a pesar de su posición pro-gubernamental. Una de las principales misiones de este grupo fue el control de la frontera en la parte sur-oeste del país y la proporción de seguridad en las instalaciones también en el sur-oeste.
La brigada Al-Sawaiq originaria de Zintan es uno de los grupos más armados en Libia. Con el gobierno de reciente elección este grupo fue incorporado rápidamente en el aparato de seguridad, es interesante que este grupo también usa uniformes muy similares a los militares libios. Se cree que tienen un equipamiento militar similar, justo como un ejército regular. Las principales tareas de este grupo es proporcionar seguridad y protección al primer ministro así como a figuras políticas. La brigada Al-Sawaiq consta de unos 2.000 hombres.
Las brigadas Misratha se componen de 200 milicias con más de 40.000 combatientes que forman el grupo armado más grande en la Libia de post-guerra, en su arsenal también tienen unos 800 tanques, y 2.000 vehículos ligeros y pesados, y más de 30.000 armas ligeras. Las brigadas Misrata estuvieron fuertemente opuestas al régimen de Gadafi durante el levantamiento ellos se apaciguaron un par de veces con algunos grupos islamistas así como los Hermanos Musulmanes. Muchos de las milicias Misratha se han unido a las filas de las fuerzas de protección libias en la parte oeste del país, y algunos han sido asignados para proporcionar protección y seguridad para algunos oficiales del gobierno. Al pesar de los cercanos lazos con el nuevo gobierno, algunas partes de las milicias Misratha están siendo acusadas de crímenes de guerra durante el asedio de Bani Walid.
La brigada 17 de Febrero se localiza en la parte oriental de Libia con una fuerte presencia islamista. Está bien organizada con sus propios campos de entrenamiento y considerable equipamiento militar. A diferencia de otros grupos islamistas, la 17 de Febrero cree en la coexistencia del islam y democracia, aunque su líder Fawzi Bukatef es miembro de una rama libia de la hermandad musulmana, el grupo tiene en torno a 3.000 combatientes financiados desde fuentes domésticas en el país y el gobierno. El grupo tiene relativamente buenos lazos con los hermanos musulmanes, algunos informes no confirmados sugieren que la 17 de Febrero ha estado cooperando con la CIA durante el levantamiento e incidente diplomático en Benghazi en 2012.
Ansar Al-Sharia es un grupo salafista emplazado en Benghazi que ganó popularidad tras el levantamiento en 2011. Este grupo radical yihadista está formado principalmente por gente de la brigada Abu Ubayda al-Jarah, las brigadas Malik y la brigada 17 de Febrero con una estimación de 5.000 combatientes. La ideología de este grupo apela por la implementación total de la ley de la sharia en Libia, así hay hostilidad entre Ansar Al-Sharia y otros grupos armados más moderados. El grupo no tiene organizaciones fijas, normalmente trabaja con una coalición de varios grupos salafistas emplazados en la parte este del país. Las dos ramas importantes del grupo están localizadas en Benghazi y Derna, y están encabezados por dos prominentes islamistas que ambos sirvieron en las guerras de Afganistán. La rama de Benghazi está encabezada por Muhammad al-Zahawi, y la rama de Derna está encabezada por Sufyan bin Qumi (antiguo detenido en Guantánamo). El grupo usa su ideología para justificar sus objetivos y tácticas, pero también consigue extender sus lazos locales comunales gracias a la falta de control gubernamental. De hecho, el grupo está proporcionando servicios de caridad a los lugareños y sus familias como comida, medicina, educación, etc. A pesar de estas acciones “filantrópicas” Ansar al-Sharia mantiene una fuerte relación con Al Qaeda y AQMI.
