Franco Milanesi: “La revolución conservadora se basa en la revolución contra el capitalismo y la forma humana burguesa en nombre de las raíces comunitarias de la tradición nacional y el hombre”
¿Podría presentarse brevemente?
Nací en Turín el 5 de julio de 1956 y me licencié en la Universidad de Turín con una tesis sobre la disidencia en el Pcd'I. Enseñé en Pinerolo y en 2010 me doctoré en la Universidad de Turín. En 2014 obtuve un segundo doctorado en la Universidad de Génova. Publico artículos en diversas revistas. En 2008 publiqué Dietro la lavagna (Detrás de la pizarra), basado en mi experiencia escolar, y en 2010 salió Militanti per Punto Rosso. En 2011 publiqué Ribelli e borghesi. Nazionalbolscevismo e rivoluzione conservatrice en Aracne y más tarde Nel Novecento con Mimesis, obra dedicada a la trayectoria política de Mario Tronti. En 2022 se publicó Il tempo inquieto. Per un uso politico della temporalità con Ombre corte. Escribí el prefacio de Il regno dei demoni. Una fatalità tedesca de Ernst Niekisch en 2018 para NovaEuropa. Participo como ponente en conferencias y encuentros públicos en varias ciudades italianas. Fui secretario de Rifondazione Comunista en el círculo de Pinerolo y también realicé trabajos administrativos en la misma ciudad.
Ernst Niekisch ocupa una posición única dentro de la Revolución Conservadora como nacional-bolchevique. ¿Cuáles son las ideas centrales de Niekisch? ¿Cómo consiguió compaginar su condición de revolucionario conservador con el nacional-bolchevismo?
La filosofía política de Niekisch está estrechamente ligada a su antropología política. De hecho, es la Gestalt burguesa el centro teórico de su obra. Esta Figur se ha impuesto en la modernidad y es la que «gobierna» la dinámica capitalista. La crítica del capital se convierte en una crítica del «tipo de hombre» que lo encarna y propaga. El burgués reúne dos características: individualismo propietario y universalismo. Frente al primero Niekisch afirma la instancia comunitaria y socialista. El sujeto individual sólo encuentra su «sentido» dentro de la comunidad social, una comunidad de iguales en la que el Estado es la institución concreta que realiza y promueve el socialismo. Sin embargo, esta sociedad necesita una identidad y el elemento nacional tiene esta función. Esta es la doble raíz de su obra: nacionalista (antiuniversalista) y bolchevique (anticapitalista). La revolución conservadora se apoya en ideas similares. Revolución contra el capital y el hombre burgués. Preservación y reactivación de la tradición nacional y de las raíces comunitarias de lo humano.
¿Puede explicar a qué se refiere con oponerse al hombre burgués?
La forma burguesa (Gestalt) es un modo de ser de lo humano que podemos considerar abstractamente. Precisamente, como forma. El burgués pone en el centro de su existencia la seguridad personal, el decoro, el dinero, la familia, el individuo. Todo ello se opone a las características igualmente universales que encarna el espíritu prusiano: sacrificio, espíritu militar, sentido de comunidad. Para Niekisch, el proletario surgido en el mundo soviético, homo sovieticus, encarna parte de estos caracteres, los cuales están presentes no sólo en los prusianos, sino también en los eslavos.
¿Cuál era la postura de Niekisch ante los nacionalsocialistas? ¿Cómo chocó con la ideología nazi y cómo influyó este choque en su vida política?
El choque con el nazismo fue durísimo. Niekisch ya había pasado dos años en prisión tras su experiencia en la República Soviética de Baviera. Aunque en un principio se interesó por la experiencia de los hermanos Strasser, ya en 1932 publicó una de sus obras más significativas, Hitler, un destino alemán (Hitler, ein deutsches Verhängnis), un texto histórico-teórico en el que atacaba al nacionalsocialismo como expresión del espíritu sureño, burgués y católico. La victoria del nazismo supondría la plena latinización del espíritu alemán y el triunfo de los «valores» mercantiles del capitalismo. Los nazis lanzaron una violenta campaña contra el libro. En enero de 1939 un tribunal especial condenó a Niekisch a cadena perpetua, confiscación de todos sus bienes y prohibiéndole ejercer sus derechos civiles. Es liberado, casi completamente ciego y paralítico, por el Ejército Rojo el 27 de abril de 1945.
¿Qué significa la «latinización del alemán»?
Latinización significa, precisamente, rendición a los valores «del Sur», en particular a los valores católicos, que, para Niekisch, son los mismos que los de las sociedades mercantiles dominadas por el testaferro burgués.
