Al Fido Del 20D
Dudando y queriendo dar votos de castigo al bipartidismo, muchos sufragios irán a los partidos emergentes. Y, sin pretenderlo, quizás se esté votando a uno de los dos previamente descartados. Porque si, por ejemplo, uno quiere votar a C’s y este partido no logra una mayoría suficiente para gobernar, en la investidura tendrá que apoyar (en primera o en segunda votación) o al PP, o al PSOE, o al PSOE+P’s. Solamente si C’s fuera el partido más votado, su líder podría ser apoyado en la investidura por el PP. Aunque esto sería ya entrar en el campo de la Fe matemática.
En el caso de P’s pienso que las cosas están claras: sus posibilidades de gobierno son nulas. Por eso su líder puede permitirse la soflama de laboratorio y la falta de compromiso razonable. Su discurso, basado exclusivamente en señalar los errores de los demás, tiene recorrido, pero limitado. Sus votos, aunque legítimos, son el descontento de los que poco o nada tienen que perder. De los que arman ruido en las redes sociales, de las que no pueden desconectarse porque las necesitan para vocear cualquier cosa que se les ocurra. De los que, en resumen, se han equivocado o de país o de siglo.
En último término, pienso que votar a C’s es moverse en el campo de la duda y votar a P’s en el del error. Un dilema que resuelve Manzoni: “Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error”.