Las fuerzas de protección libias fueron establecidas en 2012, cubriendo el este, oeste y centro del país. El grupo se compone de 12 divisiones que se forman de grupos islamistas fragmentados. Tiene una estructura casi militas, bastante jerarquizada, con altas posiciones que tienen altos salarios. Muchos jóvenes entran en este grupo por la cuestión de los buenos salarios. Los grupos que se unen a la fuerza de protección están más o menos intactos pero necesitan someterse y reconocer el liderazgo. Muchos comandantes de otras milicias lograron entrar en las Fuerzas de protección libias y se comprometieron a este proyecto para evitar la incorporación en el ejército regular. La estructura heterogénea de este grupo conduce a desacuerdos y fisuras que no son raras, después de que los conflictos internos son resueltos, normalmente emergen nuevas divisiones.
Fuerzas militares nominalmente “pro-gubernamentales”:
El ejército libio que ha surgido tras la caída de Gadafi, está compuesto parcialmente de anterior personal militar y parcialmente de nuevos reclutas. El nivel de equipamiento es algo similar a otros grupos armados que operan actualmente en el país. El ejército está bajo control del Consejo Transicional Nacional, y tiene un amplio apoyo internacional. Países como EEUU, Reino Unido, Turquía, Francia e Italia, no solamente apoyan al ejército sino también proporcionan entrenamiento práctico de combate y equipamiento. El ejército tiene unos 35.000 miembros y es más popular en las áreas orientales de Libia. Aunque el ejército se está enfrentando a algunas dificultades en otras partes del país, dado que hay un montón de soldados del “viejo régimen” como militares en algunas partes de Libia, el pueblo los mira con resentimiento. El ejército está encabezado por Abdullah al-Thini y Nouri Abusahmain, también el ejército libio fue muy activo en la lucha contra Ansar al-Sharia.
La Sala de Operaciones Conjunta de los Revolucionarios Libios (SOCRL) se estableció en 2013 como un grupo compuesto en primer lugar de milicias islamistas que fueron encargadas de funciones de ley y orden. El fundador del grupo es el Congreso Nacional General de Libia. Este grupo fue acusado de secuestrar al anterior primer ministro, Zeidan, después de que fuera relevado del deber y transferido de Trípoli a Benghazi. El grupo tiene unos 400 miembros, y se sospecha que una parte del grupo consigue apoyo externo de Al Qaeda. La cabeza de la milicia es Adel al-Tarhouni. SOCRL está bajo la jurisdicción del ministro de defensa.
El Directorio de Seguridad Nacional está localizado en Trípoli y actúa como fuerza policial convencional. El Directorio tiene unos 9.000 hombres con bastante mal equipamiento, una de las principales razones por su mala realización en la ejecución de las tareas regulares. Su armamento es muy similar al armamento de los grupos guerrilleros, también sus campos y bases han sido atacadas varias veces por diferentes grupos armados. El líder del Directorio es Mahmoud Sharif, y está bajo la jurisdicción del ministro del interior.
Al-Saiqa es una fuerza de élite del ejército libio compuesto de tropas paramilitares y comandos. El grupo data de los 1960, así había tenido fuertes lazos con el régimen de Gaddafi y por tanto es relativamente reservado hacia actores extranjeros. El grupo estuvo involucrado en fuertes choques contra Ansar Al-sharia y se espera que mantengan un alto nivel de preparación para cumplir acciones anti-terroristas y algunas tareas policiales. LA situación tras el levantamiento está haciendo las muchas muy difíciles para este grupo y sus relaciones con otros grupos armados islámicos en el país, Al-Saiqa estuvo involucrado en la supresión de la rebelión en los 1990 contra el grupo de combatientes islámicos libios y otras potenciales amenazas terroristas. Al-Saiqa tiene en torno a 5.000 soldados y lo encabeza Wanis Burjamada, el grupo está bajo jurisdicción del ministro de defensa.
La Fuerza de Disuasión Especial o FDE está principalmente involucrada en la prevención del tráfico de drogas, contrabando de alcohol y cigarros y también en tiempos recientes, la unidad fue capaz de prevenir grandes operaciones de contrabando de medicinas y fármacos. Esta unidad funciona bajo la jurisdicción del ministerio del interior, el número exacto de personal en servicio no está claro. Algunos de los mayores éxitos de la FDE es la reciente captura del comandante del estado islámico, Muhammad Saad Al-Tajouri, en la ciudad de Sirte; la noticia fue publicada en febrero de este año por el Libyan Express.
La Guardia de Instalaciones Petrolíferas (GIP) es una milicia que controla muchas de las infraestructuras de petróleo y gas en la parte oriental de Libia. GIP se compuso de fuerzas de seguridad nacional libias debido a los esfuerzos tribales y regionales para preservar el control sobre el petróleo oriental libio del gobierno central. Este es uno de los grupos apoyados más armados en el país, no hay secreto que añadir de los lobbies extranjeros sobre su interés en la producción de petróleo libio. En el periodo posterior a Gaddafi había muchos choques y ataques en los campos petrolíferos realizados por diferentes grupos, en muchas ocasiones el GIP participó activamente con algunas de las fuerzas de seguridad gubernamentales para combatir a las facciones islamistas. Se presume que el GIP mantiene relaciones con compañías petrolíferas italianas así como con miembros de la OPEP. El grupo está encabezado por Rasheed Mohammed Saleh Al Sabri y Ibrahim al-jathran, el grupo queda bajo la jurisdicción del ministerio de petróleo.
Estado islámico y Al Qaeda en Libia
Todos los grupos antes mencionados son milicias armadas internas u organizaciones salafistas que crecieron en el poder durante o después del levantamiento en Libia. Aunque tienen algún tipo de conexiones con organizaciones terroristas regionales y globales, carecen de la capacidad, experiencia e infraestructura a diferencia de Al Qaeda y Estado Islámico. Estas dos organizaciones terroristas pueden cumplir importantes objetivos e intereses a través de la difusión de su agenda a lo largo de Libia. Hay al menos cuatro objetivos a los que pueden apuntar. En primer lugar, la expansión de su influencia sobre Libia y después sobre otras partes de África y pueden conseguir nuevos simpatizantes y aliados, Boko Haram ya ha expresado su alianza con el Estado Islámico. Esto puede ser muy útil para una organización/estado terrorista que está amenazando seriamente a medio oriente. El segundo objetivo es la financiación. Las redes de contrabando están bien organizadas y preservadas en África, las organizaciones criminales o terroristas pueden usarlas fácilmente o incluso tomar el control de estas por la fuerza si necesitaran adquirir financiación adicional. Como previamente se mencionaron, cosas tales como el contrabando de armas y drogas, de migrantes, el tráfico ilícito de todo tipo de bienes, proporcionará grandes cantidades de dinero para cualquiera que sea capaz de hacer ese trabajo. En tercer lugar tenemos el reclutamiento. Los países pobres con bajos niveles de vida y sociedades inestables pueden proporcionar sangre fresca a cualquier organización terrorista. La gente que está atascada entre una roca y un lugar duro, pueden buscar solución en aquellos grupos radicales, las razones para esto podrían ser estrictamente materiales como el dinero; pero también por otras cosas como la ideología, religión, sentido de pertenencia y poder también pueden ser fuerzas conductoras para unirse a semejantes grupos radicales. Y finalmente, los países norteafricanos son populares destinos turísticos que los hace objetivos terroristas atractivos. Además de esto, la proximidad geográfica de estos países a Europa puede significar también un mejor posicionamiento de células terroristas que en último lugar lleven a ataques terroristas más efectivos.
Al Qaeda en Libia todavía no tiene un clásicos afiliados, sino grupos tales como son AQMI, Ansar al-sharia son serios aspirantes para esta posición. El principal objetivo de este grupo es la creación de algún tipo de califato o emirato con la ley sharia como principal sistema de guía para los aspectos sociales, políticos y espirituales de la vida. Otro objetivo estratégico del grupo sería una creación de una organización puente que podría ejecutar las órdenes y estar presente en Libia, esto fue sugerido también por Ayman Al-Zawahiri. Aunque Libia parece una sociedad secular, las profundas fisuras y fraccionamiento de la sociedad tras el levantamiento está llevando a la gente a creer que un fuerte liderazgo, incluso uno radical como la Sharia, puede proporcionar una fuerza unificadora sustancial y unir de nuevo al país. La carta de identidad religiosa es lo que exactamente están intentando jugar ISIS y Al Qaeda. Uniendo a los pueblos árabes con el islam sunní con una nota más radical de rumbo, así superponen sus identidades y diferencias culturales, étnicas y nacionales. A diferencia de Al Qaeda, ISIS tiene una aproximación mucho más activa especialmente en Libia. La entrada del Estado Islámico en Libia se marcó en sangre con la ejecución de 21 cristiano coptos egipcios en 2015. Durante el mismo año, el ISIS estableció dos principales fortalezas en la región, una en la península del Sinaí y la otra en la ciudad libia de Sirte. Mientras que las fuerzas egipcias están logrando repeler al Estado Islámico, la situación en Libia favorece a los yihadistas. Uno de los principales objetivos del EI en Libia es crear algún tipo de cabeza de puente para el terrorismo y la subversión para la región norteafricana, que más tarde podría extenderse sobre el resto del continente y Europa.
La fortaleza libia del Estado Islámico comporta un gran potencial para esta organización terrorista por varias razones. Esta es la primera base de operaciones fuera de oriente medio, puede servir también como un plan de retirada si el Estado Islámico pierde todos sus activos en Siria e Irak. Mientras controlan Sirte, el grupo también tiene presencia en Sabrata, Trípoli, Misrata, Benghazi, Derna y Ajdabiya, todas estas ciudades podrían ser una foco potencial para el reclutamiento de nuevos miembros o simplemente extender el control e influencia. En una sociedad divida tal como es Libia, el Estado Islámico puede convertirse en un faro buscador para diferentes grupos armados. Escenario similar ocurrió en Siria cuando “grupos moderados” decidieron unirse al ISIS porque vieron una buena oportunidad. Libia también puede proporcionar buenos recursos para financiar tales organizaciones, los ricos campos de petróleo y gas pueden dar montones de beneficios y grandes reservas de armas que pueden proporcionar una buena infraestructura para futuro desarrollo del Estado Islámico. Finalmente la proximidad de Libia a Europa y la accesibilidad a Italia, permitirá al ISIS infiltrarse en el continente.
Como la situación en oriente medio se vuelve peor para los salafistas, el frágil estado libio llegará a tener peores horas extra. El Estado Islámico no ve a Libia como un país unido sino más bien como un territorio con varios grupos que luchan por el control. En el futuro, como crece su influencia y presencia, el Estado Islámico intentará finalmente el derrocamiento de los gobiernos en Trípoli y Torbuk, y establecer algún tipo de califato como en Siria e Irak. Aunque hay un montón de grupos armados moderados/seculares en Libia, no serán capaces de competir con el Estado Islámico. Todos estos grupos tienen un trasfondo criminal, carecen de apoyo regional e internacional, usualmente se enfocan en una ciudad o provincia y no tienen capacidad para combatir por algo más grande que esto y por último tienen gente muy sospechosa en sus rangos con cuestionables alianzas. Nadie puede garantizar que las tropas de las brigadas Misarta o las Fuerzas de protección libias derrotarán al Estado Islámico si se les da oportunidad. Aunque muchos tienen miedo de que Libia se colapse sobre sí misma, la amenaza real viene de una organización que puede dirigir este tipo de caos. Justo como en Irak, pues no hay gobierno unificado, fuerzas de seguridad o algún tipo de cohesión social: organizaciones como el Estado Islámico con su infraestructura, su fuerte doctrina y sus claros objetivos de creación de un califato, pueden representar una solución viable no solamente para los grupos terroristas/ armados/ paramilitares/ criminales, sino también para el común de las personas.
Publicado originalmente en: SouthFront.