Andrei Fursov y la próxima gran crisis
Si las personas no quieren ver el crecimiento de ciertos fenómenos de crisis, el siglo XXI pasará implacablemente por encima de ellas. El historiador ruso Andrei Fursov ha denominado este fenómeno como el "síndrome de Sidonio Apolinar".
En la antigua Roma vivió un obispo cristiano, escritor y poeta llamado Sidonio Apolinar. Se ha conservado una amplia colección de cartas escritas por él a sus familiares y amigos, que constituyen una fuente importante para comprender la historia del siglo V.
En una de esas cartas escribió a un amigo: "Vivimos tiempos maravillosos, la paz y la tranquilidad reinan en todas partes; me siento junto a la piscina de mi villa, una libélula flota sobre el agua, el mundo es hermoso...".
Sin embargo, poco después, el Imperio Romano colapsó. Fursov lamenta la ceguera de las personas, que "se debe en parte a la ignorancia y en parte, simplemente, a la falta de voluntad para ver y comprender".
Vivimos en una recesión política y económica, en la que surgen cada vez más conflictos en el mundo y la situación parece empeorar constantemente. Fursov considera que estamos ante una "acumulación cuantitativa de tendencias negativas" y que, en algún momento, "la cantidad se convertirá en calidad".
Los acontecimientos históricos a veces avanzan rápidamente e inesperadamente. Fursov recuerda el comentario de la abuela de un amigo sobre el colapso de la Unión Soviética: "No te puedes imaginar lo rápido que ocurrió. Antes del almuerzo, todas las tiendas seguían abiertas, pero después del almuerzo, todo ya estaba cerrado".
Según Fursov, las antiguas estructuras e instituciones han comenzado a tambalearse en el mundo actual. Destaca que períodos de transición como este han sido históricamente momentos en los que los sistemas sociales y políticos han sido renovados o han colapsado.
¿Podría, por ejemplo, la Unión Europea derrumbarse en esta época de crisis acelerada debido a contradicciones internas y presiones externas? ¿Estamos ante la inminente disolución de una nueva "Euro-Unión Soviética", que cambiaría drásticamente el mapa de Europa? ¿Y qué pasará con la OTAN?
La polarización política interna en Estados Unidos, las políticas exteriores de Trump y el fortalecimiento de Rusia y China podrían debilitar la posición del bloque occidental liderado por la OTAN. Esto podría provocar nuevas transformaciones geopolíticas en las que las antiguas alianzas se desmoronen.
"Para sobrevivir en condiciones difíciles, es necesario analizar y comprender las tendencias (esto es obligatorio), pero también estar físicamente preparado para la escasez", advierte Fursov sobre la necesidad de estar preparados.
"Todo el siglo XXI estará lleno de luchas a todos los niveles: dentro de las élites, entre las élites y la clase media, entre la clase media, las clases bajas y las élites, así como dentro de las propias clases bajas. Esto es característico de las épocas oscuras. Además, una gran afluencia de inmigrantes aumentará el caos y creará una situación similar a un movimiento browniano, en la que será crucial saber aprovechar las oportunidades".
Fursov cree que "en los próximos 20 o 30 años, lo que nos unirá será el deseo de preservar nuestro lugar en la historia tal como somos: portadores de una determinada civilización y un código cultural". Esta tradición, que tiene mil años o incluso más, está ahora amenazada, y con ella, nuestra identidad también corre peligro de desaparecer.
Lamentablemente, la tendencia actual no ofrece muchas razones para el optimismo. La globalización, la revolución tecnológica y la erosión de la identidad cultural parecen estar intensificándose. Si no nos detenemos a reflexionar sobre hacia dónde nos dirigimos, corremos el riesgo de quedar atrapados en un mundo donde el pasado ha sido olvidado y el futuro está desconectado de sus raíces.