¿Qué tipo de estructura geopolítica preveía Ernst Niekisch al proponer una alianza entre la Unión Soviética y Alemania? ¿Qué papel desempeñaban los conceptos euroasiáticos en esta estructura?
Europa del Este es para Niekisch el dique a la deriva «americana» de Occidente. Oriente significa bolchevismo. Como siempre, también interpreta el fenómeno político desde un punto de vista antropológico. El bolchevismo introdujo en el escenario de la historia una figura dominante: la del militante comunista. Una minoría que fue capaz de decidir, imponer y aplicar una política en la que el Estado, la clase dominante y las masas están literalmente unificadas, es decir, unificadas totalmente. La revolución bolchevique hizo realidad el mismo carácter eslavo, esencialmente colectivista, antiindividualista y militar. Estos son los caracteres que en una fusión ideal Este-Oeste, es decir, en la bolchevización de Occidente y Alemania, podrán detener la deriva burguesa y materialista de Occidente. La lectura que Niekisch hace de la historia está siempre impregnada de elementos metafísicos y espirituales. De ahí también su crítica al marxismo, que, por el contrario, reduce la historia a un conflicto económico y material.
¿Cuáles son los elementos metafísicos y espirituales en la interpretación que Niekisch hace de la historia? ¿Cómo los utiliza?
Los agudos contrastes entre Norte/Sur; protestantismo prusiano/catolicismo latino; espíritus guerreros/pacifismo; Estado absoluto/sociedad de libre mercado; comunismo/liberalismo individualista, representan cristalizaciones metafísicas que poco tienen que ver con la complejidad de los pueblos en su existencia concreta. En la historiografía moderna, las «fases» fijadas en rígidos esquemas cronológicos son acogidas con gran cautela. Niekisch llega incluso a hablar del «eterno judío», el «eterno latino», el «eterno bárbaro» no como modelos puramente abstractos sino, hegelianamente, como universales concretos que se objetivan en el curso de la historia. Evidentemente, no todos los latinos tienen esas características. Pero el poder de la forma marca por completo la historia y sus fases.
Su amistad con Ernst Jünger resulta interesante. ¿Cómo se influyeron mutuamente ambos pensadores? ¿Qué intercambios de ideas surgieron de esta relación intelectual?
Son dos pensadores «fuertes» que desarrollan sus ideas a partir de líneas culturales y textos diferentes. Yo resumiría algunos puntos en común 1. La Primera Guerra Mundial como «periodo de prueba» para la formación de un «tipo» revolucionario, antiburgués y movilizado de ser humano que busca cambiar el estado de cosas actual. El concepto de «movilización total» (die totale Mobilmachung) influyó profundamente en Niekisch. Ernst Jünger, por su parte, reconoció el nacionalismo de clase de Niekisch como un poderoso estímulo y escribió numerosos artículos en «Wiederstand». El Arbeiter jüngeriano es el proletario nacional de Niekisch, el «eterno bárbaro» que dominará el mundo occidental a la luz de los valores prusianos, espirituales y populares. Ambos mantuvieron contacto ya en 1927. Después de esa fecha, la postura de Jünger hacia el nazismo fue más cauta, hasta el punto de que trabajó como oficial en el París ocupado por los nazis. Participante activo en el intento de asesinato de julio de 1944, Jünger no fue procesado debido al aprecio que Hitler tenía por sus escritos sobre la guerra. Ambos compartían una concepción metafísica de la historia, basada en la sucesión de épocas y en el concepto de forma o Figur antropológico-político. Niekisch, dijo sobre Jünger que fue «de los pocos que comprendieron inmediatamente el sentido que yo quería dar a la figura del Obrero. Me gustaría reconocerlo porque incluso mentes muy agudas como Spengler y Carl Schmitt no me habían entendido, es más, habían malinterpretado mis intenciones». Aunque tenían diferencias con respecto a la actitud hacia la URSS, hacia la que Jünger siempre manifestó una profunda hostilidad.
¿Tiene seguidores hoy el pensamiento de Ernst Niekisch? ¿Qué le heredó al mundo actual?
Hay muchas corrientes «rojopardas» en los distintos Estados europeos. Surgen de la convergencia de las reivindicaciones nacionales y del radicalismo social anticapitalista y antiburgués. Las ideas de Niekisch, aunque profundamente transformadas, están muy extendidas en el euroasianismo (pensemos en su Ostorientirung), como crítica del americanismo y de una Europa unificada por el flujo de los mercados.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera