España, ¿alguien sabe qué hacer?
Hemos pasado una semana interesante en cuanto a novedades políticas. Al fin hubo un nuevo intento de investidura… y fracasó. El candidato a presidente Mariano Rajoy del Partido Popular (PP), perdió en el Congreso de los Diputados, las dos rondas de votaciones en la pasada semana, por 180 votos en contra, frente a 170 votos a favor. Esta semana comenzó con el anuncio del también aspirante a presidente, Pedro Sánchez, del Partido Socialista (PSOE), aunque él señaló que abriría la ronda de negociaciones sin ser él mismo quien aspirase a la presidencia. Recordemos que el mismo Sánchez se presentó para la investidura presidencial en marzo de 2016 y fracasó. Ambos fracasos constatan de nuevo, que es más fácil ponerse de acuerdo en lo que no se quiere, que en lo que se quiere.
En este panorama, las terceras elecciones son lo más probable, unas elecciones que coincidirían el 25 de diciembre si no lo evita un cambio en la ley electoral acordada por mayoría absoluta, para reducir la campaña electoral a una semana y que entonces la fecha electoral fuera el 18 de diciembre.
Pero, hablemos de política. ¿Qué puede pasar en este escenario? Aparentemente cualquier cosa es posible si hay acuerdos. La cuestión es que no hay acuerdos, y yo apostaría a que no los habrá hasta después del 25 de septiembre ya que son las elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco, con lo que ninguno de los partidos grandes en el Congreso quiere hacer un pacto y que ello perjudique a sus resultados en ambas autonomías. Recordemos que hasta finales de octubre hay plazo para formar un gobierno, antes de pasar a las terceras elecciones.
Los bloques de posibles pactos puede ser (interrogantes incluidos porque faltarían más escaños para llegar a la mayoría absoluta de 176 escaños en el Congreso):
PP + Ciudadanos (Cs) + Coalición Canaria (CC) = 170 + ¿?
PSOE + Unidos-Podemos (U-P) = 156 + ¿?
Con estas sumas como punto de partida, el PP necesitaría 6 apoyos más. Pero los tendría complicados, ya que la única fuerza con la que a priori podría pactar es con el Partido Nacionalista Vasco (PNV), pero sólo tiene 5 escaños, y de nuevo, recordemos las elecciones autonómicas vascas del próximo 25 de septiembre. Con los demás partidos minoritarios con que podría pactar teniendo en cuenta que tienen más 6 o más escaños, en principio quedarían descartados por ser partidos del nacionalismo separatista en Cataluña. Ni Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) con 8 escaños, ni Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) con 9 escaños, parece que vayan a pactar nada con un gobierno liderado por el PP, pero quien sabe… Si tenemos en cuenta que los políticos se mueven por intereses de poder y no por ideología, tal vez lleguen a otro pacto. No olvidemos que el PP pactó con los nacionalistas de Convergencia y Unió (CiU) en la legislatura de 1996 a 2000. Pero la situación ahora es distinta porque desde 2010 en que el presidente autonómico, Artur Mas, lanzó el órdago separatista, la situación política parece que se ha tensado, y que cada vez se tensa más.
En cuanto al bloque encabezado por el PSOE. Necesitarían 20 escaños más, con lo que necesitarían pactar necesariamente con esos dos partidos del nacionalismo catalán mencionados antes, es decir, CDC y ERC, con lo que tendrían 17 escaños más, y tal vez con los 5 del PNV, conseguirían 178 escaños y la mayoría absoluta para formar el gobierno más fragmentado de todos cuantos ha habido en España desde la Constitución de 1978, ya que el partido más grande de la coalición (PSOE, con 85 escaños), no sería ni la mitad de la coalición de investidura, ¿o tal vez habría gobierno de coalición con ministros de diferentes partidos? Así mismo, algunos ex-presidentes del PSOE como Felipe González, y Jose Luis Rodríguez Zapatero instan a que Pedro Sánchez pida la abstención del PSOE y deje gobernar al PP con Rajoy para que salgamos de una vez del estancamiento y haya un gobierno que empiece a legislar y una oposición encabezada por el PSOE.
En muchos países europeos, es común la existencia de gobierno de coalición con ministros de diferentes partidos. En la España de la Constitución de 1978 jamás ha ocurrido en el Gobierno estatal. Sólo se han dado apoyos de investidura a cambio de concesiones, normalmente con los nacionalistas vascos y catalanes a cambio de más competencias autonómicas o mayor dotación económica desde el gobierno estatal a esos gobiernos autonómicos.
Previsiones
¿Qué podemos prever al respecto? En principio, parece que el PP tiene más fácil conseguir los apoyos necesarios porque sólo tendría que conseguir 6 y no 20 como el PSOE. Pero con la situación comparada entre el Congreso, el separatismo en Cataluña promovido por CDC y ERC (entre otros), así como las próximas elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco, lo único que dejan claro es que no habrá ningún intento más de investidura hasta octubre. De momento, nos encontraremos con más intentos de pactos por parte del PP, pero principalmente por parte del PSOE, ya que su dirigente, Pedro Sánchez, cada vez tiene peor valoración por haberse opuesto a cualquier pacto con el PP mientras que no proponía un gobierno diferente. Desde luego que las vacaciones en España paralizan todo. Aunque se diría que no se necesita gran cosa para instar a que los políticos españoles se tomen más vacaciones. No son ellos los que pagan cada costoso proceso electoral.
De modo que, hasta pasadas las mencionadas elecciones del 25 de septiembre, probablemente no tengamos ninguna novedad relevante. Salvo que Pedro Sánchez encuentre algún “pardillo” que quiera encabezar un gobierno del PSOE, haciendo las concesiones necesarias para tener los apoyos de los partidos separatistas catalanes (CDC y ERC) y de los nacionalistas vascos (PNV y tal vez también de los separatistas vascos de EH Bildu). Otra posibilidad sería que el PP buscase a otro posible candidato presidencial que se entendiera mejor con el PSOE y así consiguiera cuanto menos la abstención del PSOE en un nuevo intento de investidura y se consiguiera un gobierno durante el mes de octubre. Ambos escenarios parecen improbables, pero desde las elecciones generales de diciembre de 2015, parece que muchos escenarios improbables han sido probables, como la ruptura del bipartidismo PP-PSOE, aunque ello haya conducido a una situación de estancamiento porque los políticos españoles no están muy acostumbrados a negociar con partidos tan grandes como ellos.